003
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CANSANCIO
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Moari ni siquiera recuerda desde cuando fue que Neteyam le acompañaba a sus paseos nocturnos. Tal vez en su tiempo se quejó de no tener un momento a solas, pero ahora la compañía del chico le agradaba tanto que estar sin él era raro.
—Este es mi parte favorita del día—murmura Moari mientras sigue nadando de espaldas en el manantial.
—Se me hace raro que no sean tus horas de practica—se burla el chico mientras hace salpicar el agua, obligando a Moari a detener su nado y ponerse verticalmente.
—¡No hagas eso, Neteyam!—rio a la par que limpiaba su rostro de las gotas que habían caído en ese lugar.
Ambos salieron del manantial después de estar un par de minutos más dentro de él. Se recostaron en la tierra y miraron el cielo, aunque era prácticamente imposible porque las grandes hojas de los árboles tapaban todo el firmamento.
—Papá dijo que habías mejorado mucho en el arco.
—Aún me falta mucho por aprender, Neteyam. Aunque viniendo eso de tu padre es halagador.
—Dentro de un par de años serás una excelente guerrera para el clan.
—Ese es mi objetivo—se volteó a mirarle para sonreírle—. Pero tú también lo estás haciendo bien, Neteyam.
El chico se encogió de hombros, restándole importancia. Su mirada se centró nuevamente hacia arriba, mientras los ojos turquesas de Moari se mantenían en su rostro.
—Serás un buen líder en el futuro—agregó.
—A veces siento que es una carga que mis hombros no pueden soportar.
—Lo harás bien—intentó reconfortarlo—. Tienes una numerosa familia que te ayudará a soportarlo—se tomó la libertar de agarrar el rostro del chico para que la mirase—. Yo estaré a tu lado.
—Pero no de la forma que me gustaría.
Moari soltó un suspiro antes de dejar de tomar el rostro de Neteyam entre sus manos.
—Ya hemos hablado de esto. No puedo estar a tu lado de la forma que quieres.
Neteyam negó en desacuerdo con ella.
—Eres perfecta para estar al lado del siguiente líder.
No. Lo que siguiente líder necesitaba era una líder espiritual o más conocidas como Tsahik. Lo que ella era, solo le servía para ser su comandante de una de sus tropas.
Se paró de su lugar y agarró su arco junto a una flecha para luego caminar y encontrar una posición. Posicionó la flecha en el lugar correcto y estiró la cuerda antes de soltarla.
Neteyam, quien estuvo detrás de ella, vio como la punta afilada de la flecha dio a parar en el centro del árbol más alejado que se podía apreciar.
—Prométeme que cuando llegue el momento, escogerás una esposa que cuide de ti—la mirada celestina volvió hacia Neteyam.
—La esposa que quiero no quiere estar a mi lado.
Maori se posicionó delante de él. Tuvo que mirar hacia abajo por la baja estatura del chico, aunque estaba segura de que dentro de un año la alcanzaría en porte, porque cada vez crecía más rápido.
—Esto no puede ser.
—¿Por qué?
—Nuestros destinos están separados
Neteyam no lo comprendió. Porque lo único que él veía que el destino los había unido.
Lo que él no sabía es que Eywa había escogido a Moari como su guerrera, en algún momento tendría que luchar y no estaba segura del todo de que saldría con vida. Moari odiaría dejar a Neteyam cuando ya le hubiera entregado todo.
Sus frentes se tocaron y por instinto sus ojos se cerraron. Sus colas se enredaron entre si al percibir sus sentimientos, porque las almas que se encuentran y se reconocen nunca se sueltan, ni con la distancia, ni con el silencio, ni con las vueltas que da la vida.
Solo que ellos aún no lo sabían.
Los entrenamientos eran duros. Neteyam y Moari eran buenos, pero todavía eran jóvenes, así que su capacidad era explotada por los guerreros más viejos.
—¡A tu edad yo ya sabía tirar dos flechas desde un solo arco!
El na'vi frente a ella se mostró orgulloso de su mentira.
—¿No fue a la edad de 20 años que lo logró?—cuestionó angelicalmente, mientras toda la clase callaba para escuchar la respuesta del mayor.
—¡Si digo que fue a tú edad, es que fue a tu edad!—exclamó el maestro de armas.
Moari solo sonrió para ella misma, lo que ocasionó que el hombre se enojara con ella y la castigara con cazar la comida para todo el clan.
Moari lo tomó como práctica. El problema fue regresar con toda la cacería aquella noche.
Los tres hombres de la familia Sully fueron a su encuentro. Jake fue quien apareció primero sobre su Ikran, siendo seguido por sus dos hijos.
—Sylwan me comunicó que desobedeciste—siseó el líder del clan.
—Solo le desmentí y se enojó, señor—rodó los ojos ante el enfado de Jake. Lo'ak en el fondo estaba luchando para no reírse—. No tengo la culpa que sea un mentiroso.
Jake suspiró por lo bajo antes de comenzar a llevar parte de la cena sobre su Ikran. Por la cantidad que era, era obvio que tenía que hacer al menos dos viajes junto a sus hijos.
—Comeremos un festín—dijo Neteyam mientras ayudaba a su padre.
—Ya lo creo—le siguió Lo'ak.
Cuando llegaron a casa les recibió Neytiri y Mo'at. La primera riñéndola por no avisarle sobre su paradero y estar afuera cuando ya había oscurecido lo suficiente para ser peligroso, y la segunda revisando si la niña estaba malherida.
—Estoy bien, abuela—le dijo—. Solo fui por la cena.
—Mataré a Sylwan por darte esa tarea—siseó Neytiri con enfado.
—Estoy bien—repitió nuevamente con tono cansado.
—Al menos cenaremos algo rico esta noche—dijo Tuk mientras revisaba los costales de comida—. Hasta trajo fruta.
—Deberías hacer eso más seguido—rio Kiri.
—Como sea—blanqueó los ojos—. Estoy cansada. Iré a visitar el árbol de las almas.
—Tienes que comer, Moari—advirtió Mo'at.
—Ya comí, abuela—se despidió de toda la familia sin mirar atrás. Después de todo estuvo horas con costales de comida a su alrededor por horas. Su apetito se había ido.
Llamó a su Ikran para llegar con rapidez a su destino. La bestia morada con líneas azules decorando su piel, elevó sus alas cuando su jinete se conectó con él.
Se permitió disfrutar de la corriente de aire que chocaba su rostro. Extendió sus brazos y se sintió libre. Como si los tormentosos recuerdos de Eywa no la atacaran por las noches con pesadillas.
—Lo siento—murmuró cuando se vinculó al árbol. Y es que había pasado semanas desde que no pisaba ese lugar.
Eywa no le respondió, y solo se limitó a enseñar uno de los recuerdos de los tantos guerreros caídos durante la batalla. Con el fin de que Moari aprendiera de ello cuando fuera el momento de pelear.
—No cometas los mismos errores que ellos, Moari. Sé inteligente—Eywa no tenía una voz, pero utilizaba las voces de sus padres para darle recados.
Cuando se desconectaba de Eywa, quedaba tantas sensaciones en ella que no eran suyas. Implantar recuerdos que no le pertenecían a su memoria, a veces causaba daño.
—¿Moari?—ella tuvo que limpiarse las lágrimas ante el llamado Neteyam—¿Todo está bien?
Nada está bien.
Se abalanzó a sus brazos buscando consuelo. Aquel lugar donde permitía verse tan frágil. No sollozó, pero dejó que las lágrimas salieran en cascada, manchando el pecho del chico con las pequeñas gotas que resbalaban.
Esto cansa, Neteyam.
Había tantas cosas que ella quisiera contar para hacer más ligera su carga. Pero Eywa le había prohibido cualquier revelación sobre los recuerdos que ella le proporcionaba.
Lloró en los brazos de su amor prohibido sin darle alguna explicación. Y él solo pudo reconfortarla, apretándola más fuerte hacia él.
—Lo que sea que suceda, sabes que cuentas conmigo, Moari.
Lo sabía. Ella lo sabía.
Neteyam tarareó una canción por lo bajo sin dejar de abrazarla. No la dejó sola. La acompañó sin exigir respuestas. Compartiendo aquel dolor sin saber cuál era el causante de ello.
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¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
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¿Alguien sabe donde consigo un Neteyam? Porque necesito uno de esos
¿Creen que Moari debería de darle una oportunidad al amor?
Por cierto, me estaban preguntando sibre las edad y la edad de Moari es 16 y Neteyam es dos años menor que ella
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Este capítulo está dedicado a baby_flower17
Gracias por comentar y votar en mi historia, hermosa 💖
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