1. Eρíʅσɠσ

Recomendación: Escuchen "Midnight City - M83" mientras leen esta parte¡!

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[Actualidad | Perspectiva de Felix]

Ha pasado bastante tiempo desde que técnicamente Hyunjin lo dejó. Felix comenzó a socializar más gracias a su hermana Olivia. Ella lo llevaba a fiestas y reuniones con sus amigos, lo que le permitió hacer nuevos amigos, que por cierto... no fue nada fácil.

Sin embargo, eso no cambia el hecho de que extrañaba mucho a Hyunjin. Felix había intentado de todo para contactarlo, pero Hyunjin lo bloqueó en todas partes e incluso convenció a sus amigos para que también lo bloquearan. Esto dejó a Felix destrozado durante muchos meses.

Finalmente, su hermana logró hacerle entrar en razón y reflexionar. No podía seguir viviendo de esa manera. Apenas comía, no podía dormir y pasaba la mayor parte del tiempo encerrado en su habitación. Incluso llegó a considerar dejar de estudiar. Todo esto le afectó demasiado.

Hasta que un día, Olivia lo convenció y lo llevó a una reunión con sus amigos, ahí fue cuando conoció a Christopher. De forma instantánea, Chris se acercó al pecoso y comenzó una conversación con él. Sin embargo, Felix parecía no prestarle mucha atención y respondía con frases cortas y frías. Intentó ser directo y pedirle que dejara de molestarlo, pero se sintió cobarde al hacerlo. Chris lo miraba con una sonrisa radiante en su hermoso rostro, y Felix no tuvo el valor de quitarle la emoción de hacer nuevos amigos. ¡No era un desalmado después de todo!

Es importante recordar que todos podemos pasar por momentos difíciles después de una separación. Es normal extrañar a alguien y sentirse destrozado, pero es fundamental rodearse de personas que nos apoyen y nos ayuden a superar esa etapa. En este caso, la presencia de Olivia y Christopher han sido un gran apoyo para Felix en su proceso de sanación emocional.

Christopher era realmente un amigo excepcional, de esos que siempre están ahí para ti, leal, fiel y honesto. Para él, Felix no era solo un amigo, sino más bien un hermano menor al que sentía la necesidad de proteger de cualquier mal que pudiera acecharlo en el mundo. Su mayor deseo era ver a Felix siempre radiante y feliz, con una sonrisa que iluminara su rostro. El simple hecho de imaginar a Felix llorando le partía el alma, ya que no soportaba la idea de verlo triste. Su vínculo era tan fuerte que la felicidad de Felix se convertía en la mayor prioridad de Christopher.

Todo iba perfecto en la vida de Felix. Después de superar las dificultades que había tenido con Hyunjin, sentía que finalmente había encontrado la verdadera felicidad. Tenía una gran cantidad de amigos a su alrededor, pero había uno en particular que ocupaba un lugar especial en su corazón: Chris. Chris era su mejor amigo, alguien en quien podía confiar plenamente y compartir todos sus pensamientos y emociones. La amistad entre Felix y Chris era tan fuerte que podrían considerarse como hermanos.

Felix valoraba enormemente a Chris y apreciaba cada momento que pasaban juntos. Su amistad era un refugio seguro en medio del caos del mundo exterior. Juntos, compartían risas, secretos y aventuras inolvidables. Parecía que nada podía perturbar esa conexión especial que tenían.

Sin embargo, como suelen decir, la efímera naturaleza de las cosas es una realidad ineludible. La felicidad, ese sentimiento tan anhelado y esquivo a la vez, puede desvanecerse en un abrir y cerrar de ojos, dejando tras de sí un vacío abrumador. Felix, sumido en sus propios pensamientos, siempre fue consciente de esta verdad incómoda y frágil. En cambio, nunca se atrevió a imaginar que el destino le depararía una prueba tan desgarradora y desafiante, capaz de sumergirlo en un abismo de tristeza y angustia insondables.

Un día cómo otros, la familia Lee cenaba junto a Chris en el gran comedor de la casa. Era normal ver al castaño oscuro cenar con la familia del menor, hasta habían veces que se quedaba a dormir. Se había vuelto una costumbre.

—Felix, tenemos que decirte algo importante. —Dijo el mayor de todos en la mesa, el padre de Felix—

Fx: Dime, padre. Soy todo oídos.

—Voy a ser directo. Me ofrecieron un buen trabajo y lo acepté... —Se veía algo nervioso y Felix pudo notarlo. Sin embargo, no entendía el porque—

Fx: ¡Oh, me parece increíble! Me alegro por la oportunidad, padre.

—Eso no es todo, Felix. El trabajo es en otro país, nos tendremos que mudar...

Al principio se emocionó, le gustaba la idea de conocer un nuevo lugar. Hasta que lo pensó mejor... iba alejarse de Chris.

Fx: Olivia y Rachel ya lo sabían, ¿verdad? ¡Maldita sea, soy el último en enterarme!

—¡Felix Lee, controla ese vocabulario! —Expresó la madre del rubio, con un tono determinado y firme para poner orden en la mesa—

Fx: Es evidente que este es un momento increíble en mi vida. Finalmente estoy experimentando la felicidad que tanto anhelaba... ¿Por qué me hacen esto ahora? —Al mismo tiempo, sintió un nudo en su garganta y una fuerte necesidad de llorar. No obstante, no quería parecer un niño caprichoso que hace pataletas cuando las cosas no salen como quiere—

Chris intentó calmar a su amigo, puso su mano en la rodilla de este, tratando de brindarle ese apoyo incondicional.

—Te entendemos Felix, pero esta es una gran oportunidad para tu padre... ¡Por favor, también entiendenos!

Fx: No, no puedo entenderlos...

—Yo no te crié así, compórtate como el hombre derecho que eres, Felix.

Fueron las palabras que resonaron en los oídos de Felix, como un peso en su corazón. Sintió que era la gota que derramó el vaso. Con una mezcla de frustración y tristeza, decidió retirarse a su habitación. No quería que su familia lo viera llorar, ya que había crecido escuchando la creencia de que "los hombres no lloran". En ese momento, se encontraba luchando con sus emociones y con las expectativas impuestas sobre él por la sociedad.

Después de unos minutos, Felix se encontraba tumbado boca abajo en su cama, envuelto en un par de mantas. Las lágrimas brotaban sin cesar, manifestando su impotencia, rabia y desilusión. Se sentía abrumado por la noticia de tener que mudarse a otro país. Aunque aún no conocía el destino exacto, la idea de dejar atrás todo lo que había construido en los últimos meses le resultaba insoportable. Anhelaba que todo fuera simplemente una broma y poder permanecer donde estaba.

Llorando en silencio, escuchó un suave golpeteo en la puerta de su habitación. Con un suspiro profundo, Felix secó rápidamente sus lágrimas y se esforzó por controlar su respiración, buscando recuperar la compostura antes de poder articular un tranquilo "Pase" para permitir la entrada a su visitante.

Aún cubriendo su cuerpo y cara con las mantas, sintió un peso en su cama, específicamente en la esquina derecha de esta.

Cr: Fefi, te traje un poco de postre... —salió con un tono suave— Vamos Fefi, no me gusta que estés así, habla conmigo.

Después de un largo y reconfortante momento entre las cálidas mantas, donde Felix se tomó el tiempo para reconocer la presencia de su propio cuerpo, permitiéndose sentir cada latido, cada sensación que emanaba de su ser. Con una determinación renovada, se deslizó entre las telas y se dirigió hacia los brazos abiertos del pelirrojo. Anhelaba sumergirse en ese abrazo reconfortante, ansiando sentir la protección y seguridad que siempre encontraba en los cálidos y acogedores abrazos del mayor.

Fx: No me quiero ir. —Dijo entre sollozos— No dejes que mis padres me lleven. —Hizo una pausa— No quiero dejarte, no quiero alejarme de tí...

Cr: Ya veremos la manera de estar juntos, yo nunca te dejaría así de fácil, Fefi. —Se notaba la preocupación en cada palabra que vocalizaba el mayor— Yo ya soy mayor de edad, puedo concluir mis estudios en el lugar que vayas, no me haría problema con eso...

Fx: Te quiero mucho, Chris.

Cr: Te quiero muchísimo más, Fefi.

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Después de una larga charla reconfortante que tocó el corazón de Felix, llenándolo de valor y determinación, finalmente tomó la decisión de entablar una conversación con sus padres. Estaba decidido a plantearles las preguntas que tanto le habían estado rondando en la mente, buscando respuestas sobre el repentino cambio de vida que estaban por experimentar.

Fx: ¿Cuál es el país donde iremos a vivir?

Corea del Sur.

Felix miró a sus padres con una expresión de sorpresa y preocupación.

Fx: ¿Se dan cuenta de que ni siquiera sabemos hablar coreano? —Les dijo, notando la falta de preparación para la situación en la que se encontraban. Sin embargo, en ese momento recordó que gracias a su amigo virtual coreano, había logrado aprender algunas palabras básicas del idioma. Reflexionó para él mismo en su mente: "Al menos eso debería servir para algo, ¿verdad?"—

—Podemos aprender, Felix.

Cr: Yo sé coreano... Hace un tiempo que estoy tomando unas clases virtuales porque se me hizo interesante el idioma.

Fx: ¿Por qué no sabía eso?

Cr: Porque nunca preguntaste. —expresó con una sonrisa, muy característica de él—

—¿Tú también irás, Christopher?

Cr: Por supuesto, no podría estar tanto tiempo sin su hijo, Señora Lee.

—Es muy bonita la amistad que tienen ustedes dos, me alegro mucho.

Fx: ¿Cuándo iremos?

—La próxima semana.

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