Noveno Encuentro.

Llevábamos 3 meses en lo que ahora todos llaman la nueva normalidad, donde no puedas tocar a nadie, no puedes hablar con nadie sin tener riesgo de contagio y peor aun ni siquiera salir de casa por que de nuevo los contagios habían aumentado.

Pero yo ya estaba afuera al igual que muchas personas tal parece que el hecho de estar en alerta roja era sinónimo de "¡Oigan deberíamos salir a pasear en familia".

El parque que se había vuelto el lugar de nuestros encuentros se encontraba lleno de gente paseando de un lado a otro con sus hijos.

Yo no entraría allí.

Ya no era solo mío, ni nuestro.

Ahora era un peligro inminente.

Suspiré y me senté en la banqueta, tal vez en esta ocasión no podrías vernos.

Una bolsa de papel cayó en mi regazo.

"¿Por qué ese suspiro?. Ya se que me extrañabas pero no era para tanto".

A mi lado de pie estaba la persona por la cual me arriesgaba a salir, sonriendo de seguro.

¿He dicho que me fascinan sus ojos negros?

Por qué enserio los amo.

" Pensé que ya te habrías ido".

"Estuve a punto pero luego te vi sentada aquí y me dije ¿Por qué no pasar a saludar".

Se sentó a mi lado con su distancia respectiva.

"Me gusta venir a verte".

"Soy una obra de arte que no se encuentra en los museos".

"Y con eso acabas de perder 20 puntos de 100".

Reí de su cara de indignación.

"Por lo menos me quedan 80".

"Si... Yo no estaría tan seguro de eso - _-/"

"La traicion, la decepción hermano".

"¿Qué no te dijeron que era una fiesta de blancos?".

"Amigo yo..."

"Blanco por favor".

Ambos nos miramos a los ojos y comenzamos a reír en medio de la acera y con varias personas viéndonos extraño.

Tal vez el riesgo valga la pena.

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