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SPIDER
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         La tecnología abundaba en ese lugar. Moari trataba de entenderlo, pero tal vez su cabeza era muy hueca para comprenderlo.

         Y es que Spider, Kiri, Lo'ak y ella se encontraban en la base de los Avatares.

         Kiri se encontraba mirando uno de los tantos videos que había dejado su madre, Grace. Spider estaba a su lado mirando de vez en cuando la pantalla, pero sus ojos se detenían más tiempo en la milagrosa na'vi.

         —Deja de ser tan evidente—le susurró Moari al humano mientras revolvía la caballera castaña.

         —Ay, mira quien lo dice.

         Spider intentó tomar la cola de Moari entre sus manos, pero esta se movía tanto que le fue imposible.

         Hasta que vino Lo'ak y sus bromas.

         —Entonces, ¿Quién creen que la embarazó? Se me hace que fue Norm.

         —Si seguro—respondió entre risas Spider.

         —No mereces ni vivir—le dijo Kiri hacia su hermano, pidiendo con la mirada a Moari que callaran a esos dos idiotas.

         —Ya. Ya. No molesten a la niña, par de mocosos.

         —No, no—intentó hablar Lo'ak—. Solo piénsalo. Es el nerdo de la clase y siempre está en el laboratorio con ella.

         —Te juró que me mataría. Bebería ácido.

         —No, Lo'ak tiene razón—habló Spider mirando como en el video aparecía Norm junto a Grace, pero no pudo continuar porque Moari lo alzó, cargándolo—. ¡Bien, bien! ¡Pararé!

         —Si. Veo a esos dos Avatares en el bosque—le siguió el segundo vástago de los Sully—, ellos solos.

         —¡Moari!—exclamó Kiri por ayuda.

         —¡Pararé! ¡Pararé! ¡Pararé!—soltó Lo'ak cuando su cabeza fue empujada hacia el suelo.

         —Oigan—llamó la atención Spider para que Moari no le dislocara el cuello a su pobre amigo—. A veces es bueno no saber quién es tu padre.

         —Tu padre no tiene nada que ver contigo—Moari dejó a Lo'ak para irle a desordenar la cabellera castaña del humano. De nuevo.

         —Como sea. Ya ni me acuerdo de él.

         —No. Moari tiene razón—Kiri también se acercó a Spider para sostenerlo de los hombros—. Tú no eres él.

         —Chicos—llamó la mayor—. Esperen afuera.

         —Bro—se despidió Lo'ak con pesar seguido de Kiri.

         Cuando los dos adolescentes se fueron, Moari aprovechó para llevar a Spider a su habitación y así poder hablar cómodamente.

         —Ese hombre no es tu padre—empezó diciendo.

         —¿Y qué es lo que es?—cuestionó el humano mientras se sentaba en su cama y encogía sus piernas hasta su pecho.

         —Fue solamente el donante de...—la na'vi trató de recordar la palabra que los Avatares le habían enseñado—¿Esperma?—aquello le sacó una carcajada al castaño.

         Moari se sentó junto a él cuando vio como la mirada del chico volvía a decaer.

         —¿Spider?

         —¿Y si me vuelvo como él?

         —Spider...

         —Es que solo piénsalo. Cada uno es una pequeña copia de su padre y madre. Y los míos no fueron los mejores que digamos.

         —Te criaste con nosotros. No puedes volverte como ellos.

         —Pero-

         —Te veo, Spider—le cortó la na'vi—. Te veo como realmente eres. Y no veo ningún parecido con el hombre al cual llamas padre.

         Spider bajo la cabeza con una pequeña sonrisa en el rostro y pequeñas lagrimas acumulándose en sus luceros. Sintiendo como la cola de su amiga se enrollaba en su cuerpo en forma de cariño.

         —También te veo, Moari.

         Fue la primera vez que Spider escuchaba esas palabras dirigidas hacia él. No iba a negar que su corazón se conmovió. No podía negarlo cuando había deseado escuchar tantas veces esa oración.

         Te soy leal a ti, Moari.

         Habían salido a patrullar por los aires. A pesar de que Jake la había castigado con anterioridad sobre no volar por un mes. Pero Mo'at había interferido en el veredicto final del líder y había cambiado su castigo.

         Limpiaría las cabañas de las dos familias por tres meses.

         Los cuatro Ikranes volaban en sincronía alrededor de las Islas flotantes, mirando desde lo cielos el horizonte por si había alguien que se había osado a invadirlos.

         Todo iba bien. Moari seguía ignorando la presencia de los dos Sully mayores, teniendo solo conversación con Neytiri por escasos momentos.

         Hasta que por el audiófono se escuchó la voz de Lo'ak.

         —¿Tú y quien?—exigió saber el Olo'eyktan.

         —Pues yo, Spider, Kiri... y Tuk.

         Solo bastó con escuchar que se encontraba la mayoría de su familia en peligro para dirigir a Ecko al lugar más cercano a la vieja choza para poder aterrizar y sacarlos lo más rápido de ahí. Ya luego se encargaría de los Avatares.

         Ignoró el llamado de Neytiri y Neteyam, porque eso no la detendría.

         Su corazón golpeó fuertemente su pecho al saber que aquella gente del cielo y demonios no tendrían piedad con nadie.

         Por favor, Eywa. Protégelos.

         El sonido de las elites de naves hizo que se le parara el corazón. Aquello solo significaba una cosa: Los habían encontrado.

         Aterrizó tan rápido como pudo en un lugar lejano, para que no supieran que ella había llegado. Corrió por la maleza en completo silencio tratando de buscar rastros en la tierra que la guiaran hacia ellos.

          —Ahí están—susurró cuando vio la huella en el fango.

         Siguió el rastro hasta encontrarlos. Se encondió tras un árbol donde empezó a contar la amenaza.

         Había seis Avatares, y sin contar al equipo que estaba viniendo por aire.

         Tenía que ser rápida o podrían llevarse a uno de ellos.

         Empezó a silbar, haciendo el sonido que hacía para anunciar su llegada cuando aparecía en casa. El silbido no levantaría sospechas, porque era como el canto de una nave. Los intrusos ni siquiera la verían llegar.

         El eclipse pronto cayó y no faltaría poco para que las naves de los intrusos bajaran hacia ellos.

         La lluvia ocasionó que pudiera caminar con más libertad a los alrededores. Los ruidos que hacían sus pies fácilmente podrían ser confundidos por las gotas que mandaba el cielo.

         Estiró la tira de su arco, tomando como objetivo al Avatar que retenía a Kiri y a Spider de los cabellos. No podía equivocarse. No podía fallar. Si lo hacía, perdería a gente que amaba.

         Respiró profundo para calmar sus nervios y tratar de calmar su corazón bombeante.

         Y entonces dejó ir la flecha.

         Fue escasos segundos que se realizó el caos. Tuvo que esconderse entre la maleza al recibir disparos por todos lados.

         Moari no sabía si Jake o Neytiri ya habían llegado, pero lo deseaba. Había desviado la atención a ella, ahora solo tenían que rescatar a sus amigos.

         No le importó que una de las balas rozara su oreja. No le importó el dolor y el ardor que sintió. Solo volvió a utilizar su arco para matar al sujeto que se negaba a soltar a Kiri.

         Pronto los disparos dejaron de escucharse, lo que significaba que Jake, Neytiri y Neteyam estaban con ella. Pero no eliminaba el peligro.

         —¿Es usted, señora Sully?—una voz rasposa se dejó escuchar—Reconocí su tarjeta de presentación—Moari se comenzó a mover tratando de buscar a los chicos—. ¿Por qué no sale, señora Sully? Usted y yo tenemos asuntos pendientes...

         —Los encontré—susurró cuando encontró a Lo'ak y a Tuk.

         Los disparos nuevamente empezaron a sonar, ocasionando que la más pequeña na'vi se encogiera en su sitio.

         —Tenemos que irnos. ¡Ya!

         Cargó a Tuk en sus brazos y obligó a Lo'ak a que siguiera corriendo lejos del caos. Corrieron una buena distancia antes de encontrarse a Jake y a Neteyam.

         —Tranquilos. Tranquilos. Somos nosotros—murmuró Olo'eyktan cuando Moari estuvo a punto de saltarle encima—. ¿Estás herido?—cuestionó a su hijo.

         —Estoy bien.

          Neteyam se acercó a Moari cuando Tuk corrió a los brazos de su padre en busca de protección, llorando por la escena tan traumática que había vivido.

         —Estás herida—susurró, mirando como parte de la oreja de la chica se encontraba destrozada.

         —Estoy bien.

         —¡Señor, Moari está herida!

         Una nave gigantesca pasó por encima de ellos, llevándose a los Avatares con ellos. Justo cuando la nave los extraía, Neytiri y Kiri llegaron con ellos.

         —¿Dónde está Spider?—preguntó Moari al no ver al humano—¡Dónde está!

         —Ellos se lo llevaron—lloriqueó Kiri—. Ellos se lo llevaron.

         Fue entonces que el dolor que realmente dolía chocó contra ella: La pérdida de alguien importante.

         —No no no no.

          Jake la sostuvo de los hombros para que no fuera al lugar por donde se habían ido los invasores.

         —Tengo que ir a por él. ¡TENGO QUE IR!

         —Es un chico fuerte, cariño—intentó tranquilizarla Jake, mientras luchaba para sostener a la chica—. Estás herida.

         —Ustedes no lo entienden—su voz se quebró mientras seguía forcejando con el mayor—. ¡Suéltame! ¡Spider!

        No la dejaron ir. La retuvieron a pesar de que gritaba por ir a rescatar a su amigo. Le prohibieron subir a Ecko y la amarraron para que no pudiera escapar mientras se dirigían hacia su fuerte para que le curaran su la oreja.

         —¡SPIDER!

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¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
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Cuando miré la película por primera vez, me sentí mal por Spider porque ni siquiera hicieron el intento de salvarlo.

Lo vieron crecer junto a sus hijos y tanto Neytiri ni Jake hicieron algo.

Supongo que fue por eso que hice que Moari tuviera una conexión especial con Spider, para que alguien hiciera todo lo posible para tratar de salvarlo

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Este capítulo está dedicado a las_patas_de_Neteyam

Gracias por comentar y votar en mi historia, linda ♡

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