6

Egan:

Cuando llego a palacio desearía no haber salido del burdel y es que hay más pretendientes que los que hubo ayer.

 Trato de alejar mis pensamientos con el fastidio que me causa y tomo un baño, sin embargo en cuanto se me da el tiempo vuelvo a mirar por la ventana, encontrando a la princesa con un hombre diferente cada vez.

Ned carraspea y salgo de la tina, cubriéndome con la bata.

—¿Señor, hoy también rechazara la cena?

—No.—Le respondo mientras observo a la linda pareja.—Hoy si tendrán la suerte de tenerme.




Elina:

Los cólicos me están matando y mamá eligió un mal día para invitar pretendientes, usualmente hago lo que dice, pero justo hoy tengo ganas de mandar a kilómetros a todos ellos.

Y otro baño medicinal si es posible.

 El noble a mi lado habla de sus grandes hazañas, otro habla de sus viajes y uno se atreve a presumir sus grandes conquistas, siento que en cualquier momento estallare y ese momento esta acercándose.

Continuo mi paseo con el caballero e ignoro sus palabras cuando mi vista se enfoca en algo más.

Egan...

Viene en mi dirección y mis pensamientos me regresan a esa noche en el burdel, parpadeo mientras el se acerca y mi corazón comienza a acelerarse.

—¿Princesa Elina, me esta escuchando?

—Si, yo...

Egan se detiene frente a nosotros y enseguida es la atención del caballero a mi lado, pasando yo al segundo plano.

—Gran duque.—Se inclina con una reverencia.—No sabia que se encontraba aqui.

¿Gran?

Los ojos de Egan no abandonan mi rostro y paso saliva manteniéndole la mirada, Egan le responde el gesto y luego pone sus ojos nuevamente en mi.

—Prima.

—Duque.

Me mantiene la mirada hasta que el hombre a mi lado carraspea.

—Como le decía me parece increíble que...

—Ha empezado a oscurecer.—Pronuncia Egan sin mirarlo.—Yo que usted me marcharía ahora, no querrá que la noche le de ha mitad del camino.

El caballero me observa y no puedo creerlo que sale de la boca de ese idiota.

—La reina ya me comunico que aunque Damaria se encuentre en una disputa no es un peligro.—El aun quiere quedarse y lo hace saber.

La respuesta hace que Egan apriete la mandíbula, sin embargo en un segundo se relaja.

—¿Eso piensa? Estoy seguro que escucho el reciente suceso en Obsidiana.—Dios mío.—Hasta la reina Diana tuvo hombres en su contra, no me arriesgaría sabiendo que llevamos años en una disputa interna ¿No lo crees, princesa?

Mis puños se cierran.

—Me causaría lastima si resulta dañado por algún rebelde.

Mentiroso.

—Egan.—Lo llamo y el encoge los hombros.

Casi de inmediato lo veo sonriendo mientras el hombre hace una reverencia ante mi.

—Discúlpeme, princesa. Continuaremos este paseo en otro momento.

No me alcanza decir nada porque sale huyendo tan rapido que lo pierdo de vista, junto las cejas y furiosa me vuelvo hacia mi primo.

—¿Qué hiciste?

Deja caer los hombros, me muevo en dirección del caballero y el me toma del codo.

—Ni se te ocurra.

Aparto el brazo.

—Una princesa no debe rogar por atención.

—¿Ahora te preocupas por mi reputación?

—Siempre lo he echo ¿Debo recordarte quien te salvo de uno de los príncipes de Lavinia?

—No me salvaste, solo querías quedar bien frente a la reina Alexandra.—Le recuerdo y no lo niega, lo que me irrita más.—Deja de meterte en mis asuntos, Egan.

Y su respuesta me deja helada.

—Deja tu de aparecer en mi puta cabeza.






Egan:

Mierda.

Doble mierda.

Las palabras solas han brotado y espero la reacción de Elina, reacción que no me sorprende cuando pasa de largo y la misma por la que la freno.

Lo mismo, joder.

—¿Por qué siempre huyes?—La acerco a mi cuerpo.—Cada vez que estamos en una situación asi sales huyendo, pero al menos antes me respondías, desde de que nos besamos..

—¿Nos besamos?

—Si, nos besamos, besuqueamos, comimos la boca, te folle con mi lengua, Elina ¿Asi o necesitas que sea más especifico?

—Eres asqueroso.

—Cuando tenia mi lengua en tu boca no te parecía.

 —Cállate.

—¿Por qué me voy a callar?—Le miro los labios.—¿Por qué?

—Para ti esto es un juego y no te das cuenta que para mi es el fin.—Me reprocha y mi agarre pierde fuerza.

—Ya te dije que no juzgo a ninguna mujer...

—Si, tu, ese será tu pensamiento, pero no para el resto de Damaria. Para los ojos de todos si se llega a saberse que...

Le cuesta decirlo y me fastidia.

—Nos besamos.—Completo por ella.

—Sera una deshonra.—Los ojos le tiembla.—Estaré manchada y ningún príncipe, ni siquiera un noble me querrá como su esposa.

—Entonces ninguno te merece.—Vuelvo a decírselo y creo lo mismo, ninguno la merece.

Solo...

Sus ojos encuentran los míos.

—Te vi hoy.—Menciono.—Desgastada, agotada, harta.

—Tu que sabes.

—Yo se mucho, Elina.—Pronuncio cerca de ella.—Y se que en el fondo amas que haya botado a ese tipo.

—Tu no sabes nada.—Esquiva mi mirada.

—¿Al menos te has preguntado si esto es lo que quieres?

—¿Qué?—Niega .—Ya deja de usar la psicología conmigo, se bien que pretendes.

Arqueo una ceja.

—No te dejare el camino fácil a la corona, Egan y si te preocupa porque tan agotada estoy, deja de hacerlo porque se que descansare cuando este sentada en ese trono.

—Siendo una consorte.

Mis palabras la dejan atónita.

—Porque al final eso serás.—Suelto.—La reina solo quiere que su linaje siga sobre ese trono asi mande a convertirte solo en una consorte.

—Tus palabras no me dañan, se bien lo que debo hacer, tengo un compromiso y me mantendré en ese trono y mis hijos seguirán con ese linaje.

Hijos, la palabra me golpea en el estomago y me asquea provocando nauseas.

—¿Hijos?

—Si, con mi rey.

Logra apartarse de mi.

—Un rey que me ayudara a mantener ese trono y lo menos que debo hacer a cambio es mantener mi pureza intacta.—Ya cállate, Elina, no quiero oír más.—Pero si tu esparces rumores, te juro...

—Ya te dije que no haría algo asi.

—Bien.—Dejo que se vaya.

Mis puños se cierran, pero no la culpo a ella, sino a la reina y su estúpido método de crianza, la forma en la que moldeo a Elina me causa desagrado.

Una consorte, joder.

Hijos, su rey.

Cada palabra es peor y la detesto.

La observo mientras cada vez se aleja de mi.

Bien, tal vez si tome la idea de Jakell y le enseñe lo que es una vida sin limitaciones ni reglas, una vida en la que pueda ver a la verdadera Elina y no esta imagen que creo la reina a semejanza suya.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top