31
Egan:
Mi madre y Elina se ocupan de la criada con aspecto moribundo, espero fuera de la habitación mientras las criadas, pero sobre todo ellas le dan la atención necesaria.
Mujeres entran y salen, mientras no dejo de dar vueltas imaginando cualquier posible escenario que la pudo traer hasta aqui, en un momento mi madre sale cerrando las puertas y Elina se queda al lado de Angelina.
—¿Qué piensas que pasó?—Le pregunto a ella y le doy una mirada a la puerta.
—Agotamiento, pero también tiene un golpe en la cabeza que debio haberse hecho mientras corría hacia aqui.—Me responde.—Ha perdido un zapato y sus ropas estaban manchadas de barro..
—¿Y estas segura que no...
—Se lo que estas pensando, pero no lo sabremos con certeza hasta que despierte.—Contesta mi madre.—Solo la criada de la princesa puede aclararnos esa duda.
Trago saliva.
—¿Cómo esta Elina?
Me sujeta del brazo.—Es mejor que dejemos que este al lado de su amiga.
Elina:
Angelina duerme plácidamente o eso quiero creer, junto a Jackeline le hemos quitado las ropas y el barro de su cuerpo, yo misma he limpiado su rostro y ahora mismo me encuentro pasando un paño por la hinchazón en la cabeza.
No quiero llorar, pero no puedo evitar que los ojos se me llenen de lagrimas por el estado en el que se encuentra, ella me ha cuidado toda la vida y ha sido mi mejor amiga desde que tengo memoria, ha sido mi consejera y quien me hacia ver cuando cometía errores, también ha sido la primera en reconocer mis sentimientos hacia mi esposo y... la única que no me ha juzgado por ella.
Angelina solo me lleva un par de años más y nos conocimos porque su madre trabajaba en el palacio, quien estuvo presente hasta que una enfermedad se lo llevo... y tal vez si antes se hubiera abierto las puertas de comercialización con Althea, Angelina aun la tendría a su lado.
Y ahora esta en esta situación...
Por mi, ha venido por mi y con tanto apuro que ha perdido los zapatos, razón por la que sus plantas de sus pies están tan lastimadas de correr.
Trago saliva y le quito el paño, su cuerpo tiene temperatura y tengo miedo que vaya a complicarse.
—Angelina.—Le hablo y me limpio las lagrimas que se resbalan por mis mejillas.—No se te ocurra dejarme ¿Entendido? Te lo prohíbo ¿Me has escuchado?
Trato de bajar la calentura y cuando noto que esta mejor, no me percato hasta que me he quedado dormida.
(***)
Los brazos de Egan me levantan y mis ojos se abren adormilados, me sujeto de su cuello.
—No.—Le pido.
—Elina...
—Quiero quedarme con ella, mi amor.—Le pido.—Por favor, déjame quedarme con ella.
Tal vez es la palabra o es mi expresión, pero aun asi Egan duda mirándome preocupado, pero lo entiende y vuelve a dejarme sentada en el sillón que ocupo junto a la cama donde descansa Angelina.
—No has cenado y te encuentro aqui dormida.—Pronuncia con un tono preocupante.—Se que estas preocupada, pero no sumes una preocupación más, si yo te veo mal... yo lo estaré igual.
Trago saliva.
—Lo siento.
Se agacha para estar mi altura y me sostiene la mano mirando nuestros anillos de casados.—Eres mi esposa ahora, no me aparte, Elina.
—No lo hago, yo solo estoy preo...
—Elina...
Me sobresalto al escuchar la voz de Angelina, suelto la mano de Egan y me acerco a la cama.
—Hola...—Las lagrimas llenan mis ojos.—Has dormido mucho, tonta.
Ella suspira y observa a Egan.—Duque.
Sonrio despacio y ella me toma la mano.
—Dios mío, yo...
Se sienta e intento pararla.
—Tómalo con calma, necesitas...
—¡No, Elina!—Alza la voz.—¡No lo entiendes, el...! ¡El tiene a Ned!
Mi espalda se endereza sintiendo como el ambiente cambia alrededor de mi esposo.
—Me ayudo a escapar, pero el... ¡Tienen que ayudarlo, por favor!—Nos grita.
—Habla despacio, que...
—¡El príncipe lo tiene y lo esta torturando...—Vuelve a alzar la voz mirándonos a ambos.—¡El esta lastimando a Ned!
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