Asalto 21 - Cumpleaños
Fue un fastidio toda la semana de investigación, pero finalmente dejamos en claro que no teníamos idea de lo que Piero hacía fuera del trabajo. La empresa en la que trabajamos ganó mala fama y nuestro grupo casi fue disuelto. Pero se terminó manteniendo con la llegada de un nuevo miembro.
Pensar en eso me agota.
También llegó el décimo cumpleaños de Diana y estaba preparando un pastel, tendría que seguir al pie de la letra la receta pero esta vez recibí ayuda.
— Debes de colar la harina, quizás no tenga residuos pero tiene que estar bien suelta para que se mezcle correctamente.
Quien me estaba ayudando temprano por la mañana era Pilar, le comenté sobre el cumpleaños de Diana así que se ofreció a ayudarme. Sinceramente es un alivio contar con alguien en estos momentos. Está actuando tranquila pero escuché de Joe que su apartamento está en venta.
Sus ojos afilados viendo la balanza me hacían preguntar si realmente estaba bien.
— ... ¿Tengo algo en mi cara?
— ... Tus ojos...
— ¿¡Heee!?
— No digo, tus ojos son muy llamativos... me perdí por un momento, disculpa.
— ¿¡He!? Ha, bueno ¿Gracias? iré por la levadura...
Si realmente le pasa algo ella lo está ocultando muy bien, en fin no es de mi incumbencia.
Ella llegó un poco después sin la levadura.
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Oculto detrás de una pared esperaba que el objetivo llegue a la zona designada. Pude escuchar sus pasos ansiosos, miré a mi cómplice e hicimos la señal. Los dos saltamos a la vez y reventamos las barras de colores que teníamos en nuestras manos, chispas brillantes de distintos colores y tamaños se esparcieron por los aires.
— ¡Feliz cumpleaños! —Gritamos los dos.
— ¡Waaaaa! ¡Niki! ¡Señorita Pilar! —Corrió a abrazarme.
Se veía muy contenta y eso me alegró, tener sentimientos nuevamente es un progreso, mi salud mental es importante, claro que soy menos sensible que antes pero no quiero perder cosas importantes como la empatía, si llego a perder mis emociones por completo... dejaría de ser un humano, y como están yendo las cosas no quiero saber en qué me convertiría.
Después de todo hay reportes de animales mutados.
— ¡Señorita Pilar usted también!
Tenía cargada a Diana pero ella quería abrazarnos a los dos por lo que terminó volviéndose un abrazo triple un poco incómodo.
— Mucho cariño por hoy, ve a abrir tus regalos.
— ¡¿Regalos?!
Perdió el interés en nosotros y corrió en busca de los regalos. Claro que no se lo dejé fácil, había una lista de cosas que debería cumplir para encontrarlos. Una forma didáctica en la que se esforzaba para alcanzar un objetivo, además de tenerla distraída por un momento.
— Eres muy bueno con los niños...
— ... Antes tuve una hermosa hermana. Ella era mi mundo.
Todos tenemos historias similares por lo que encontrar a alguien dolido no era difícil. Sin embargo...
— Ya veo, tampoco pudo despertar...
— ... En realidad murió hace dos años —Respondí un poco apenado, no quería que se sienta incómoda.
— ... ¿Dos? Entonces...
— Fue un ataque a su escuela —Me dirigí al pequeño altar que estaba cerca de la entrada— Mira, es ella —Le mostré una de las tantas fotos que había.
— Es muy linda. —Miró la foto y luego me miró.
— Lo sé, ni siquiera parezco su hermano.
— Yo... si les veo parecido.
En ese momento llegó Diana, ella estaba muy animada pero al vernos en el altar se detuvo.
— Señorita Pilar ¿Está ocupada?
— ¿Qué pasó preciosa? ¿Quieres mi ayuda?
Dejé a las dos haciéndolo lo suyo mientras me despedía de mi hermana.
— ¿Ya estás descansando en paz?
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Con la colaboración de la profesora hicimos una videollamada con algunos de los compañeros de Diana para cantarle el feliz cumpleaños. Luego la pasamos jugando y cantando toda la tarde hasta que Diana se quedó dormida.
Ella quería seguir jugando tanto que utilizó sus puntos de energía de manera inconsciente. Pero no pudo seguir el ritmo y se terminó quedando dormida.
Se podría decir que era un día de relajo, pero mi siguiente objetivo ya estaba marcado, esta vez sería fuera de la capital.
El objetivo, una chica morena de cabello rubio, con casi dos metros de alto, amante de los animales. Según mi informante una domadora. Cansada del maltrato animal creó un albergue para estos, sin embargo después del año inconsciente las autoridades acabaron con la vida de estos por el peligro que representaban. Es más, fueron los causantes del 50% de muertes de la zona después del despertar. La domadora no tenía un hábitat adecuado para su cuidado y estos terminaron huyendo. Y a pesar de todo lo causado culpó a la humanidad por lo sucedido.
A pesar que fue un trabajo noble, no tenía los medios ni los cuidados mínimos para todos los animales salvajes que "cuidaba". Para empeorar las cosas, empezó a atacar cazadores que se acercaban a su zona. Datos recientes muestran que su manada va en aumento y se dirige hacia los muros de la capital.
Una amenaza para la sociedad, desequilibrando el orden natural solo por capricho de un individuo. Lo peor es que no está trabajando sola, cada vez que avanza una jungla crece de manera acelerada ocultando sus tropas.
— ¿Te gustan los niños?
— ...¿?
Mi burbuja se reventó y caí en la realidad. Pilar se había sentado al lado mío y no sabía desde cuándo.
— Disculpa fue una pregunta tan repentina. Es solo que mirabas con tanta concentración este libro.
Miré el libro que tenía en mis manos y era uno sobre la adecuada forma de criar a un niño. No es que lo esté leyendo pero después leer muchos libros la forma en que puedo perderme en mis pensamientos es mirar una hoja llena de letras. Cómo si mi cerebro reuniera letras del libro para formar el pensamiento.
— No, digo sí... bueno no sé, jeje, siempre fui muy apegado a mi hermana que sentía natural hablar con ella, sin embargo cuando llegó Diana no sabía cómo tratar con ella, por eso me compré este libro.
— Oh entiendo, disculpa por sacarte de tu lectura, es solo que también me llamó mucho la atención tu mirada.
... ¿No dije algo similar está mañana?
— Parece que cuando marcas un objetivo vas por él con todo lo que tienes. Eso me gusta de ti. La primera vez que cazamos juntos ví cómo te preocupaste por Piero y quisiste ayudarlo y en un abrir y cerrar de ojos habían acabado con todas las vacas...
¿Por qué me está diciendo todo esto?
— Yo —Mordió su labio y tomó aire— ... también quiero ser así.
— ... Me alegro, cumplir tus metas aunque sean pequeñas es algo bueno para el cerebro—
— Vendí mi apartamento. —lo soltó muy fuerte.
— ... Bien por ti, es un buen inicio.
— ¡¿Podría vivir contigo?!
— ¿He?
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