Terminé de llenar un cuestionario y ayudé a mi hermana con el suyo. Después de que se arreglaran todas las comunicaciones se nos informó dirigirnos a una zona establecida por el gobierno para el censo. El punto de reunión más cercano, fue el colegio de mi hermana, ahí varios militares controlaban las colas junto con personal policial. La sola presencia de los militares armados daba a entender que esto no era un simple censo. Por lo que la atmósfera se volvió más pesada de lo que ya es.

— Déjame ver —acomodé a mi hermana en una de mis piernas.

Ella había llenado sus datos pero había una parte que no quería que viera.

— Tranquila llenaré esto por ti.

— Niki no vayas a escribir algo extraño.

— Tranquila, esto es fácil, vemos... ¿cuándo es tu cumpleaños?

— ¡Niki!

— Es broma, es broma —Le di unas palmaditas en su cabeza.

Acerqué mi hoja con la suya y estos brillaron levemente. Si era como nos lo habían explicado esto facilita mucho el avance.

Delante nuestro aparecieron palabras.

[Son hermanos]

La respuesta era un sí, pero para que funcione ambos debíamos estar de acuerdo. Por lo que le pedí a mi hermana que lo viera.

— Hermano algo apareció, dice que si soy tu hermana. —Voltio a verme sorprendida.

— Pues claro que lo somos, solo piensa "Sí, soy su hermana" o algo similar.

— Hummm —Frunció el ceño— Sí, soy hermana de mi hermano.

Miré en otra dirección para no reírme en su cara y cuando volví a ver los papeles la sección donde pedía información sobre nuestros familiares fue rellenada.

Solo teníamos información de nuestros padres ya que no sabíamos de la existencia de abuelos tíos o primos nuestros por lo que estábamos huérfanos en este momento. De inmediato la tutela de mi hermana se me fue dada y mis datos aparecieron al frente mío.

Según el folleto entregado ahora éramos parte de este renovado país y adquirimos todos los derechos y deberes dispuestos en la constitución.

— Niki, mira, mira. —Me agarró con fuerza del hombro.

Se suponía que cada "holograma" es personal y solo podía verlo uno mismo pero ahora ella me daba el permiso de verlo. Cada vez más se asemejaba a un juego de RPG y cosas similares. Solo faltaba los puntos de vida, de experiencia, de magia etc.

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[Dos años después] [2025]

Al despertarme me dirigí al lavado para limpiar las lagañas de mis ojos. Pero al abrir la puerta me encontré a mi hermana con una toalla en el pelo y con su bata de baño.

— Buenos-

Antes de terminar de hablar un shampoo golpeó mi cara y luego la puerta fue cerrada de golpe.

— ¡Toca antes de entrar hermano tonto! —Gritó mi hermana.

Pensar que escuchar "hermano" en vez de "Niki" me dolería más que el golpe me entristeció más, solo habían pasado dos años y mi hermana se había distanciado tanto. ¿Dónde quedó mi hermana inocente que me dejaba secarle el pelo sin preocuparse por nada?

Miré mis puntos de vida, perdí un punto por el golpe, aunque creo que fue más por el dolor por ser llamado "hermano"

— Me avisas cuando salgas —Dejé el shampoo al costado de la puerta. No hubo respuesta.

Di media vuelta y me dirigí a la cocina. Una impecable cocina blanca con bordes grises y decoraciones monocromáticas. El apartamento en el que vivimos fue construido por el estado para albergar a la población. Nadie pensó que un proyecto tan grande y ambicioso se pudiera construir tan rápido pero con la ayuda de las potencias mundiales y toda la mano de obra dispuesta a ayudar, el proyecto "El hogar del fénix" culminó hace un par de meses. Claro que influenció algo más... la nueva materia de la distorsión.

— ¡Ya salí! —Se escuchó otro portazo, ella seguía enojada.

Suspiré, está en la etapa rebelde después de todo. Dejé dos panes a tostar y por fin me dirigí al lavado. Me cepillé, afeité y me mojé el pelo. No me considero alguien atractivo pero creo que si pongo un poco de esfuerzo me iría bien con las chicas. Me burlé de ese pensamiento y regresé a la cocina, los panes ya habían saltado por lo que dejé un par más para tostar, subí a mi cuarto y me cambié con mi nuevo uniforme, ya me había cansado de ese robusto traje de trabajo... sí, fui voluntario en la construcción para obtener una vivienda mucho más antes que el resto, así mi hermana tuvo un techo seguro.

Mis estadísticas habían subido gracias a ese trabajo...

Guardé mis cuadernos lapiceros, ya saben lo básico y mínimo necesario para ir a un colegio. Pensar que volvería a un lugar así... ya tengo veintidós ¿y quieren que vaya de nuevo al colegio? Si no fuera una ley seguro me hubiera negado. Aunque lo bueno es que estaré con mi hermana, me aseguraré que ningún bicho extraño se le acerque.

Con mi motivación por las nubes fui a la cocina nuevamente dónde encontré que habían quitado los panes que había puesto a tostar.

— ¿Dayana-

De la nada un pan tostado con mantequilla untada fue puesto en mi boca.

— gruafas. —Traté de decir "gracias".

— N-no hables con la boca llena.

¡Nuestras prendas combinaban! A cierto estamos en el mismo colegio... visto una camisa blanca manga larga con una corbata color morado oscuro, mismo color que mi pantalón, cinturón negro con un enchapado plateado, botas negras que parecían espejos. Tuve que pasarle betún unas cincuenta veces para obtener este resultado.

Por otro lado mi hermana cambiaba la corbata por una pañoleta y el pantalón por una falda con bordado negro, también medias largas con acabado de malla. Teníamos las mismas botas relucientes.

— Genial esto se ve tan a la moda y elegante.

— ... Gracias por las botas.

— No fue nada, el truco está en quemar el betún para que suelte su aceite.

Me alegro que ya no esté tan enojada, por lo contrario parece estar avergonzada por lo sucedido.

Nos despedimos de mis padres que sonreían en la foto que nos trajimos y salimos de la casa rumbo a la nueva escuela.