002
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FAMILIA
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Su relación con la familia Sully se hubiera visto rota hace dos años si Eywa no le hubiera dado la tarea de proteger a Kiri.
—Kiri, no te vayas muy lejos—advirtió Moari cuando vio como Tuk y la mencionada se iban a un claro agarradas de las manos—. Lo'ak no seas tan brusco con Spider.
—¡Ay! ¡Pero solo estamos jugando!—exclamó el hijo de en medio de los Sully.
—Déjalos que se diviertan—le dijo Neteyam mientras se subía a la rama donde estaba sentada ella.
Desde ese lugar podía controlar a todos los niños. Aunque técnicamente la mayoría ya era adolescente a excepción de la pequeña Tuk.
—¿No te sientes en paz?—preguntó Neteyam cuando cerró los ojos y aspiró el aire del lugar—Aquí no hay entrenamientos que cumplir.
—Exagerado—rio Moari a la vez que rodaba los ojos.
—Cierto. Se me olvidaba que estaba hablando con la adicta a los entrenamientos.
—Pues mi adicción me llevará a ser la mejor guerrera del clan—lo miró para burlarse, antes de regresar su mirada hacia los hijos de la familia Sully.
Ambos estuvieron en silencio mientras miraban desde arriba las interacciones del humano y el na'vi, y por otra parte lo que jugaban Kiri y Tuk.
—¡Tuk, no te alejes!—gritó Neteyam.
—Corre, tráela de vuelta—le dijo Moari cuando la pequeña silueta de Tuk se perdió entre los pastizales.
Neteyam soltó un suspiro antes de dejarse caer con habilidad entre las grandes hojas. Pronto corrió hacia la dirección donde su hermana se fue cuando tocó el suelo.
Las escandalosas risas de Spider y Lo'ak hicieron que Moari despejara su mirar de Kiri.
—Les dije que no sean muy bruscos, animales—regañó sin elevar la voz al ver como sangraba la nariz de Spider.
Bajó del árbol para ayudar a detener el sangrado, mientras tanto los dos chicos seguían riendo por lo traviesos que eran.
Cuando terminó de poner el algodón, golpeó a los en la frente por no hacerle caso. Los dos muchachos se quejaron un rato, pero no tardaron mucho en estallar en carcajadas.
—Eres una aguafiestas, Moari—le dijo Lo'ak mientras todos se acercaban a Kiri.
—Pero solo con nosotros—le agregó Spider—. Con sus demás amigos si es divertida.
—Es que ellos no se comportan como idiotas—agarró la cabeza de ambos y tiró para abajo para mandarlos al suelo.
—¡Hey!—exclamaron ellos.
Apoyada en un árbol que le daba sombra, Kiri se encontraba dormida. Aunque fue Moari la única que se dio cuenta que alrededor de ella pequeñas ondas daba.
Lo'ak y Spider fueron a por Kiri, despertándola entre gritos y risas.
—¡No me asusten así, animales!—les gritó cuando se levantó sobresaltada.
Pronto Tuk apareció desde la maleza y se unió junto a sus demás hermanos. Detrás de la pequeña na'vi venía Neteyam, pero no se acercó al grupo, sino que fue directo hacia donde estaba Moari, quien miraba la "pelea" de hermanos desde lejos.
—Son demasiado problemáticos, ¿verdad?
—Y estoy feliz que no sean mis hermanos.
Ambos rieron, siendo conscientes como sus colas se enredaban en sincronía.
Moari y Kiri era muy diferentes.
Una era una excelente guerrera con un buen manejo de armas y con una confianza hasta los cielos. Mientras que la otra estaba aprendiendo de la medicina y no tenía tanta seguridad en ella misma.
Pero a pesar de sus diferencias se mantenían juntas.
—¿Sucede algo?—cuestionó Moari cuando esa noche no la vio en la cena con la familia.
Ambas estaban en lo alto de un árbol. Kiri reposaba su cabeza en el tronco mientras Moari se sentaba a su lado para hacerle compañía.
—Soy rara—dijo.
—Y dime quién no lo es. Hasta yo soy rara, Kiri.
—Pero no como yo, Moari. A veces siento que ni siquiera puedo encajar en el clan.
—¿Por qué no? Eres buena en los que haces—la na'vi de cinco dedos negó.
—Me falta mucho por aprender.
—Claro que si—Moari rio y Kiri se encogió avergonzada—. A ambas nos falta mucho por aprender.
Las dos levantaron la mirada hacia el cielo oscuro, donde un montón de estrellas les dio la bienvenida. Se dejaron envolver por el manto del silencio, Kiri siendo el único sonido constantes que tarareaba el sonido de una canción desconocida para Moari.
—Eres especial, Kiri—la pequeña guerrera rompió el silencio, sin despejar su mirada del cielo a pesar de que de reojo pudo apreciar que la menor había callado y se giró para mirarla—. Es eso lo que te hace ver distinta a los demás.
Eres especial y me han pedido protegerte.
—Pues no me gusta ser especial. ¿Por qué no puedo ser como los na'vi normales, Moari?
—Lo normal está sobrevalorado—rio entre dientes—. Si yo fuera normal, no sería una excelente guerrera. Si tú fueras normal, no serías tú.
Kiri volvió su mirar hacia el cielo. A veces solo tenía que escuchar las palabras de Moari para sentirse mejor; para sentirse especial y no un espécimen raro cuya concepción es todo un misterio.
A veces no tenía que estar en los brazos de su madre para apreciar la calidez. Solo tenía que escuchar unas palabras de Moari para que cierta confianza se instale en ella.
A veces se preguntaba, ¿Cómo es que Moari siempre tiene las palabras adecuadas para decirle? ¿Por qué a veces aparentaba ser alguien que había vivido tantas vidas?
—Vamos—la pequeña guerrera se paró de la rama del árbol—. Neytiri debe de estar preocupada porque su bebé no ha ido a cenar.
—Deja de burlarte—se quejó Kiri mientras blanqueaba los ojos.
Neytiri las estuvo esperando. Cuando las divisó entre las hiervas altas, sonrió.
—A comer—ordenó hacia Kiri mientras la empujaba hacia adentro del hogar—. Gracias por traerla, Moari—agradeció cuando la menor ya estuvo adentro.
—No hay nada que agradecer—sonrió antes de dirigirse hacia la cabaña donde vivía con Mo'at.
Cuando ingresó a la cabaña, la mujer mayor se encontraba preparando medicina en el suelo.
—¿No deberías descansar, abuela?—se acercó a ella y besó con dulzura la mejilla de la líder espiritual.
—Hay un niño que está enfermo. Tengo que curarlo.
Moari se fue a dormir después de conversar su día con Mo'at. La mujer mayor la dejó partir sabiendo que su dulce niña dormía más temprano que los demás adolescentes.
Su cuerpo descansó alrededor de tres horas antes de volver a despertar. Era cosa habitual despertarse siempre a la misma hora de la noche, cuando Mo'at se encontraba bastante dormida como saber que cada noche se escapaba de la cabaña.
Corrió con cuidando de no hacer ruido. Bajo las plantas de sus pies, el pasto era iluminado con cada pisada de daba. La vista que sus ojos miraba era una cosa magistral. El bosque en si era una cosa imponente.
Paz. Pensó cuando sus oídos captaron los sonidos que los animales hacían, formando sin querer una melodía magnifica.
El arco de Moari junto a las flechas rojas que ella misma diseñaba saltaba sobre su espalda cada que la na'vi se elevaba para saltar de un árbol a otro árbol.
No pasó mucho tiempo para que Moari pudiera llegar a su destino. Como siempre, el gran manantial le dio la bienvenida.
Sus oídos se movieron cuando un sonido llegó a ellos, justo cuando estuvo a punto de tomar el agua. Volteó justo a tiempo cuando un cuerpo impactó contra ella y la tiró al manantial.
Cuando subió a la superficie, recién pudo ver el rostro mojado de Neteyam. Él había caído junto a ella.
—Esta vez llegué más temprano que tú.
—Ya era hora, tardón.
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¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
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Se mostró un poco de la relación que tiene Moari con Kiri y que papel toma la pequeña guerrera en la familia Sully
Próximo capítulo se nos viene fuertes confesiones
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Este capítulo está dedicado a LaBibliaSagrada
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