Falsa realidad
Como siempre, corría entusiasmado hasta donde su madre fregaba los utensilios que habían utilizado en la cena de ese día y, con su gran energía le pedía lo que ya ansiaba ver por centésima vez.
Sin contener una ligera risa, la mujer lo llevó hasta su habitación y sin demora comenzó a reproducir el vídeo que tanto amaba su hijo.
El vídeo mostraba una de las mas grandes hazañas del héroe mas grande del mundo, héroe que se había convertido en su anhelo, en su esperanza y motivación.
Con brillo en sus ojos lo observaba detenidamente, emocionándose de sobremanera cuando All Might decía su ya muy reconocida frase y que era la parte favorita del pequeño peliverde.
Nada mas escucharla sentía la adrenalina recorrer su cuerpo, su corazón se estremecía con una inconfundible felicidad y, su deseo mas grande se escapaba de su boca.
—¡Es tan genial! ¡Ojala pueda tener mi Kosei pronto! — Exclamó ansioso, lleno de ilusión por tener su particularidad lo antes posible, para que su sueño al fin diera comienzo... Pero...
(...)
—Creo que deberías rendirte — Fueron las palabras de aquel médico... Palabras que lo introdujeron de golpe en un oscuro abismo...
Mientras aquel hombre daba los detalles a la madre del pequeño, sus ojos se volvían opacos, una falsa sonrisa que reflejaba el shock ante aquella noticia que no quería creer se plasmó en su cara...
Su ilusión, su deseo y todo en lo que soñaba se vinieron abajo con esa simple frase.
¿Era verdad? ¿Estaba soñando? ¿No era especial como todo el mundo?
Fue un golpe bastante cruel, fue una verdad demasiado dura para un pobre niño que tenía las intenciones mas puras de todo el mundo.
¿Como se supone que enfrentaría esta nueva realidad que le cayó de golpe? Todos a su alrededor tenían algo que los hacia únicos ¿Que les diría a sus amigos? ¿Que le diría a Kacchan?
Los dos se habían prometido seguir el camino de los héroes, y él sin querer ya estaba rompiendo su promesa ¿Como le haría frente...? De seguro nada bueno iba a pasar... Su mejor amigo lo odiaría por no ser especial... Es lo único que podía ocurrir...
(...)
Bajo el sol abrazador, en un pequeño parque los sollozos de un niño siendo molestado encendieron su espíritu heroico y, aun con miedo y lágrimas en los ojos se paró en frente de los bravucones que abusaban de sus poderes para molestar a los mas débiles.
—Esto es horrible Kacchan ¿No-no ves que esta llo-llorando...? — Le reclamó a su amigo de la infancia —¡Si... Si continuas no te lo pe-perdonaré...! — Exclamó mientras se ganaba en posición defensiva, temblando enormemente debido al temor de enfrentar a su amigo.
El rubio loo miro incrédulo por un segundo, antes de dibujar una macabra sonrisa en su rostro —Aunque no tengas una particularidad — Hizo chocar su puño contra su mano, liberando una pequeña explosión en el proceso —¿Pretendes ser un héroe, Deku? —
Un afónico gemido salió de su boca y de inmediato se arrepintió de lo que había hecho, dando un paso hacía atrás completamente aterrado de ver como Bakugou y sus dos lacayos se abalanzaban en su contra haciendo uso de sus poderes.
(...)
Por varios minutos los golpes no se detuvieron, Katsuki se divertía aprovechándose del mas débil, amaba recalcar su superioridad, que los demás conocieran su lugar y que no se atrevieran a desafiarlo.
Era algo bastante cruel para un niño, pero el claro egocentrismo del rubio junto a su gran orgullo dejaban salir ese lado prepotente y algo desquiciado y mas en contra de su mejor amigo... no, de aquel inútil mukosei que se atrevía a desafiar su autoridad suprema.
—No eres mas que un inútil, no intentes creerte un héroe, Deku — Mencionó con claro tono despectivo y malicioso, al tiempo que sujetaba del cuello de su camisa al pecoso que ya apenas podía mantenerse en pie, para después arrojara con fuerza su mano a la cara de Midoriya para darle con una explosión.
—¡Oye! — Un grito lo detuvo a pocos centímetros de darle el golpe de gracia.
—¿¡Qu... — Giró su rostro para ver quien había tenido la osadía de detener su violencia, pero nada mas hacerlo un fuerte pelotazo golpeo su mejilla.
—¡Kacchan! — Gritaron sus dos lacayos al verlo caer sentado en el suelo, mientras el balón de fútbol que se estrelló contra su cara regresaba a los pies de quien lo había lanzado.
Le tomó un par de segundos reincorporarse tras aquel duro golpe que lo dejo ligeramente atontado, y con un claro odio dirigió su mirada hacia el responsable de que ahora su mejilla doliera y su nariz sangrara.
—¿¡Quien eres maldito!? — Exclamó furioso a la par que se levantaba de golpe del suelo, viendo con su ceño fruncido al chico de cabello avellana y azules ojos observándolo de igual manera.
—Deja de molestar al pobre chico... — No le respondió su pregunta, solo le advirtió que no siguiera aprovechándose del débil peliverde.
—Bastardo... — Obviamente aquello fue un insulto para el pequeño rubio, quien sentía su sangre hervir de rabia ante su acto heroico de querer proteger al inútil de su amigo —Me las pagarás... — Se había preparado para abalanzarse en dirección del extraño niño, pero entonces, la mano de uno de sus sabuesos lo detuvo.
—Ka... Kacchan... — Con una voz temblorosa le llamó, y cuando tuvo su atención apuntó al peliverde que ahora se retorcía con violencia en el suelo —Algo le pasa a Deku... — Dijo claramente asustado.
Los ojos de Bakugou se abrieron sorprendidos al ver las acciones poco racionales del pecoso, se movía como si un gran dolor lo estuviera afectando.
—¡Ka... Kacchan...! — Desesperado Midoriya buscaba a su mejor amigo, tenía miedo de aquel fuerte dolor que estaba creciendo en su pecho —¡Kacchan...! — Con sus ojos nublados trataba de encontrarle.
Su respiración se dificultaba a cada segundo, su cuerpo sudaba a mares, sentía como el aire le quemaba la garganta, como un fuerte calor empezaba a emanar de sus manos sudadas.
Katsuki lo miró con pánico, ¿se había excedido esta vez? ¿Le había hecho algo muy malo a Izuku? La idea de haberlo lastimado mas de la cuenta lo llenó de un sentimiento aterrador y al instante se dirigió a donde su amigo lo buscaba.
—¡Deku...! — le llamó.
—Ka... cchan... — Al escuchar su voz estiró su mano en su dirección — ¡Ayuda... me...! — Le pidió a quien estaba a punto de sujetar su mano, pero antes de poder juntarse un par de chispas salieron de las palmas del pecoso, para después expulsar una poderosa explosión que arrojó a Bakugou a unos cuantos centímetros hacia atrás —¿E... Eh...? —
Por varios segundos reino el silencio, mientras se disipaba el humo los acompañantes de Kacchan se encontraban boquiabiertos, sin creer lo que acababan de presenciar, a la vez que el mismo Bakugou se recomponía de aquel ataque.
—¿De... Deku...? — Los ojos del rubio temblaban al ver al pecoso aun postrado en posición fetal, con su mano aun estirada, sin saber lo que acababa de ocurrir —¿Que... Que demo... —
Una nueva explosión salio de las manos del peliverde, mas fuerte que la anterior levantó una gran cantidad de polvo, a la par que lanzó hacía atrás a Midoriya debido al retroceso.
—¡A... Ah! — Un alarido salió por su boca al ver como la sangre comenzaba a salir de sus manos.
La palma de Izuku se encontraba desgarrada, quemada por el poder explosivo que había soltado de golpe sin querer y para empeorar las cosas su otra mano comenzaba a calentarse de igual forma que la anterior.
—N... No... — Pidió sin saber lo que estaba ocurriendole, sentía un extrañó calor en todo su cuerpo y mas en sus manos que aumentaba enormemente en estas, la energía quería salir de sus palmas sin saber como detenerlas.
—¡Hey...! — De un momento a otro una mano lo tomó de su muñeca exaltándolo —¡Trata de controlarlo, es tu Kosei! — Exclamó el extraño de cabello avellana.
—¿Eh...? — No obstante ni siquiera esas palabras detuvieron el calor que seguía aumentando.
—¡Oye! — Le gritó, y para su sorpresa la brillante luz que salía de las manos de quien sujetaba se apagó súbitamente.
Por un momento creyó que el pecoso lo había controlado por una especie e milagro, pero cuando una enorme mano se posó en su cabeza descarto esa idea.
—¿Que estas haciendo, Rit-chan? — Habló el sujeto tras de él —Tu madre y yo te hemos estado buscando — Mencionó con cierto tono curioso en su voz, y al ver al pequeño niño que su hijo sujetaba un escalofrío surcó su espalda —¿Rit-chan? —
—¡Papá tenemos que llevarlo al hospital! — Le pidió a su padre preocupado mientras apuntaba a la mano sangrante de Midoriya —¡Se lastimó con su Kosei! — Dirigió su mirada a la hermosa mujer de cabello avellana que se acercaba rápidamente —¡Mamá debe venir con nosotros, para que no lo active por accidente! — Sugirió.
Sin pensarlo dos veces, el alto hombre que llevaba puesto una sudadera negra y jeans de igual color tomó con sus manos desnudas al peliverde entre sus brazos.
—Querida, debemos llevarlo al hospital, por favor no te alejes de mi... — Mencionó con un claro tono angustiado mientras acomodaba al herido muchacho en su pecho.
—Esta bien — Respondió la mujer a la par que sacaba un pañuelo blanco de su bolso y envolvía la mano herida del menor para detener la sangre —Apresuremonos — Señaló, para después tomar en sus manos a su hijo y comenzar a correr en dirección del centro medico.
Mientras, Bakugou y sus lacayos estaban completamente fuera de si, viendo como los extraños se llevaban a su amigo a quien sabe donde.
Creían que lo que habían visto no podía ser real, Midoriya, mas bien, Deku había mostrado algo inimaginable, imposible.
Un revoltijo de emociones invadieron al rubio, empezando desdé el asombro hasta terminar en una ira poco razonable.
—¿Que fue... Eso... Deku...? — Masculló apretando sus dientes con fuerza, sintiendo sin saber porque, humillación, desprecio y odio.
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Hola, aquí empieza el spin-off de mentirosa luz >/////<
Lamento que sea un inicio tan flojo >//////<
Espero sea de su agrado y les guste >///////<
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