Egan:

—¿La torre?—La princesa luce decepciona y no puedo evitar sonreír.—¿La gran cita que superara a los demás es en la torre en la que te estas quedando?

—No la subestimes.

—No lo hago, pero si crees que...

—¿Qué cosa, Elina?

Ella junta las cejas.—No me voy a acostar contigo, Egan.

—No me quiero acostar contigo, Elina.—Mentira.—No esta noche.

Sus mejillas se llenan de color.

—Hoy ni nunca.

—Claro.

—Hablo en serio.

—Deja eso y ven.—Le tomo la mano y una sensación extraña me atraviesa, la misma que ignoro y me apresuro en llevarla por las escaleras hasta lo más alto.

Levanta su vestido lleno de flores con cada paso y me tiento a cargarla en mis brazos, sin embargo desisto y en poco tiempo llegamos al final de la torre, justo en el techo.

Ella me suelta la mano y frunce el ceño a ver lo que he preparado, prácticamente un picnic sobre este techo, aunque me falta la comida.

—Si que lo preparaste.

Camina hacia el balcón y se apoya sobre el, el viento le roza la cara y eleva sus risos, mientras el aroma de los jabones o el shampu, no estoy seguro, me llega a la nariz.

Me coloco a su lado mientras tiene la mirada fija.

—Que hermoso se ve todo aqui arriba.

—Estoy de acuerdo.—Digo mirándola.

—El atardecer se debe ver muy bello desde aqui.—Señala donde suele ponerse la puesta de sol.—No puedo creer que diga esto, pero te envidio, esta torre tiene mejor vista que el de palacio.

—Cuando quieras te lo intercambio.

Rueda los ojos.

—Muy gracioso.

—Cuando sea rey tal vez te de esta torre para vivir.

—Cuando yo sea reina tal vez me apiade de ti y te deje quedar aqui.

Arqueo una ceja y ella se acomoda sombre las mantas del picnic que prepare con anticipación, me uno a ella.

—Egan...

—¿Qué sucede, princesa?

—¿Por qué quieres ser rey?—La pregunta me hace alzar las cejas.—Asumiste que yo quiero ser reina por mi madre, ahora dime... ¿Por qué tu mereces ser rey?

—Porque crecí aqui y amo Damaria, porque se que soy lo que este reino necesita. He vivido en el pueblo, conozco sus calles y a su gente...

—¿Y piensas que yo no?

—No como yo. —Niego.—Tu vida ha estado atada a tu palacio, no a tu pueblo, Elina.

—¿Esa es la impresión que doy? Pues estas equivocado.

Arqueo una ceja.

—Nací y me criaron para esto, para ser la reina de Damaria.—Empieza.—Estudie y me prepare, me convertí lo que ves porque es mi destino y no tengo otro propósito más que el que ya conoces, Egan.

—Eso es bastante triste.

Sus ojos brillan.

—¿Esta es tu idea de una cita mejor?

—Tu preguntaste primero, de mi solo vas a recibir honestidad.—Golpe bajo, Egan.

—Excepto tus intenciones ocultas por las que empezaste esto.

—Ya te dije, hoy no...

—Sabes que no hablo solo de eso.

—Tu boca es adictiva, no miento en eso.—Pronuncio mirándole los labios.—Y justo ahora tengo unos inmensos deseos de besarte.

—Justo ahora .—Me responde.—Con mi ascenso al trono tan cerca.

—No te veo comprometida.

Ella sonríe.

—No estoy pidiéndote que dejas de recibir pretendientes.—Las palabras me saben mal cuando las digo, pero debo ser convincente.—Solo quiero una cosa.

Atrapo sus labios y ella se queda quieta, tímida e indecisa, tomo su rostro entre mis manos con ternura y para darle confianza, presiono más nuestras bocas al igual que mis dedos en sus mejillas.

—Esto es lo que quiero.—Rozo sus labios y su boca se abre recibiéndome otra vez, me muevo sobre ella y queda debajo de mi .—Te dije que conmigo no seria como tus otras citas.

Jadea y me devuelve el beso, pasando las manos sobre mi torso.

—La corona, el trono... ser rey.—Enumero mientras le devoro la boca.—En nada de eso pienso cuando estoy asi contigo.

Deslizo los labios sobre su barbilla  y bajo a su cuello, mis manos palpan los dos enormes bultos, los cuales acabo presionando, la electricidad golpea mi ingle y la princesa gime.

—Elina...

—¿Qué es lo que quieres de mi?

—Esto... placer y pasión.—Menciono y ella me observa aturdida.—Déjame mostrarte lo maravillo que es que dos cuerpos que se desean no se nieguen a lo que sienten.

Nuestras miradas se encuentran y vuelvo a besarla.

Elina:

Empiezo a bajar los escalones y cuando llegamos al piso de las habitaciones, Egan tira de mi hacia la suya, pero soy más rápida en detenerlo.

Niego con la cabeza y una sonrisa curva sus labios.

Hare esto a mi modo, no al suyo.

Me toma del rostro y estrella nuestras bocas, haciéndonos retroceder hasta la pared, la boca me sumerge, no lo pienso y solo disfruto cada segundo del beso que se vuelve largo, jadeamos cuando lo necesitamos y tomamos aire para continuar, me pierdo unos segundos y reacciono solo cuando oigo la primera puerta abrirse, aunque no es solo por eso, sino por quienes salen de ahi.

—¡Angelina!

—Princesa.

Observo al siervo de Egan.—¿Qué hacías ahi?

—Esperándola.

Egan ríe a mi lado y lo golpeo con el codo.

Angelina carraspea observando al siervo y luego da un paso hacia mi.

—La reina ha estado buscándola, me apresure en venir y no me equivoque al pensar que la encontraría aqui. ¿Nos vamos?

—Si.—Miro a Egan y de nuevo a ella.—Vámonos.

No me despido de el y salgo de ahi con los pasos de Angelina siguiéndome el paso.

(***)

Angelina separa mi cabello con sus manos y pasa el peine dorado por encima de el lado izquierdo, cepillando hasta desenredar.

—Hay polvo aqui... pero ¿Qué estuviste haciendo, Elina?—Pregunta y mis manos juegan con el collar en mis manos.—Creo que la pregunta correcta seria ¿Qué estas haciendo, Elina?

Dejo el collar y pongo la mirada en el espejo.

—Puedo preguntar lo mismo.—Junto las cejas...—¿Tu y...

—Ned. Se llama Ned.

—Ned.—Repito.

—Y solo estaba esperándola, me mostraba la torre por dentro.

—Mejor dicho su habitación.

Las mejillas de Angelina adquieren color.

—Pero dejemos eso, a ver...—Cambia el tema.—Elina, tu y el duque....

—Si yo no aceptaba iba a seguir con lo mismo, asi que crea que me tiene en sus manos.—Le respondo.—¿Quiere jugar sucio? Yo también lo hare.

—Elina...

—El interés reciente de Egan en mi no es algo que iba a pasar desapercibido.—Continuo ignorando el recuerdo de sus besos.—Se lo que busca y no se lo daré, no le daré mi corona, Angelina.

Trago saliva, mientras yo lo tenga claro no lo dejare avanzar más.

—Jugare su juego perverso y al final del mes Damaria tendrá un nuevo monarca y esa seré yo. No Egan, yo.

Que gane el mejor JAJAJAJ

Nos leemos.

>>Yiemir.