Capítulo 3.
Lo único necesario para el triunfo del mal es que los buenos no hagan nada.
—Edmund Burke.
—¿Sabes cuál es el punto en común que tiene este perfil geográfico?
—El Distrito Rojo de Isezakicho. —responde Karasu.
—Exacto. —Nikko asiente, señalando la enorme pizarra tras él. —¿Sabes cuál más?
—Se supone que es tu trabajo decírmelo.
—Estaba haciendo el un esfuerzo por ser amable contigo y lo jodes.
—Soy tu jefe, tu deber es ser respetuoso. No esforzarte por serlo.
—Ajá, lo que digas. Volviendo al punto, no hay ninguna línea clara que una los puntos desde el lugar en que fueron secuestradas las víctimas hasta el lugar que fueron encontradas. —Habló Nikko señalando el mapa que se encuentra extendido en la pizarra con tachuelas para señalar lugares y trazos de marcador para los caminos. —Como la primera víctima que ya lo habíamos mencionado, el ignoto debió tardar alrededor de treinta minutos en llevarlo desde el lugar del secuestro hasta donde hizo efectivo el asesinato.
—Muchas molestias como para que se trate de una simple casualidad. —comentó Tabito, recostandose en su silla.
—El ignoto no tiene una zona de caza. Él eligió a estas víctimas y las estuvo acechando, estudiando sus diferentes rutinas hasta que tuvo la oportunidad de llevar a cabo su plan. En la declaración de la hija de la segunda víctima, expone que su papá había comentado que se sentía observado en esa semana pero que había ignorado la situación. Y en los alrededores del club de Leiko habían visto una camioneta negra rondando.
—¿Tu teoría es...?
—Por mi parte deshecho la teoría de que sea un crimen de odio, Bachira no encontró ninguna prueba para darle forma. Yo propongo ahora la teoría de que fue por venganza.
—Sustenta.
—Estudió, acosó y secuestró a las víctimas para transportarlos al lugar del suceso. El cual fue realizado con extrema brutalidad. —explicó Ikki, extendiendo en la mesa los informes de la autopsia. —No se niega que existen casos en los que tal brutalidad puede suceder incluso "sin razón aparente" pero es innegable que cazó a sus víctimas.
—Las víctimas pueden encajar en el tipo del ignoto. —comentó el mayor.
—No parece tener un tipo en específico.
—¿Qué te hace suponer que no son un reemplazo del verdadero objetivo?
—Reitero, no establece un tipo en ningún aspecto que hayamos estudiado hasta ahora, es inexistente alguna relación clara en apariencia o personalidad de que estas personas.
—Para establecer tu teoría tendríamos que encontrar algo que relacione a las víctimas.
—O establecer una relación de las víctimas con el sospechoso.
Nikko afirmó con suma seriedad, cualquiera que los viera probablemente criticaría su forma de hacer las cosas, pero funcionaba. Karasu seguía tratando al menor como si fuera un novato, aún cuando ya estaba próximo a cumplir más de medio año en la unidad. Tenía un currículum privilegiado con los distintos titulos y certificados, pero aún así, el mayor no se lo dejaría tan fácil.
El teléfono de Karasu empezó a sonar, al ver el identificador de llamada, lo sacó para dejarlo sobre la mesa.
—Estás en altavoz, Bachira.
—Necesito que me digan que me aman.
—No está Kurona, así que te quedarás con la ilusión. —contestó Nikko.
—Ya extraño su voz.
—Bachira. —Karasu regaña, y no es que le importe realmente la extraña relación que tengas esos dos pero lo ideal sería que fuera al punto más rápido.
—Esta bien, a lo que venía. Investigué hasta debajo de las piedras para conseguir la relación que existe entre las víctimas y el Distrito Rojo. ¿Saben cuanta presencia en internet tienen la persona de cuarenta y tantos? Es casi nula.
—Karasu no tiene facebook así que...
—Púdrete, Nikko.
—Hablando del caso, encontré que Jiro trabajó en un bar al mismo tiempo que Leiko hace unos diez años.
—De acuerdo, tenemos una conexión ahí. ¿Y con Isao?
—No encuentro donde entra él en este juego.
—¿Hay alguna conexión entre esos dos y el sospechoso? —pregunta Karasu, cruzándose de brazos.
—No tengo nada aún, pero de existir, la encontraré solo dame tiempo. —contesta Bachira, se escuchan las ruedas de su silla a través del altavoz. —Pero encontré otras cosas muy interesantes.
—Suéltalo.
—Rin Itoshi, perdió a sus padres a los nueve años en un robo que aparentemente salió mal. Ambos padres murieron a causa de disparos en la sala de su casa, los niños estaban en otra habitación, se encontraron con los sospechosos quienes los secuestraron y luego abandonaron ¿Saben dónde?
—En Isezakicho. —comentó Nikko.
—Premio para el ganador. —celebra Meguru.
—Ahí establecemos una conexión entre el sospechoso y la zona.
—Hablaste de "niños" en plural. ¿A qué te referías? —preguntó Karasu.
—Rin tiene un hermano mayor, Sae Itoshi, tenía once años en ese momento.
—¿Dónde está ahora?
—En prisión por el asesinato de uno de los chicos de la casa de acogida donde vivía con su hermano. Tenía 17 años, fue juzgado como un adulto, sentenciado a quince años.
—Esta familia es una joya. —Era obvia la ironía en la voz de Nikko pero el mayor en la habitación no dijo nada al respecto.
—Sae fue llevado a prisión, a Rin lo cambiaron a otra casa hogar donde vivió hasta los diecinueve. Estuvo fuera del radar por varios años, no hay registro de nada, como si no hubiera existido y luego apareció otra vez a los veinticuatro años cuando abrió una cuenta bancaria donde empezó con depósitos pequeños, que se mantienen por un tiempo y luego ¡Bam! Recibe transferencias de varios miles de yenes, para después pasar a retiros de efectivo gracias a distintos cheques por cantidades aún más grandes de dinero.
—¿Ilegal?
—Nada que yo haya visto. Se ve bastante legal todo, incluso paga sus impuestos.
—Puedes investigar de dónde vienen esos fondos ¿Cierto? —sugiere Karasu como si estuviera retando al técnico sobre su habilidad. Una pequeña motivación.
—¿Debo mantenerme estrictamente bajo las ordenes de la ley?
—Si no te descubren, tienes permiso por mi parte de cerrar los ojos ante la línea legal.
—Lo que mi jefecito pida, mi jefecito obtendrá. ¡Nos vemos!
Bachira cuelga la llamada entonces, Karasu sonríe cuando voltea a ver a su pequeño compañero quien lo mira con cierta desconfianza.
—¿Qué sucede?
—Todas tus deducciones hasta ahora han sido bastante buenas, lo reconozco.
—No siento más que desconfianza de esos halagos.
—Siento que faltó algo que no viste. ¿No lo sientes tú?
—Habla claramente. ¿Qué sientes que me faltó ver, Sherlock?
—De tratarse de una venganza, ¿No sientes que la primera víctima fue demasiado perfecta? Además de eso...
Karasu se inclina hacia adelante al momento de hablar, Nikko abre la boca, parece a punto de refutar pero calla, su mirada baja hasta la mesa con los informes expuesto a su vista. Todos los casos tienen una inexistencia total de ADN, de de huellas, algo. Alguna prueba que demuestre que había alguien además de la víctima en esa escena. Y además de eso...
—No hubo vacilación en el asesinato. —comentó el castaño con cierto asombro en su tono que intentó disimular en vano, la sonrisa de su jefe no decayó.
—Aprendes rápido, novato. —Karasu aplaudió apenas antes de levantarse del asiento bajo la mirada curiosa de su acompañante.
—¿A dónde vas?
—Tengo que hablar con Yukkimiya, si Bachira vuelve a llamar lo voy a comunicar contigo, así que hazme el favor de comentarle de esto. Necesito que investigue sobre cualquier otros asesinato remotamente parecido en los últimos cuatro años.
—De acuerdo... ¿Hay una razón especial por la que te largas?
—Tengo que organizar nuestra salida, por lo que me enteré ya está pasando el efecto del tranquilizante en la última víctima. Así que podremos ir a hacerle algunas preguntas.
—¿Juntos? —El tono curioso de Nikko se desborda en su voz, se avergüenza un poco de eso pero es porque aunque por supuesto que tiene el entrenamiento para hacer un interrogatorio no es común para él realizarlos.
—Necesito tu adorable aspecto para hacerla hablar, así que más vale que actúes de forma amable.
—¿No para eso tenemos a Isagi y Hiori?
—Estan ocupados en este momento y creo que por un largo rato. No seas terco y apíadate de la pobre mujer.
—Es duro sobrevivir a un casi homicidio, lo entiendo.
—También es duro someterse a la amputación de ambas manos, pero así es la vida.
A Nikko no le dió tiempo entonces de procesar la información porque lo siguiente que oyó fue la puerta de la oficina al cerrarse.
[...]
Es corto, lo sé, pero se me acumularon un montón de cosas al último minuto este fin de semana, así que el tiempo de escribir se cortó pero no quería perder mi racha de actualización.
Siguen llegando datos y más datos sobre este crimen.
¿Cómo siguen las teorías? ¿Inocente o Culpable?
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