8. Extrañas cosas están pasando
— ¿Disculpa?.— dudó Zero confundido.
— L-Lamento haberte preocupado, y-yo solo... — X no pudo terminar de hablar cuando ya había empezado a temblar.
— Cállate un momento.— pidió con cierta firmeza luego le levantó la cara con ambas manos.— Estás muy nervioso, cálmate. No voy a hacerte nada.
— ... Perdón.— tomó un respiro profundo y lo soltó lentamente pero un poco entrecortado por los nervios a la vez que se abrazaba a sí mismo.
—Ya está, ¿mejor?.— dijo el rubio. X le asintió con timidez, mirándolo con preocupación.— Deja de mirarme así, no voy a hacerte nada. Entiendo lo que quieres hacer.
— ¿A sí?.
— Tratas de compensarte con Axl, lo entiendo. Sólo que me molesta de todas formas.
— Lo siento.
— Vuelve a disculparte y te golpearé.— exclamó el ojiazul un poco irritado.— No es tu culpa que me moleste, ya me conoces, soy un poco... protector.— el ojiesmeralda le sonrió tímidamente, se cerró otro poco más y trató de bajar la cabeza pero el rubio no se lo permitió.
— Gracias, Zero.
— A ti, X. Es lindo ver a Axl feliz.— le soltó el rostro y se mantuvo cerca de su mejor amigo.— Pero ¿No ibas a ver a Kuromi hoy?.
— La llamé en la mañana y le dije que lo pospusiéramos.— mintió el azulado con tranquilidad.— ella me dijo que pude que mañana.
— Bien, creo que está bien. Ven.— le hizo una seña y ambos fueron hasta la entrada... pero el azulado no entró.— ¿X?.
— Voy a quedarme un rato afuera, tranquilo.
11:20 a.m. 13/07/21XX
X paseó por los jardines de la HQ pensando y dejando que los recuerdos le comieran la memoria. Se dejó caer sobre la grama bocabajo y se dio la vuelta para mirar el cielo grisaseo. Se maldecía por mentir y por haberse llevado a el hijo de Zero lejos de él, no quería que aquello llegara más lejos y, aunque Axl lo fuese a odiar por el resto de su vida, debía decirle... no, debía imponerle que no habrían más salidas con Kuromi. Se recostó desviando su mirada del cielo y dejo que su costado reposara el peso de su cuerpo, cerró los ojos y suspiró. Dejando que su mente se llenara de recuerdos, no precisamente buenos pero tampoco eran los peores de su vida. Sintió las gotas del cielo acariciarle el rostro y no se movió a pesar de la advertencia de que estaba apunto de llover otra vez. Escuchó pasos mojados en el barro mientras la lluvia se procedía normalmente a empapar todo, no se quiso mover y volvió a suspirar; Sintió una helada mano en su rostro acariciarlo con cariño a pesar de que el ojiesmeralda solo se estremeció del frío, luego sintió que husmeaban en sus bolsillos. Al fin, abrió los ojos y se volteó bruscamente para reprocharle las acciones a quien fuese pero, para su sorpresa, era Kuro que le había quitado su tabletica y marcaba con tranquilidad un contacto. Ella le miró y le sonrió mientras se colocaba el aparato en su receptor.
— ¿¡Qué haces?!.— exclamó sorprendido intentando levantarse lleno de barro para quitarle el aparato aunque solo se resbalara.
— Sólo quería estar un rato más contigo.
— Me refiero a la llamada.
— Voy a hablar con Zero, nada especial.— dijo ella aún esperando que el ojiazul contestara. X se balanceó hasta Kuro e intentó quitarle la tablet con muchísima más desesperación que antes. Justo en ese momento, Zero respondió.— ¿Zero? Soy Kuro, ¿Te acuerdas de mi?.
— ¡No!.— X siguió intentando detenerla pero era inútil, si no podía levantarse solo darle manazos a su codo no hacía diferencia relevante.— ¡Kuromi!.
— Kuro, desde luego que me acuerdo. ¿A qué se debe la llamada?.— se escuchó claramente del otro lado de la línea.
— Quería que supieras que no voy a salir con X mañana sino hoy ahora en la tarde.— Kuro apartó a el hunter de estela azul colocando un pie en su pecho y dejándolo contra el barro.— Ya sabes, siempre quieres saber donde ando.
— ¿Cómo le quitaste a X su...?.
— Él me la dio, me pidió que te llamara y todo.— hubo un silencio aterrador luego de que ella terminara de hablar.— En todo caso, ¿Quieres venir?.— X deseaba ser parte del barro para no tener que soportar aquella tortura.
— Deja a X y devuélvele sus cosas. Quiero que te largues de la HQ.
— Pero...
— ¡AHORA!.
Kuromi cortó la llamada y dejó caer la tablet a la altura del pecho del azulado, le mencionó que mejor se iba pues, venía un demonio con apariencia de Zero hacía allí. Se fue corriendo, X escondió su tabletica en uno de sus bolsillos de la armadura y se levantó finalmente del barro muy aturdido. Mantuvo el equilibrio a duras penas pero de todas formas, el hunter carmesí había llegado, cada paso era hacer temblar la tierra y su mirada solo destellaba odio. En cuanto estuvo cerca, X abrió los labios para hablar sobre lo ocurrido y excusarse pero el ojiazul lo aventó ferozmente contra el suelo y luego puso un pie en su estómago, causando que se llenara muchísimo más de barro y quedara completamente vulnerado. Sus orbes verdes brillaban miedo y un par de lágrimas que se asomaron para hacerlo ver cómo un grandísimo fracaso, no se quiso mover pero el rubio lo pateó nuevamente contra el suelo, hundiéndolo más en el barro. No se quejó por el dolor solo miró el peto del contrario, de forma borrosa por las lágrimas, bajó la mirada y dejó que el hunter carmesí se alejara para reventar a llorar una vez más. Sin embargo, Zero solo se alejó un poco, unos pocos metros, lo miraba en el suelo llorando. Solo podía pensar en que lo traicionó y que era débil y patético, ahora más que nunca dudaba de cómo pudo hacerse amigo de menudo reploid. Solo basura andante.
Se fue adentro indignado y se alejó de los sollozos asustados que dejaba salir su mejor amigo. Quería olvidar rápidamente lo ocurrido por lo que optó por ir con su pequeño, además de eso, tenía que convencerlo de que Kuro no era la reploid que él creía.
12:02 m. 13/07/21XX
X estaba tumbado en su cama, embarrándolo todo. Sus ojos aún reflejaban la tristeza que le daba sentirse un traidor. Pero, si volvía atrás, Axl lo odiaría por no seguir saliendo a escondidas con Kuro y, si seguía con la farsa, Zero los terminaría descubriendo y se armaría un problema que puede le costara su amistad o incluso más que eso. Aunque a Axl le gustara mucho la idea de salir con Kuro, aún tenía algo extraño en ella; cómo si su parte inconsciente -expresión corporal, tono de voz, mirada.- le estuvieran advirtiendo de algo. Abrazó la almohada, embarrándola e imaginando que pudo haber hecho para evitarlo... Pero sus pensamientos se desviaron a la puerta cuando la abrieron sin brusquedad y luego la cerraban por costumbre. Era Axl, que se acercaba sonriente, ignorando completamente el estado de su compañero.
— Mi papá dice que le mentiste.
— ¡Argh! Axl... Luego te lo explico ¿sí?. Ahora no tengo humor para nada. — le mencionó el hunter de estela azul hundiendo su rostro en la suave almohada. — Necesito pensar.
— ¡Pero...!. — el chico de la cicatriz guardó silencio para que pudiera pensar bien en las palabras que usaría. — Puedo ayudar, puedo decirle a papá que todo fue un malentendido.
— ¿Tal malententido que me pateó? No creo que valga la pena. Ya no soy alguien importante para él, pasé al segundo plano. — declaraba el ojiesmeralda con tristeza y cansancio.
—¡Pero Kuro es quien te ha perjudicado! ¡Ella es la que roba tu teléfono!. — hizo una pausa para sonreir. — Kuro es genial.
— No, no lo es.
— Claro que sí, ella es divertida y medio ninja y además tiene...
El mayor dejó hablar al más pequeño, sin prestarle real atención. Solo... Estaba confundido por lo rápido que cambió de opinión y comenzaba a hablar maravillas de ella. Llegó con una intensión y terminó con otra, quizo hacerlo callar un momento para hablarle pero el niño no lo dejó, siguió hablando y hablando hasta desviarse de tema e intentando vincularlo con Kuro. Hasta que la puerta se abrió de un portazo.
—;Hola, papá. — saludó alegre e indiferente del enojo de Zero al pasar.
12:45 m. 13/07/21XX
— Por eso,... — Axl nunca terminaba de dar la explicación de lo que sucedió intentando cubrir a el ojiesmeralda para poder salir nuevamente.
El rubio estaba sentado en la silla del escritorio y X se había sentado en la camilla mientras el niño seguía de pie explicando con pelos y detalles "cada cosa que había pasado". El ojiazul estaba tan serio y tan... Difícil de decifrar que por mucha culpa que lo mirara X, su mirada era fría e indiferente. El pelirrojo terminó su explicación y esperó reacción, el ojiesmeralda miró la camilla bajando la cabeza, pues esperaba gritos y rabietas, pero, en su lugar, consiguió un sonido de aprobación. El pequeño y el azulado lo miraron con cierta esperanza en sus ojos, el hunter carmesí solo miró en los ojos de su mejor amigo para decirte que lo sentía pero que solo necesitaba hacer una última cosa. X retrocedió en la camilla cuando lo vió acercarse pero su mano se dirigió a la suya para quitarle la tablet pequeña, lo desbloqueó con facilidad y comenzó a buscar.
— ¿Qué haces?.— el hunter de estela azul se asomó por su hombro para ver.
—Voy a borrar el número de Kuro.— declaró el otro, encontrándolo y haciendo lo dicho, borrándolo.
Le devolvió su tablet y se dirigió a su hijo para ambos salir de allí. Axl miró al ojiesmeralda con una sonrisa y éste se la devolvió. No podía ser tan malo volver a salir de escapada en las mañanas, quizás Kuro no era el problema. Duró un corto tiempo en su camilla para pensar en ello: Lo que realmente necesitaba hacer era cambiar la manera del rubio de ver a Kuro y si la iban conociendo cada vez más, tendrían más información para poder defenderse y no sencillamente esperar a que el ojiazul los atacara en palabras y, que su único método de huída fuera pedir perdón de manera absurda y repetitiva. Proseguió a levantarse con cuidado de la camilla para no resbalar y dirigirse a limpar su armadura correctamente, además de limpiar su desastre en su recámara. A lo mejor así se calmaría más y podría despejar la mente de un Zero protector y explosivo. Y eso era lo más importante.
01:15 p.m. 13/07/21XX
— ¡Abajo! ¡ABAJO!. — gritó el hunter carmesí al ver que mientras Axl alzaba vuelo, un dron bajaba en su dirección con un misil.
El pequeño reploid atendió rápido y esquivó el misil hacía un costado mientras hábilmente le apuntaba a los drones que pretendían rodearlo. Zero suspiró al ver que había podido controlar la situación, no podía decir que se sintiera seguro de la manera como su hijo se desempeñaba en batalla, incluso, revisar la pequeña pantalla durante el entrenamiento era perturbador a sus ojos:
Certeza: 62%
Habilidad: 86%
Fuerza: 35%
Estrategia: 19%
Solo lo alteraba más, frunció el entrecejo y cerró los ojos para intentar calmarse y olvidar la rabia pero un estruendo metálico lo sacó de concentración. Axl rodó por el suelo y una de sus pistolas salió volando fuera de su alcance, quedó bocabajo mientras chillaba intentando levantarse. El rubio miró alrededor para buscar la causa de su fallo, su vista recorrió los drones en el suelo destrozados, los láseres, ahora, inútiles, y finalmente un último factor que agregaba el nivel de dificultad 7: Un holograma. Imitaba a la perfección un maverick y éste le apuntaba a el pelirrojo aún. Al notar que Axl solo seguía en el suelo chillando, se dió cuenta de algo importante: Estaba fuera de combate. El ojiazul se dispuso a entrar en escena y, con un raudo movimiento con su saber, acabó con el holograma que amenazaba volver a disparar. Y con eso, acabó el entrenamiento. Todo se apagó y el chico de la cicatriz seguía tendido en el suelo, adolido. Su papá llegó hasta él preocupado, sentándolo y usándose de apoyo, con extremo cuidado.
— M-Me... Duele mucho... Papi — llamó en un chillido asustado, el mayor lo abrazó para calmarlo. Tanteando delicadamente en la abolladura de su estómago. — No hagas eso... Duele...
— Tranquilo, ya resolveremos eso, pequeño. — lo levantó entre sus brazos y salió corriendo al próximo piso para llevarlo a la enfermería.
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