Mi contacto no podía saber la dirección con el vídeo porque estaba bien protegido el prota y por la red que utilizaba, pero sí podía saber la dirección de mi compañera de trabajo.

Me repetía a mí mismo que Pilar es una chica fuerte y hábil con la magia, el sujeto no sabía con quién se estaba metiendo.

Corrí y corrí, mis piernas recordaban esta sensación de ser llevadas a su límite pero apenas supero la velocidad de los vagones, es tan frustrante.

Maldije mi condición y pedí que me potencien a desconocidos por la calle a cambio de dinero o piedras azules. Uno por uno las mejoras iban en aumento, esto de mendigar fuerza es una de mis grandes cartas a utilizar.

Finalmente llegué a la dirección en la cual las personas no parecían sospechar de lo que estaba pasando. Me puse la máscara y la chamarra, con cuidado de no ser visto ingresé al apartamento de Pilar desde la azotea de una casa cercana.

Todo estaba en silencio.

Me acerqué lentamente y revisé cada habitación que encontraba, hasta que finalmente quedó la última. Me encontraba parado delante de la puerta y aún así no se escuchaba el interior.

{ La cama está al frente de la puerta y el prota ya está encima de la chica, deberías darte prisa antes que paguen cinco piedras rojas para que le quiten la siguiente prenda} —Habló mi contacto a través de mis auriculares.

¿Qué mierda de página es esa? Mis ojos se inyectaron de sangre y levanté el arma, ese bastardo debía estar en mi delante. Apunté y sin dudarlo más disparé.

El estruendo de la puerta rompiéndose no fue suficiente para opacar el ruido del interior, de alguna forma lograba aislar el ruido entre habitaciones. Y ahí estaba el prota, semi desnudo con cámaras por todos lados recobrando el aliento por el disparo que tenía en la espalda.

El proyectil perdió fuerza por tener que atravesar la puerta pero logró impactarlo. Este se abrió en cinco partes las cuales marcaron su espalda hasta incrustarse y robar energía.

Pilar estaba llorando pero lo único descubierto era su abdomen, el cual tenía varias marcas y palabras escritas.

— ¡¿Quién demonios eres tú?!

Completamente desquiciado el prota se abalanzó contra mí, todavía tenía fuerza y magia para contraatacar. Por lo que volví a disparar.

— ¡Tú no estás en el guión! ¡¡LARGO!!

La temperatura empezó a aumentar bajo mis pies por lo que salté hasta la otra esquina de la casa, mis potencias estaban por acabarse por lo que no debía perder tiempo.

— Dije ¡LARGO!

De un momento a otro varias llamas aparecieron por todos lados, esto era un ataque sin un manejo adecuado de la magia ya que no controló un lugar fijo y se quemó él también, sin embargo parecía no sentir que se estuviera quemando.

— ¡Te mataré, te mataré, te mataré! ¡¿Cómo te atreves a interrumpirme?!

Debe estar bajo los efectos de alguna droga, su comportamiento es muy irracional, más allá de creerse un protagonista.

Las cámaras estaban por los suelos recordándome que estaba siendo grabado. Así que empecé a aplastarlas para seguir llamando su atención.

— ¡¡NOOOOOO!! ¡¡WAAAAA!!

Como si de un animal se tratara intentó embestirme dándome un punto fijo al cual disparar. No desaproveché la oportunidad y le disparé dos veces más. Los proyectiles ingresaron en su cuerpo y se abrieron desde adentro, absorbiendo su energía. Este prota en calzoncillos por fin estaba tirado en el suelo. Me acerqué a él victorioso sin darme cuenta que también tenía un arma.

Para cuando me di cuenta el proyectil ya estaba en mi cuerpo.

— JJAJAJAJAJAJA, ERES UN ESTÚPIDO, ESA BALA ABSORBERÁ TODA TU ENERGÍA DE GOLPE, YA NUNCA MÁS PODRÁS UTILIZAR MAGIA.

Miré mi hombro y era una piedra morada, sabía de su existencia pero por rumores, la despegué de mi cuerpo y la guardé en mi cargador, rastrillé el arma botando la piedra azul y entró a la recámara la piedra morada.

— Entonces es una bala de goma lo que me disparaste —Utilicé un tono de voz mucho más grave y ronca.

El sujeto me miró asombrado y por primera vez guardó silencio pero no fue por mucho. Apunté el arma a su cabeza pero luego la bajé a su entrepierna y presioné el gatillo.

— ¡WAAAAAAAAG!

Mientras dejaba que se revuelque de dolor, desaté a Pilar, al parecer la sogas con la que había sido atada estaban reteniendo su magia y disminuyendo su fuerza por eso no pudo defenderse.

De inmediato ella se apartó del prota y cubrió su cuerpo. No podía ayudarla sin poner en riesgo mi identidad por lo cual la dejé ser.

Por otro lado, el prota se puso de pie.

— Maldito, te crees valiente solo porque no te mató, pero ahora estamos en las mismas condicio-

Me harta oír su voz, aunque sonaba salido de un programa de distorsión. Por eso le di un buen derechazo, qué bien se sintió, el sujeto me perdió de vista y miró a Pilar.

— ¡Maldita, pensé que eras virgen pero eres una zor-

Un ganchazo y su lengua salió disparada. Es de mala educación apartar la mirada de una conversación, yo quería conversar pero este prota de tantos idiomas que hay solo entiende a golpes.

Había perdido su máscara hace rato pero tenía su cabeza llena de stickers y partes pintadas, sabes qué, mejor no me mires, le di otro golpe para no verle la cara. Un gancho más, una patada en el estómago y no se pudo levantar más.

— ¿Fien efles? —Apenas pude entenderlo.

— ¿Quién soy? Pues el cazador de protagonistas.

Patee su cara dejándolo inconsciente. Aplasté todas las cámaras y levanté su cuerpo. No quería ensuciar más la habitación. Salí del departamento y lancé el cuerpo a la calle.

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Corrí y seguí corriendo hasta que llegué a una calle llena de personas y policías, estos impedían el avance a mi destino. Pero logré llamar la atención de mi objetivo. El bullicio no me dejó escuchar lo que le dijo al oficial, pero este se acercó a mí y me permitió entrar.

— ¡¿Pilar qué pasó?! Recibí una llamada de Joe preocupado.

Pilar que parecía tener la mirada perdida se acercó a mí y empezó a llorar descontroladamente, solo pude abrazarla y esperar a que se calmara. Ahora tenía lista una cuartada.