Sábado 30.


En la gélida noche, cuando todas las luces hogareñas están apagadas, y no se escucha más que uno que otro gemido ahogado proveniente de los amantes furtivos del amanecer, o de aquel anciano que emite sonidos de dolor al no poder respirar adecuadamente, de la mujer que gime y llora a causa de un sufrimiento que la agobia.

Gemidos, existen distintos, por diferentes causas y en diversas situaciones.

Sin embargo, ¿por qué hacer cómplice a la luna de nuestro sufrir, si ella no tiene más culpa que la de existir?

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