Asalto 24 - Reflexión
Fue sorprendente verla resistir varias embestidas seguidas y ponerse de pie. Sin embargo había agotado su mana y el fortalecimiento que utilizó en sí misma se agotó.
Esto nos dio tiempo para crear un perímetro y resguardarnos de posibles infiltraciones. Las vacas y toros del exterior no podían encontrarnos por más que rodeen el perímetro sin embargo los de adentro estaban por darle una paliza a Mari.
Joe también había agotado su mana y Pilar siempre guardaba de reserva para curarnos después de cada pelea, además su especialidad no era combate cuerpo a cuerpo. Joe me miró cansado pero levantó su gran hacha que casi nunca lo ví utilizar.
— Espera —Detuve a Joe— Todavía no.
— ¡Debemos ayudarla ahora! —Gritó Pilar.
Mari se puso de pie después de haber sido embestida, sostuvo su brazo izquierdo y después de dudarlo sacó su daga que le habíamos entregado. Entendió que no tenía otra forma más para defenderse que esa pequeña daga.
— Iré yo mismo.
Mari empezó a esquivar las embestidas sin tiempo a poder encestar algún tajo, su apariencia egocéntrica se había ido y solo quedaba una niña asustadiza. Poco después empezó a correr en nuestra dirección pidiendo ayuda.
— ¡Jefe ayude! ¡Me quedé sin mana!
Al verme a mí en su frente cambió de dirección buscando a alguien más sin percatarse que un toro estaba por embestirla. Y para cuando se dio cuenta el toro ya estaba a un metro de ella sin oportunidad de reaccionar.
— ¡¿...?!
Mari cayó sobre sus propias piernas al sentir la muerte tan cerca de ella. Sin embargo no murió. El gigantesco cuerpo del toro pasó por encima de ella al recibir un gancho ascendente de mi brazo derecho. Uno por uno los toros empezaron a embestir en nuestra dirección y tuve que cortar sus cuellos mientras desviaba su dirección hacia nosotros terminando con cuerpos casi intactos alrededor nuestros.
Mari no parpadeó durante esos segundos de ataques continuos. Hasta que quedó una sola vaca desesperada, esta corrió en nuestra dirección pero no le tomé mucha importancia. El olor se había vuelto desagradable y no era por la sangre, Mari había mojado su traje. Desenrosqué mi cantimplora y empecé a vaciar su contenido en su cabeza. Mari no parecía importarle y solo miraba a la vaca que cada vez estaba más cerca.
Levantó su brazo tembloroso intentando señalar la amenaza que se acercaba pero no era necesario.
Golpeé su frente con mi dedo.
— Eres una tonta, por las puras no tienes un grupo.
Con esas palabras la cabeza de la vaca desapareció y su cuerpo dio un par de vueltas antes de caer a nuestro lado.
— ¿¡Mari estás bien!? —Pilar llegó a nuestro lado.
— Sí que te llevaste el espectáculo, creo que alguien está utilizando … hacks. Esa es la palabra ¿No?
Joe puso su mano en mi hombro y mis piernas no resistieron más. Caí sin oponerme a la gravedad.
— Vamos jefe, estoy sensible.
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Tirado dentro de "Rudy" el nombre que le puso Joe a su todo terreno, me encontraba descansando de la pelea anterior. Es cierto que esigí a mi cuerpo solo para darle una lección a Mari y estoy satisfecho, pero estar tirado al lado de ella es incómodo en muchos aspectos. Así que me hice el dormido.
— Mentiroso…
— Parece que lo hiciste enojar —Comentó Pilar— Nunca lo ví tan enojado…
— Dijo que no podía utilizar magia.
— No mintió, realmente no tiene conexión con la otra dimensión.
— ¡Es imposi-
Pilar tapó la boca de Mari.
— No alces la voz, está durmiendo.
— … Eso es imposible, todo lo que hizo allá, es imposible para alguien sin magia.
— Lo sé, es difícil de creer, pero si dejas de lado la magia y te concentras en subir tus estadísticas puedes superar la fuerza límite de un ser humano. Es lo que él hizo, claro que no podrás hacer cosas sorprendentes como la magia pero tiene su encanto. —Empezó a jugar con mi pelo.
— Pero necesitas nivel para poder subir el límite de tus estadísticas…
— Síp, es uno de los factores por los que logró ingresar, su nivel es superior al del Jefe.
— ¡SUPE-
Pilar volvió a tapar su boca.
— Silencio… —Suspiró.
— Si lo hubiera sabido antes… ¿Siempre actúa tan superior al resto?
— No, no, como dije parece que lo enojaste, él es alguien tranquilo, a veces descuidado, al principio se perdía muy seguido pero siempre volvía con esa expresión de pena en el rostro.
— … Así que tú también puedes poner esa cara …
— ¿He?
— Tienes una mirada tan atemorizante que intenté ponerte en tu lugar cuando nos conocimos, jeje, disculpa por eso. Pero ahora que te veo hablando parece que te preocupas por todos. Y este loco no aceptó tu ayuda.
— ¿Gracias? ¿Lo dices porque no quiso que lo cure?
— Sí, parecía que estaba siendo considerado conmigo, para que yo reciba toda tu ayuda.
— Sobre eso, es parte de su entrenamiento, dice que si cierro las heridas de los músculos estos no se fortalecerán, una vez lo explico pero no entendí muy bien. Algo que los músculos se rompen cuando haces ejercicio y de esta forma al curarse por separado aumenta tu fuerza, en cambio si lo parchas como lo hace la magia pierdes el trabajo que hiciste al ejercitarlos. Por eso solo lo ayudo cuando sus heridas son muy grandes o para aliviar el cansancio.
— ¿Es lo que estás haciendo ahora? ¿Por eso lo tienes en tus muslos?
— ¿¡He ah?! ¡Claro claro es por eso!
— Shiiiii, lo vas a despertar.
Bueno no me iba a quejar, aunque Rudy tiene buenos amortiguadores descansar en el regazo de alguien es reconfortante.
Estaba aprovechándome de mi situación al escuchar cosas que no debía así que decidí dormir de verdad.
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