23
Elina:
Mamá me coloca la tiara sobre el cabello y mis ondulaciones hacia atrás, sonríe observándome en el vestido color verde esmeralda que elegí para esta noche, para la fiesta de compromiso.
—¿Qué?—Pregunto subiendo la tela de mis hombros y la que se cae en ocasiones.
—Te ves como una reina.
—Aun no lo soy.
—Ya pareces una, además ya podemos dar por adelantado eso...—Sonríe.
No digo nada.
—Elina.—Parpadeo al escucharla.—Hay algo que necesito compartirte...—Noto la emoción en su voz, pero las palabras no las termina ya que Angelina irrumpe en la habitación.
—Estoy hablando con mi hija ¿Qué clase de atrevim...
—Lo siento, mi reina.—Mi amiga baja la cabeza.—Me pidió que le avisara cuando sus invitados empezaran a llegar.
La mirada de mamá cambia y se vuelve a mi con emoción.
—Hora de que la futura reina de Damaria salude a sus invitados...
—Si.. ¿Qué ibas a decirme?
—Eso puede esperar, querida.
(***)
Desde los reyes de Alejandria-Althea hasta la reina Diana, quien viene acompañada del conde de Obsidiana y tengo el placer de que asistieran al palacio mientras de Arcelia hay un representante de su reino y los reyes de Eliora han asistido, aunque su hija esta ausente, en realidad no recuerdo si alguna vez tuve el placer de ver a Ingrid de Eliora en una fiesta.
En cuanto a Beltza, esta igual de ausente que la princesa de Eliora, Carpathia le sigue y Solaría igual, lo que no es de no imaginar cuando uno se encuentra en constante guerra con Tierra quebrada y al otro...
Estoy seguro que muchos aqui agradecen no verle el rostro a la reina Linette de Solaría.
Alexandra de Arcaría también esta aqui y no se como sentirme con ello, se nota la fuerte incomodidad cuando pasa cerca de los invitados de Lavinia, pero no es la única...
Respiro profundo mirando los trajes que los distinguen de los demás, toda la realeza de Lavinia se encuentra aqui incluido el hermano del príncipe Caelan, quien me ha mirado en tres ocasiones y con el que no deseo intercambiar conversación.
—Princesa.
Me inclino cuando veo a los reyes Philip y Charity de Alejandría, levanto la cabeza y ¡Oh sorpresa! No escondo mi reacción al ver la panza de embarazo que solo se nota cuando esta frente a ti.
La reina Charity se ríe.—¿Sorprendida?
Se acaricia el vientre y el rey le besa la mejilla.
—Si la sorprendiste, cariño.
Ella aprieta la mano de su rey.—Philip, cariño... ¿Me traerías algo de beber?
—Lo que mi reina me pida.—Pronuncia y le besa los nudillos a su reina antes de soltarla, el rey baja la cabeza al mirarme.—Princesa.
Le devuelvo la reverencia y lo veo marchar.
—Lo siento, no era mi intención incomodar.—Me disculpo.
—Tu sorpresa es normal, hace unos meses tuvimos a nuestro primogénito y dado que... hice las plantas anticonceptivas.—Ríe avergonzada.—Es raro que la reina vuelva a embarazarse... ¿No? —Ella suspira.—Lo cierto es que deseamos más hijos.
—Entiendo, espero tener el mismo anhelo que...
—¿Espera? Lo tendrá, le aseguro, tendrá sus hijos también, princesa.—Me dice la reina.—No hay nada más hermosa que tenerlos con la persona que ama.
El pecho se me aprieta.
—Princesa Elina...—Me vuelvo a la voz. La reina de Arcaría.
Ella nota a su majestad Charity y se inclina, el rey llega y me quedo con la reina de Arcaría.
—Tengo un presente para usted.—Asegura y abro mucho los ojos.—Es de mi hermano, Gael de Arcaría.
—El prin...—Me detengo.—Gael...
—Si, prefiero llamarlo ex príncipe.—La reina encoge los hombros.
Sonrio y recibo el presente, lo abro frente a ella y son botones en forma de flores.
—Tal vez no sea mucho... pero..
—Me gusta.—Respondo.—Por favor envíele mis agradecimientos.
—Lo hare cuando lo vea.—Asegura. —También me mando a decirle sus felicitaciones.—La sonrisa se me borra al escucharla.—Aunque no pudo ayudarla, el esta feliz que finalmente haya encontrado un esposo para salvar a su reino.
Trago saliva.
—Reina..
Me observa en silencio.
—¿Ha venido hasta aqui solo ha entregarme esto?
—Mi hermano me lo pidió, soy buena hermana y... lamento si me ausento despues de eso.
—¿Por el príncipe Caelan?—Ella guarda silencio al oírme.—¿Podría podría decirme que ocurrió?
—Estoy segura que el príncipe se me adelanto.
—Yo... deseo escuchar ambas versiones.—Pronuncio y me observa sorprendida.
—Entiendo...
—¡Elina!
Me sobresalto al escuchar mi nombre, la mirada de reina Alexandra se posa detrás de mi y...
Veo a Egan venir en mi dirección.
—Su majestad.—Egan hace una reverencia al notar a la reina de Arcadia.
—Duque... no lo había visto aqui.
—Me sorprende que este aqui considerando su historia con el príncipe de Lavinia.
La reina lo mira sorprendida.
—Egan...—Intento que salga, pero no lo logro.
—Yo me retiro.—Me dice la reina de Arcaría.—En cuanto a nuestra conversación... me asegurare de hacerle llegar mi versión, princesa.
La reina se marcha y me vuelvo hacia Egan, no ha dejado de observarme y temo que haga cualquier...
—¿Esto es lo que querías?—Me pregunta .—¿Verme asi por ti? ¿Tan perdido que solo tu estés en mi cabeza?
—¿De que...
—Ya fue suficiente teatro, lección aprendida.—Me interrumpe y su voz suena apagada.—Me equivoque.... Yo me equivoque, Elina.—Se señala asi mismo.
Comienzo a sentir las miradas sobre nosotros.
—Ahora acaba con esta farsa y manda a volar a ese idiota.
—¿Estas ebrio de nuevo?
—Estoy bastante consiente, Elina.
Mamá aparece y manda a llamar a los guardias, el corazón se me acelera.
—Te amo.
Abro mucho los ojos, lo ha dicho consiente y aqui.
—Elina... yo te amo.—Me lo dice solo para los dos y acercándose a mi.
Los ojos se me llenan de lagrimas.—Basta.
—Y se que también me amas.
—Tu no sabes nada.
Llegan hasta el y lo intentan sacar, mamá se queda a mi lado pasando las manos en mi hombro y protegiéndome de el, ordena que se lo lleven, pero Egan se niega a moverse y todo el tiempo tiene los ojos sobre mi.
—Déjenlo.—Ordeno.
Tanto mamá como Egan se quedan en silencio, me vuelvo hacia mamá.
—El duque parece no entender que ya ha perdido.—Hablo y la mirada de Egan cae, trago saliva y me vuelvo hacia mi madre.—Déjame solucionar esto.
—Elina...
—Seré la reina, si no me dejas solucionar esto ¿Qué otros problemas no podre solucionar sin ti o los guardias, mamá?
Ella accede y me suelta, saco a Egan del palacio junto a la guardia y lo llevo hasta el jardín, pidiendo que los hombres que me protegen se retiren.
—Te sienta bien.—Me dice.—El papel de reina...
—¿Qué piensas que haces con una escena asi? —Pregunto ignorando su "Halago".—¿Ridiculizarme? ¿Qué yo quede mal frente a Lavinia...
—¡No!
—Tanto terror sientes de perder el trono, Egan... por eso.. —Los ojos me arden.—Estas tan desesperado que no te importa mis sentimientos, una cosa es mentirme como lo hiciste y otra es...
—Si estoy desesperado.—Me interrumpe.—Y si actué como un desesperado esta noche es porque ya no se que más hacer... porque cada vez que intento hacer algo como..... —El calla .—Te sigues escapando de mis manos.
—¿De qué estas hablando?
Los labios se le cierran.
—¿Egan?—Insisto.
—Te amo.
Las palabras vuelven a salir de sus labios.
Retrocedo, no, no puede hacerme esto.
—Deja de mentirme.
—No estoy mintiendo.
¿Por qué ahora?
¿Por qué me dice estas cosas ahora?
—Si lo estas haciendo y es bastante cruel, tú no me amas, Egan. Tu lo que tienes es miedo de perder la corona.
—¿Tengo miedo? Si, tengo miedo de perderte a ti.—Me corrige.—¿La corona?—Suelta una risa corta como si ya no le importara.— Te quiero a ti, te quiero a mi lado, te quiero en mi cama, te quiero en mi vida. Yo quiero estar contigo..
Las lagrimas llenan mis ojos.
—Y no soy el único.
—Egan.
—¿Quieres que te lo recuerde, mi amor?—Cabo en cuenta que estoy llorando cuando me toca el rostro.—No lo amas, tu corazón me pertenece.
Sus labios rozan los míos y los dedos se aplastan en mis mejillas, Egan me mira a los ojos con un rastro de deseo, las misma emociones que yo experimento, entonces no es solo el, somos los dos.
Los dos nos besamos al mismo tiempo, son nuestras boca las que se responden devorándose y mis manos le rodean el cuello, el me levanta y acabo enredando las piernas alrededor de su cintura, Egan me lleva al quiosco sin separar nuestras bocas y sube las escaleras, y no deja de besarme la boca hasta que mi trasero golpea la mesa del pequeño lugar.
—Es mi fiesta de compromiso.—Le recuerdo, pero más me lo recuerdo a mi misma.
—Como si eso fuera a detenerme.
Me aprieta contra su cuerpo, besándome el cuello y empieza a abrir mi vestido, hago lo mismo con el traje y la camisa, nuestra desesperación hace que la ropa desaparezca en minutos y en cierto momento el anillo del príncipe cae de mi dedo y rueda por el suelo.
Lo pierdo de vista y termino sobre el suelo con la cabeza del duque escondida entre mis piernas, su boca se alimenta de mi sexo y mis manos se entierran en los mechones rubios, me aprieta los senos con ambas manos y el ritmo de su boca sobre mi carne sensible me baña la zona, gimo con la descarga y el vuelve a lamer como un adicto, no se aparta hasta que se sacia y cuando va a subirse sobre mi, lo paro.
Lo miro a los ojos.—Déjame.
Egan abre mucho los ojos, sonríe y me sube sobre el, coloca ambas manos en mis caderas y me ayuda a hacerlo entrar mientras me observa.
—Esto es solo mío.—Me dice mirándome a los ojos y acerca más nuestras parte.—Mio para lamer, mío para follar. Solo mío, Elina.
—Si...—Recibo la sensación y el me toma del rostro con una de sus manos.—Dios...
Empiezo a moverme acostumbrándome al tamaño y la posición, estoy tan mojada y el lo tiene tan duro...
Y se siente de maravilla.
—Te amo.—Me promete recibiéndome, pero no respondo, en su lugar empiezo a seguir mi ritmo.
El duque termina en el suelo y yo sobre el, observo el palacio donde debería estar, pero estoy aqui, montando la verga del duque.
De Egan, el hombre que amo.
(***)
—¿Qué haces?—La pregunta llega cuando empiezo a colocarme el vestido otra vez.—Elina.
—Tengo que volver a la fiesta.
—¿Q- qué?—Puedo sentir el dolor en sus palabras.
Termino de vestirme y me apresuro en irme, pero me impide la salida del quiloso.
—Déjame salir.
—No puedes estar hablando en serio.
Me trago las lagrimas, recordándome porque no debo creerle. Recordándome que su propósito es solo uno.
—Si lo hago, yo tengo que volver.—Le aseguro.—El príncipe esta esperando por...
—¡Acabamos de hacer el amor, maldición!—El grito hace latir mi corazón con fuerza.—Dime que estas bromeando, dime que no es cierto...
—¿No lo has entendido aun, verdad? Yo voy a casarme con ese hombre.—Aprieto los labios.—Apártate, Egan.
Noto las lagrimas en sus ojos y eso me hace callar.—Elina...
—Quiero irme, apártate.
—¿No ha significado nada para ti esto?
—Yo me voy a compro...
—¡Ya deja de repetir lo mismo, tú no lo amas!—Me grita desesperado.—¡Tu corazón es mío!
—¡Y mi confianza no lo es!
Se queda callado al oírme.
—Yo no confió en ti.
—¿Confías más en el que en mi? Apenas lo conoces...
—A ti te conozco y me has mentido.—Le respondo.—El va a darme seguridad, amor, una familia y el trono... contigo solo obtengo mentiras.
Se queda callado.
—El se ha esforzado y tu.... solo me cogiste en un burdel. Me usaste y solo me quieres porque ya vez la corona lejos de tus manos.
Me mira perplejo y me agacho a recoger el anillo, no me lo pongo solo lo recojo.
—Elina...
—¿Acaso hay algo que has hecho que me demuestre que lo que sientes es cierto?
No hay respuesta.
Respiro profundo.—Adiós, Egan y gracias por esta última vez.
Mientras la corona exista no hay forma en la que yo pueda creerle, la corona sigue aqui aunque diga que ya no se trata de ella.. Porque al final fue asi como empezó todo.
Fue asi como entro a mi vida, fue asi como nos lastimamos y fue asi como nos enamoramos.
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