33
Elina:
El príncipe esta aqui...
Eso basto oír para que la piel de mi nuca se erizara, mi corazón se acelero como nunca y Egan tomo mi mano notándolo.
Mirándome a los ojos, dice.—Dame unos minutos, mamá.
La duquesa abandona la habitación y otra lagrima se desliza por mi mejilla.
—Egan....
—Confía en mi.—Me pide .—¿Confías en mi, verdad?
Me cuesta respirar, pero lo hago.—Si.
Sonríe de lado y me aprieta la mano.—Ven conmigo, Elina.
Me lleva con el, salimos de la habitación y cada paso que me acerca a la puerta principal acelera más mis latidos al igual que mi temor, las puertas se abren cuando estamos frente a ellas y la luz me da en la cara, lo primero que veo es a mamá montada en uno de nuestros caballo blancos, la guardia de Damaria esta con ella a ambos lados, todos armados y con sus uniformes, mientras al lado y unos pasos de ella en un caballo negro se encuentra el príncipe de Lavinia, su guardia también le respalda y unos pasos atrás de el, su hermano menor, el príncipe Brooker.
La duquesa también se encuentra fuera de la mansión y los guardias que la acompañan son los mismos que cuidan la mansión, sin embargo la cantidad no es la misma que la del príncipe y mamá.
Es desventaja...
Egan entrelaza nuestros dedos y solo porque el esta dándome fuerza puedo continuar, la mirada del príncipe se dirige a nuestras manos juntas y la primera en hablar es mi madre.
—Que vergüenza la tuya, Elina.—Observa nuestras manos y vuelve a mirar mi rostro.—Venir tomada de la mano teniendo a tu prometido frente a ti.
—Vergüenza la de la reina de pararse en mi puerta esperando que le entregue a mi mujer.—Responde mi esposo y mamá abre mucho los ojos, enseguida Egan se vuelve hacia el príncipe que destella rabia por todos lados.—Y usted, príncipe ¿El dejar plantado en la iglesia a uno tienen un significado diferente en Lavinia o solo es terquedad de no aceptar que una mujer lo abandono?
—¿Abandono? Te la robaste de mi lado.
—No hice nada más que tomar lo que es mío.
—¿Mio?—Mamá toma la palabra.—¿Ya oíste como te llama, Elina?
Si y me gusta, soy suya y el es mío ¿Cuál es el problema con eso?
—Te trata como un objeto, este hombre solo te esta utilizando, hija mía.
—Mamá, ya basta.—La callo y ella me mira sorprendida.
—Suficiente.—Habla el príncipe.—Devuélveme a mi prometida.
—No puedo y tampoco quiero hacerlo.
—Egan de Damaria, tu castigo será peor si no me la entregas ahora mismo.—Alza la voz.—Cada minuto que pase será una agonía para ti.
—¿Eso es lo que haces? ¿Amenazar?
El príncipe no consigue nada e intenta conmigo.
—Princesa, suelte esa mano.
Al contrario, lo que hago es apretarla más.
—Elina ¿Qué no escuchas?—Se harta mamá.
—Ella no va a soltar la mano de su esposo.
La palabra deja en shock a mi madre y el príncipe se ve como si le hubieran disparado una flecha.
—Elina y yo nos hemos casado.—Anuncia Egan.
Muestra nuestros manos, al igual que nuestros anillos.
—Ninguno tiene nada que hacer aqui y menos reclamar.—El duque se dirige a la guardia tanto de Lavinia como Damaria.—Elina es mi esposa y tengo derechos por encima de cualquiera sobre ella, empezando por un príncipe que no acepta que mi mujer es solo mía.
El baja nuestras manos, más no me suelta.
—Ahora regresen por donde vinieron.
—No... no lo hiciste, Elina.—Las lagrimas llenan los ojos de mamá.—¡¿Y tu permitiste esto, Jackeline?!—Se dirige hacia la duquesa.
—A mi no me mires, estoy tan sorprendida como tu.
—¿Dónde esta el anillo?—Interrumpe el príncipe, su mirada en el vacio.
Egan encoge los hombros.—Quien sabe.
Lo veo apretar las riendas de su caballo.—Esto es una deshonra.
—Príncipe, por favor.—Le ruega mamá.
—¡Su hija me ha deshonrado!—Se exalta.—¡Otra vez una princesa me ha faltado el respeto!
—Algo harás mal.—Comenta Egan.
—¡Cállate!—Le grita mamá.—¡Esto lo has hecho tu!—Mamá baja del caballo e intenta acercárseme, la guardia de la duquesa se pone en alerta y Egan se pone frente a mi.—¿Qué es lo que has hecho con mi hija?—Dice rabiosa.—¡Y tu, reacciona!
Vuelve a elevar la voz.
—No te atrevas a tocarla.
—El quiere la corona, Elina.—Empieza a querer implantarme sus ideas de nuevo.—¡No lo consiguió a su manera, por eso te enamoro, te deshonro y ahora consiguió lo que queria! ¡¿Cómo puedes ser tan estúpida?!
—¿Cómo puedes tu ser la peor madre que existe?—Le pregunto y mamá retrocede.
—Elina...
—¡No te alcanzo con mentirme, hiciste firmar ese papel a Egan y no conforme con eso, lo hiciste verme en ese vestido cuando sabias cuanto me amaba y que eso lo lastimaría!—Le recuerdo cada una de las cosas que hizo.—¡Y ahora vienes aqui ... aun sabiendo mis sentimientos por el, a decirme todo esto e insultar a mi esposo solo porque quieres conservar un trono que ni siquiera te corresponde a ti de nacimiento!
Me observa muy sorprendida, mamá retrocede.
—Ya basta.—Niego.—Estoy casada con Egan y lo mejor es que te retires.
—Me botas y destruyes tu futuro por el ¡Le das la espalda a Damaria por un duque!
—Mi esposa ya ha hablado.—Egan le habla a mamá.—Y te equivocas, ella no le esta dando la espalda a Damaria, se lo esta dando a los deseos de su madre. A ti, Sonia.
Mamá se vuelve hacia Egan.
—Sera tu esposa, pero yo soy su madre y Elina sigue siendo la princesa, tiene deberes que cumplir y no,Damaria no entregara a su princesa, incluso si tiene que pasar por el "Esposo" de ella.
Mamá da la orden y mi corazón da un salto, la guardia de la duquesa nos protege mientras Egan me pega a su cuerpo.
—No te atrevas a tocar a mi hijo, Sonia.—Le responde la duquesa a mi madre y se detiene frente a ambos.—No tendré tu número de guardias, pero te aseguro por el titulo que tengo que no vas a tocarlo.
—¡¿Le faltas el respeto a tu reina?!
—Mi reina...—Pronuncia la duquesa sin apartar los ojos de mamá.—El rey estaría muy decepcionado de ti.
Los ojos me arden y las palabras causan algo en mamá, pero se borra cuando la escolta de Lavinia también se pone a la defensiva.
—La princesa y el duque me han deshonrado.—Continua el príncipe.—Y esta vez no me iré con las manos vacías.
—Príncipe, le ruego que perdone a mi hija... Ella es inocente y pura, el duque se aprovecho de...
—No es a la princesa a quien quiero. Esto es por el honor que ha manchado el duque con su arrebato al llevarse a mi prometida.
No...
Mi corazón se hunde y las palabras de la reina de Arcaría en esa carta regresan.
—¡No!—Suplico.—¡No...
Su mirada encuentra la mía y una de las esquinas de sus labios se eleva, lo entiendo, justo como imaginaba, el quiere lastimarme a través de Egan, al final esta es una venganza para ambos.
—Vine solo con la intención de recuperarla, pero ya que la situación ha cambiado... —Mira a Egan y luego a mamá.—Aun seguimos en Damaria, mi reina. Es el reino de nacimiento del duque... y necesito su aprobación para llevármelo.
No...
Esto no esta pasando, no esta pasando.
Las lagrimas cae por mis mejillas y observo a mamá, le suplico con los ojos esperando que no le quite protección a Egan porque hasta ese momento solo Damaria podía reclamarlo, pero ahora...
Por favor, mamá... por favor...
Espero que su corazón se apiade por mi, pero la respuesta se hunde profundo en mi alma.
—Tiene mi permiso.
Siento que voy a desmayarme, van a llevarse a Egan.
—Ya oyeron a su reina, escolta de la duquesa.—El príncipe alza la voz.—Bajen sus armas, no querrán desobedecer a quien sigue siendo su reina.
—No lo hagas, mamá.—Niego.—Por favor.
—No me has dado otra opción, Elina.
Trago duro cuando la guardia de Damaria se acerca a Egan.
—¡No!—No se de donde encuentro fuerza.—¡Guardia de Damaria, les ordeno...!
—No te harán caso.—Interrumpe mamá.—No eres la reina, hija mía, yo lo soy.
¿Por qué?
¿Por qué esta pasando esto?
—Elina...—La voz de Egan me llama.—Todo estará bien.
Una lagrima cae por mi mejillas.—Me lo prometiste.—Sollozo.—Me prometiste que siempre estaríamos juntos.
No pueden llevárselo, no pueden quitarme a Egan.
—¿Vamos a seguir perdiendo el tiempo?—Espeta Caelan de Lavinia cansado.— Le recuerdo duque que ya tengo a uno de los suyos.
Egan aprieta la mandíbula.—No hace falta, iré contigo.
Mi corazón se hunde.
—No.
El se voltea a verme.
—No.. no.
—Iré, pero Elina esta fuera de esto.—Esto no esta pasando, esto no esta pasando.—Haz lo que quieras conmigo, a mi esposa no la tocas.
—Ya dije que no lo haría.—Le responde.—Guarda de Lavinia, arresten al duque de Damaria.
Lo hace, lo apartan de mi lado y aunque me aferro a el, lo alejan de mi empujándome, intento ir con Egan, pero la duquesa me sujeta abrazándome, termino en el suelo con ella y con sus brazos a mi alrededor comienzo a romperme en pedazos.
La guardia empieza a retirarse y mamá se queda hasta el final, sin reaccionar, solo mirando como me ahogo en mi propio sufrimiento.
—¿Esto era lo que querías?—Reconozco la voz rota de la madre de Egan.—Mi hijo esta dando la vida por la de tu hija, si eso no es amor ¿Entonces que es?
Mamá se marcha y yo no puedo calmar mi dolor, no dejo de llorar imaginando los peores escenarios, imaginando que no me queda nada si el ya no esta.
Me quitaron mi felicidad, a Egan, a mi esposo, al amor de mi vida.
Espacio para insultar a Sonia de Damaria.
Me costo escribir este cap, pero era lo que tenia que pasar.
Nos leemos.
>>Yiemir.
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