7. La primera salida
— A ver, X. Despierta, ya es de noche. Llevas toda la tarde durmiendo.— se escuchó una voz retumbante en la habitación del ojiesmeralda, viéndose interrumpido en su reconfortante descanso.
— Un momento. — logró sentarse en su camilla y la tabletica sonó impactando contra el suelo. Se gruñó pero solo se restregó los ojos para ver quien estaba sentado a su lado.— ¿Pasa algo, Zero?.
— Solo espere a que durmieras para escuchar que pasó con Kuromi.— se acomodó para prestar máxima atención.
X bostezó y tronó sus conexiones al estirarse. Zero lo acosaba con la mirada, ansioso de saber la razón de que cedió a la peliceleste, sin embargo, el ojiesmeralda se cubrió la cara con ambas manos, meditando. Se mantuvo así por varios segundos, hasta sentir la mano del rubio posarse en su hombro. Se limitó a mirarlo sacando un poco el rostro de las manos y finalmente, suspiró para comenzar a contarle lo que había pasado. Sin embargo, aunque comenzó de manera calmada su historia, sin darse cuenta comenzó a mentir referente a lo que había pasado, colocando a Kuromi como una reploid tímida y asustadiza, a sí mismo como un amigo suyo y así hasta olvidar realmente lo que pasó en la mañana. Luego de acabar desvió su mirada hasta la ventana y nuevamente juró oír un flash de cámara, abrió la ventana para asomarse mientras oía las risas de su compañero a sus espaldas.
— ¿Ocurre algo, X?.
— N-No... Bueno, sí. ¿No escuchaste ese flash de cámara? Ya sabes, cómo si alguien hubiese
tomado una foto.
— No... X, creo que estás escuchando cosas. Sigue durmiendo, — consoló el rubio, palmeando las sábanas y viendo cómo su mejor amigo se frotaba los ojos con las manos cómo un niño pequeño.— mañana veremos que pasa.
La tabletica de X sonó y Zero fue quien la atendió más rápido al estar cerca. Y sin clave, Zero fue el primero en leer el mensaje entrante: Era una foto de X mirando confundido a un costado mientras la lluvia iba invadiendo la mayoría de su armadura y su rostro. El ojiazul notó a su compañero chasquear la lengua y sonrojarse en vergüenza por lo que la foto mostraba. El reploid azul no era a alguien que le gustara que le sacaran alguna foto sin antes pedírselo, le daba vergüenza salir "casual" -en unas grandísimas comillas- además que, en esa foto particularmente, estaba algo herido y su mirada a la nada parecía que lo hubiesen atacado entre 50. Debajo de la foto estaba un comentario de Kuro que decía: "Tan adorable q t ves <3 <3, mañana t pienzo tomar algunas maz". El ojiesmeralda miró aterrado a su compañero que solo bufó y se posó en la barra de salida para responder el mensaje. X se cubrió los ojos, estaba casi seguro que sería una amenaza excesivamente sádica y cruel, y que, de un momento a otro, Kuro llamaría y ambos comenzarían a discutir por el aparato... La peor parte era que su dueño en realidad era X. Sin embargo, la curiosidad lo llamó al oír el "pop" de su tabletica al salir el mensaje, se asomó y su rostro se puso pálido al ver cómo Zero, con perfecta ortografía y pulcra gramática, le preguntaba a donde se verían y cuantas fotos tenía de él. Y, encima, todo cómo si lo hubiese escrito el ojiesmeralda. Esperaron otros par de segundos para que la respuesta llegara: "Dond 100pre hacuerdate de yevar a acsel lez tngo una sorpreza a los 2".
— Pídele que no me tome más fotos.— dijo X. El rubio le asintió brevemente y prosiguió a escribir que le "rogaba" que dejara de sacarle fotos sin que el ojiesmeralda lo permitiese.— Yo no te roge.
— A mi no, a ella sí.— rió Zero acercándose un poco a su compañero que hacía lo mismo, sólo para que ambos pudieran ver bien el aparato.
Llegó nuevamente otro mensaje diciéndoles que tenía muchísimas fotos, y para finalizar el cuadro mandó cómo 3 más. X se llevó la manta a la boca y la mordió nervioso mientras Zero seguía interrogándola, duraron así varios minutos hasta que el ojiazul notó un peso a su lado, miró por encima del hombro y captó a su mejor amigo rendido en la almohada y las sábanas. Preparó la cámara y le tomó una foto sin flash, se la envió a Kuro y esperó a que ella respondiera. Mientras lo hacía, miraba a el azulado descansar profundamente, viéndolo como si en algún momento que se diera la vuelta, le apuñalaría por la espalda. Estaba bastante desconfiado de X, aunque particularmente de que empezara una amistad con Kuromi, aquello era una obvia búsqueda de compañía y prácticamente, él tomó al primero que se le cruzó en el camino. Desvió la mirada al aparato y notó el mensaje que Kuro había mandado, su rostro perdió color al leerlo, aquello tenía que ser casualidad, no era posible: "K linda foto 0 erez vuem fotografo dale a ex my vesito d vuenas nocges".
¿¡CÓMO DEMONIOS HABÍA DESCUBIERTO QUE ÉL HABÍA TOMADO LA FOTO?!. Sintió un escalofrío recorrer su espinal dorsal metálica con rapidez, mientras tragaba saliva. Era aterrador, se limitó a mirar alrededor, descartando que ella estuviese allí o que hubiera alguna cámara espiándolos. Se estremeció soltando un suspiro y respondió con rapidez un "Buenas noches". Apagó la tabletica y la dejó a un costado de la cama, miró una vez más a su compañero y chasqueó la lengua en señal de rechazo y asco, posterior a eso, salió a descansar a su recámara.
✿ ✿ ✿ ✿ ✿
6:37 a.m. 13/07/21XX
Sin querer abrir los ojos, X estaba sumido en un mundo de sueños e irrealidades, estaba cómodo en su oscuridad aunque solo viera eso. No quería despertar, no quería regresar a la realidad, no quería pensar en todos los problemas que tenía... Pero, repentinamente sintió un peso en el estómago, cómo su hubiesen colocado una caja con ladrillos dentro. Ante la falta de aire y la sensación incómoda, lentamente fue abriendo sus ojos de esmeralda para que la luz del sol... no los golpeara. Se sorprendió al notar que, en efecto, había algo sobre él que cubría la ventana y tapaba la luz del sol. Solo podía distinguir una mancha, se restregó los ojos con sus manos débilmente, ahora veía una silueta, parpadeó a duras penas, y finalmente se dio cuenta que, o mejor dicho, quien lo había despertado con su peso.
— Buenos días, X.
— ¿Qué haces aquí, Axl?.— Preguntó entre molesto y confundido, el ojiesmeralda, boca arriba. El pelirrojo estaba sentado encima de él, con las piernas a sus costados y las manos estaban apoyadas en su pecho, inclinado levemente hacía adelante.
— Buscarte. ¿No íbamos a salir con Kuro hoy?.— respondió el niño con su simpática actitud y una radiante sonrisa.— Anda, lo prometiste.
— Para empezar, yo no te prometí nada y, seguido a eso, dijiste que ibas a encargarte de tu papá.
— Sí, por eso nos vamos ahora. Papá sigue dormido.
— Qué lastima, porque yo también sigo dormido.— le mencionó X tomando la almohada y cubriendo su cara para volver al descanso. Axl rió ante el comentario y eso solo amargó más a el ojiesmeralda.
— Vamos, ¿sí?. Anda, anda, anda, anda, anda, anda, anda... — y así sucesivamente, Axl comenzó a dar brinquitos sobre el estómago del contrario a la vez que le decía para ir. A el reploid de estela azul se le empezó a salir el aire en cada brinco, además que era un dolor muy desagradable en su estómago. Se quitó la almohada de la cabeza y se sentó dificultosamente para hacerle casi imposible al niño seguir saltando en su abdomen.
— ¡Está bien!, está bien. Vámonos ahora.— gruñó finalmente cediendo ante la presión. El chico de la cicatriz seguía sentado en él y, ante la respuesta, sonrió y lo abrazó emocionado.
De un pequeño salto, el chiquillo se alejó de el adulto y, en cuanto X se levantó de la cama, lo arrastró pero el mayor lo detuvo para poder tomar la tabletica. Se la entregó al menor y le indicó que llamará a Kuro mientras él buscaba sus desayunos. Tal cual lo planearon, el niño llamó a la reploid mientras comían y en poco tiempo, se encontraban afuera caminando al punto de encuentro. Axl se sentía emocionado, pues, se trataba de alguien divertida y muy chistosa. X, por su lado, sentía a todos sus circuitos derretirse al sobrecalentarse con los nervios, Axl y Kuro, esa era una combinación que Zero odiaba y, si se enteraba de lo que pasaba esa mañana, el Maverick Hunter X legendario según algunos, iba a ser solo un recuerdo con una humillante muerte que marcaría la historia. Tenía que empezar a aceptarlo, le tenía miedo a Zero.
7:16 a.m. 13/07/21XX
Las risas de Kuromi y sus gritos captaron la atención de ambos hunters, Axl salió corriendo en su dirección, ella lo imitó y ambos se cerraron en un abrazo. X solo sintió sus piernas flaquear ante la escena, no llevaban ni 24 horas conociéndose y se recibieron con un cálido abrazo, era extraño. Kuromi comenzó a jugar con las mejillas del niño y a decirle que era increíble el hecho de que hubiese podido ir. El ojiesmeralda estaba a una distancia considerable de los otros dos, no tenía ganas de acercarse. Se sentía solo nuevamente, aunque ellos no estuviesen lejos. ¿Por qué, desde esos días, se sentía cómo parte del paisaje? ¿Por qué parecía que volviese a empezar a vivir...? Necesitar la aprobación de otros. Quiso darse vuelta e irse el HQ y a su cama nuevamente, solo para imaginarse que todo el tiempo estuvo soñando y que solo se trataba de una pesadilla pero Kuro lo atrapó en un abrazo a la vez que lo saludaba y luego le plantaba un beso en la mejilla juguetonamente. El ojiesmeralda se le coloraron las mejillas ante sus acciones y se limitó a saludar cerradamente.
— ¿Ahora qué hacemos, tórtolos?.— soltó el niño con un tono simpático acercándose a los adultos.
— ¿Tenías algo en mente, X?.— preguntó Kuro muy alegre. X solo negó con la cabeza confundido.— ¿Qué tal si vamos a pasear hasta la estación del tren?.
— ¡Hecho!.— gritó emocionado el chiquillo comenzado a andar en la dirección sugerida.
La ojimarrón se separó del hunter de estela azul para tomar su mano y andar a su lado. Ella le sonreía risueña mientras él solo estaba sumido en sus pensamientos mirando la nada y absorto de la realidad. Solo se preguntaba cuánto duraría aquella salida y cuál sería su excusa cuando regresarán y Zero estuviese deseando saber en donde había estado su hijo. No quería otro problema más en la lista, bastante tenía con que su mejor amigo lo rechazaba y que lo usara. No quería pensar que lo odiaba porque no se trataba de eso, sino de justicia y de castigo pero... no parecía ni una ni la otra. Parecía más bien algún abuso y una tortura.
9:20 a.m. 13/07/21XX
X quería disfrutar el paseo pero no podía, se sentía entre incómodo/asustado por la actitud de Kuromi, le tomaba continuamente la mano, se juntaba a él e incluso se recostaba de su hombro. No dejaba de pensar en el beso en la mejilla que había recibido. Axl conversaba mucho con Kuro e incluso jugaban, ella lo trataba cariñosamente y siempre estaba muy pendiente de lo que decía o le pasaba. Le llegó a comprar una bolsa de un generoso tamaño de gomitas y a llevarlo a cualquier lugar que él deseara. Definitivamente, la peliceleste estaba decidida a ser la mejor compañía que Axl pudiese tener.
11:10 a.m. 13/07/21XX
Ya quería volver pero Kuro no los quería dejar, aún quedaban muchas gomitas en la bolsa y Axl seguía comiendo lentamente, no le cabía otra gomita más. X tuvo que ponerse levemente firme con la reploid para que los dejara irse pues iban a meterse en un gigantesco problema, Kuro no parecía entender o sencillamente no le importaba. Al final se fueron a la mala hasta la Base, Axl un poco triste por no poder seguir con la reploid y X molesto por la actitud de ambos. Ni siquiera a Axl le importaba la situación aunque tuviese mucho que ver con él. El hunter de estela azul caminaba con mucha firmeza en cada paso para llegar hasta el HQ lo más rápido que pudieran.
11:15 a.m. 13/07/21XX
Cuando por fin llegaron hasta la entrada del Cuartel, el rubio los esperaba de brazos cruzados y una cara de muy poca alegría. El pelirrojo pareció ignorarla y corrió hasta su papá para abrazarlo. Aunque Zero lo saludo y correspondió el abrazo, le regañó por haberlo preocupado de esa manera pues se había asustado pensando que le había pasado algo malo. Su niño se disculpó y volvió a abrazarlo, le ofreció gomitas y el hunter carmesí disolvió su cara de enojo, le negó con una sonrisa y miró seriamente a X sin mostrarse intimidante. Le pidió al niño ir adentro y qué lo esperara pues quería oír lo que habían hecho en la mañana. El ojiazul empezó a caminar hasta el azulado mientras su niño obedecía. X solo miraba al suelo y jugueteaba con sus dedos entre ellos, estaba nervioso otra vez. Odiaba que el reploid en el que más confiaba y que más cercanía tenía fuera el causante de que sus circuitos se volvieran locos de pánico.
— Cálmate, ¿sí?.— pidió el rubio con un tono cálido colocando su mano en su hombro.— Respira y mírame.
— D-Disculpa.— atinó a decir X en un susurro.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top