— Hey, mocosa ¿Estás llorando?

Que llore de esta forma era culpa mía, siempre la molesté así cada vez que lloraba, por lo que aprendió a llorar en silencio. Esto me salvó en varias ocasiones evitando que mi mamá descubriera que la hice llorar. Los recuerdos eran tan frescos que me era imposible aceptar que había pasado un año más de lo que debería estar registrado en mi cerebro. Ella tardaría en responder y controlando su llanto diría que no estaba llorando. Esa era su reacción pero ahora, apenas reconoció mi voz y miró mi cara se me lanzó.

— ¡Niki!

Escuchar su voz tranquilizó un poco mi corazón, ella me llama así, no recuerdo el motivo pero era suficiente para mí.

— Ya, ya, tranquila.

Si empezaba a llorar la ola de llanto no podría ser controlada nuevamente por lo que agradecí a la maestra, recogí la mochila de mi hermana y salí del colegio.

Es sorprendente cómo los niños pasan de estar muy tristes a contentos como si nada hubiera pasado. Se estaba secando sus mocos y lágrimas en mi hombro pero la dejé. Solo será esta vez. Con cuidado fui en busca de mi bicicleta.

— Niki está temblando mucho. —dijo mi pequeña hermana.

— ... Sí, ¿no crees que hace mucho frío hoy?

— Sí...

— Vamos baja, sacaré el abrigo de tu mochila. —Con cuidado la bajé.

Limpié su rostro y su empolvado cabello. Luego le ayudé con su chamarra. Mi preciosa hermana irradiaba dulzura otra vez, una piel pálida, cabello negro y lacio que llegaba casi a su cintura, unos preciosos ojos café y unas diminutas pecas que empezaban a crecer con ella. Estoy seguro que cuando crezca será la chica más linda del barrio, no, del mundo.

— Niki, esto no estaba cuando vine al colegio... ¿Qué es?

Mi corazón se detuvo con su comentario había ignorado todo con tal de llegar hasta mi hermana, mi cerebro sabía de qué se trataba pero se forzaba a pasarlo por alto.

— Tranquila, mírame a mí. Solo ve mis ojos.

Todo lo que nos rodeaba eran vehículos que habían colisionado al quedarse dormidos los conductores, si no eran colisiones con autos eran colisiones con los edificios circundantes, vehículos carbonizados por las llamas las cuales solo fueron apagadas con el tiempo. Dejando amalgamas extrañas de metal derretido y huesos hechos carbón.

— Niki ¿Dónde está papá? ¿Por qué no vino a recogerme?

— ¡Espera! Tranquila, te explicaré solo... mírame a mí.

Ya no podía ver bien a mi hermana, mis ojos se estaban opacando. Sé cómo irá esto quizás la asuste y presionaré de más sus brazos al no controlar mi fuerza, esto siempre pasa por lo que traté de no tocarla y limitarme a dar palmaditas en sus hombros.

— Traje tu yogurt favorito, t-toma —Eso fue lamentable, ya no podía hablar bien.

Le entregué el yogurt y aproveché para limpiar mis lágrimas.

— ¿Recuerdas la película 2012?

— Sí -Abrió con hambre el yogurt, ahora que lo pienso mi estómago está rugiendo ahora mismo.

— Verás acaba de pasar algo similar, ahora que lo pienso no es tan similar, olvida lo anterior. Hemos sido muy malos con el mundo por lo que el mundo ideó una forma de acabar con nosotros. —Seguimos caminando agarrados de la mano— Hemos dormido por un año por lo que el mundo ha recobrado fuerza.

Oye es cierto, ¿Se habrá solucionado el tema del calentamiento global? Aunque con las bombas... Saqué mi celular y vi una transmisión, leí rápidamente el primer titular que encontré, las grandes potencias acusaban a otras por lo sucedido, y se estaban amenazando al activar las ojivas. Ya ni siquiera sabía qué tipo de bombas tenían, todas creadas solo para destruir ya estaban apuntando a sus oponentes.

De esta no pasa el mundo.

— ¿Pasa algo Niki? —Dijo con un bigote de yogurt.

— ¿Recuerdas a ese extraterrestre morado con el guante y las piedras esas?

— Sí, sí, el plathanos.

— Eso, espera así no se llama, no importa, nosotros hemos sobrevivido. La otra mitad ha sido borrada.

— ...

Sorprendente no lloró, estaba listo para lo que venga pero lo tomó muy calmada.

— Papá y mamá se volvieron polvo. —No sirvo para esto, ¿Cómo le dices a tu hermana que sus padres han muerto?

— ...

— ¿Vas a llorar? —Fue egoísta de mi parte decirle eso, no quería enfrentarla llorando por lo que la molesté para que no llore.

— ... Sí... ¡Waaaaa!

Que tonto fui.

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Por fin en casa... o lo que considero es mi casa abrí la puerta después de pelear con la llave y un par de patadas.

Mi hermana había dormido gran parte del camino pero se despertó cuando por fin abrí la puerta, alivio mío que no me viera en ese estado.

Cerré todo y empecé a arreglar algunas cosas. Si mi mamá sigue viva no quiero que vea todo un desastre. Sacudimos los muebles y barrimos la casa, luego mandé a mi hermana a que se duchara, yo lo haría después. Me fui a mi cuarto y prendí la TV, el conflicto entre las principales potencias mundiales había incrementado.

— Cómo es que siguen funcionando esas ojivas, ¿no necesitaban mantenimiento o algo?

De nuevo la alarma volvió a sonar, el sujeto del noticiero es un desastre pero sigue haciendo su trabajo. De alguna forma es admirable. ¿Cómo los adultos pueden soportar una catástrofe así? ¿Acaso no tienen a nadie... ? Ya entendí... ellos no tienen a nadie por quien preocuparse. Por eso su tranquilidad.

El reportero se percató de la nueva noticia y se burló.

— Las ojivas fueron lanzadas... Y tenemos imágenes exclusivas.

Mierda, debí ir por suministros... abrí mi mochila y vi el cuchillo. Decir que nunca tuve un pensamiento suicida en mi vida sería mentira, a veces parecía la solución más fácil a mis problemas pero no podía hacerlo. No por miedo o tristeza, simplemente tenía curiosidad por el día de mañana. Y ahora... soy lo único que le quedaba a mi hermana. Pero si ella... ¿aceptaría ir conmigo?

— Sería tan fácil...

Al escuchar la ducha cerrarse me burlé de ese pensamiento y lancé el cuchillo a un lado.

Mi hermana entró a mi habitación con solo su toalla tapándole.

— Debes de secarte bien, atraparás un resfriado.

Ella se acercó y se sentó delante mío.

Agarré un polo cercano y empecé a secar su pelo. Mientras miramos la TV.

Habían varias estadísticas y cuentas regresivas sobre los impactos, y luego cambiaron a cámaras que era dudoso de dónde o quién las sostiene. Dijeron algo de imágenes satelitales o algo así ¿No que los satélites no funcionaban?

Luego cambiaron a imágenes del Vaticano donde gran parte de su población estaba rezando por las vidas de las personas que estaban por morir.

— No importa la religión que profeses, solo reza por estas vidas. —Dijo el reportero.

Mi hermana empezó a rezar y yo solo veía cómo los números disminuían. Las imágenes cambiaron a cámaras terrestres dónde ya podían verse la trayectoria de las ojivas.

— Por favor Diosito, salva a esas personas. —dijo mi hermana muy concentrada.

De repente una radiante luz invadió la transmisión, sin embargo, los números todavía no habían llegado a cero.

Una gigantesca figura radiante apareció en los cielos con un rostro muy conocido para los creyentes. Dios se manifestó y las ojivas impactaron su espalda