Gracias: Belive1097

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~Camilo~

Constantemente estoy en mi habitación cambiando de forma frente a los espejos. Me gusta apreciar mi Don cuando estoy solo. He pintado cada uno de los rostros en los que he cambiado, así los recuerdo a la perfección.

A veces siento que mi habitación les pertenece a ellos, y no a mi, las miradas de esas pinturas suelen verme como si no debería de estar aquí, como si fuese el invasor de mi propia habitación.

Suspiro mirando el reflejo del rostro de Mariano, toco mi cara y siento sus facciones, un vacío se siente en mi pecho así como el vacío que se ve reflejado en aquellos ojos que se reflejan en el espejo. Con un suspiro resignado cambio de forma, voy viendo cada uno de los rostros en el reflejo hasta que me detengo abruptamente.

Veo esa imagen que tenía meses sin ver, es el rostro de una chica, una a la cual desconozco, está un poco cambiada, la he dibujado en mi cuaderno; pero nunca es igual, constantemente esta cambiando; es hermosa debo admitir (estoy acariciando su cara) -¿Quién eres?- Susurro, volviendo a mi forma original (aunque en ocasiones creo que no es la correcta y solo es una ilusión)

He hablado sobre esta chica con Mirabel (mi prima y mejor amiga), ella cree que es alguien que vi una vez y que por ello ya no la recuerdo y que es la razón por la cual ella cambia de forma; no lo sé, la he buscando en el pueblo, y nunca la he visto, algo en ella es tan familiar, siento que la conozco; pero no tengo un nombre, ni un rostro establecido. Incluso en la soledad de mi cuarto, en calma he intentado hacer memoria de ella pero nada, es como si mi propia mente me negara el recordar por completo de ella.
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Camilo empieza a caminar hacia la puerta de su cuarto alejandose del espejo.

"Cuando me siento raro conmigo, voy con mi tio Bruno, me gusta hablar con él, es alguien que le gusta estar solo, pero cuando quiero desahogarme el siempre está ahí conmigo y me escucha, me da apoyo constante." Piensa Camilo, caminando  lentamente por el corredor en dirección de la habitación del mayor. "El se fue por 10 años, a mis 5 años perdi a mi Tio y aprendi de él lo que decía mi familia (en especial mi mamá) y el pueblo; me alegra de que no sea como todos pensaban, es genial y muy divertido. Pero al mismo tiempo detesto como todo ellos se han comportado con él, como lo orillaron a recluirse" Se detiene un toma aire, más al darse cuenta que sin pensarlo ha vuelto puños ambas manos.

Camilo está frente a la puerta de Bruno, no puede evitar perderse siempre en el detalle de esta, más en la figura de su tío en medio. Sin más, toca la puerta esperando la respuesta de su tío, sigue divagando en sus pensamientos.

"Ahora que lo pienso, Mirabel y yo somos los únicos que hemos entrado a este lugar. Antonio ha querido entrar (curioso por lo que las ratas le dicen) pero mami no lo deja diciendo que es un lugar muy tétrico para un niño. A mi parecer, es la mejor habitación de todas, me gusta el aire de misterio que da, además de que ni siquiera Dolores puede escuchar lo que ocurre dentro... Es un lugar donde me puedo expresar libremente con él sin miedo a ser escuchado"

Termina su dialogo interno al escuchar una voz al otro lado.
...

-¿Quién llama a mi puerta? - Pregunta el mayor, a lo que Camilo sonríe reconociendo el tono de voz que utiliza este.

-Soy yo, Hernando - Responde Camilo.

-Sobrino, eres bienvenido - Dice el mayor.

"Aun sabiendo que puede salir cuando quiera, el tío pasa mucho tiempo en este lugar, no le gusta estar rodeado de mucha gente y del contacto humano, 10 años de reclusión pueden tener sus consecuencias"

Al abrirse la puerta se puede ver a "Hernando" Quien al ver a Camilo, le abraza con emoción y cariño, algo que al menor le gusta y se siente seguro.

-¿Qué te ha traído por aquí? - Pregunta curioso "Hernando" dándole espacio a Camilo a entrar a la habitación.

-Pues, si no es mucha molestia. Quería hablar contigo de algo que me está pasando - Responde Camilo algo apenado puesto que no sabe si su tío está ocupado o no.

-¡Oh! No te preocupes por eso, sabes que puedes venir cuando gustes. Ven, vamos al santuario- Responde "Hernando"

En santuario es el lugar o la segunda parte de la habitación del mayor, mientras que en la primera solo es una entrada llena de arena, en esta se encuentra la zona de visiones, libros (unos cuantos son de las novelas que el mayor ha escrito), un lugar de diversión para según el mayor "sus bebés" (Las ratas), una pequeña televisión y lo que más le ha gustado al menor de dicho lugar, un par de sillones de arena, en donde ha tenido las mejores conversaciones con el mayor.

Y es donde "Hernando" Toma asiento y palmea el otro en señal de que se siente el menor - Bien sobrino, ¿Está bien que hablemos aquí? O ¿Quieres ir a nuestro lugar especial? -

Camilo se sonroja, aun sin saber la razón - Aquí está bien - se acomoda en el sillón, el ambiente le hace sentir tranquilo - De lo que quería hablar es que estoy viendo a alguien-

-¿En verdad? Ya veo, y ¿Quién es esta persona? - Pregunta el mayor dejando de ser aquella personalidad valiente. Algo que el menor notó puesto que el tono de voz no, era el mismo pero tampoco era el de Jorge o el del, propio Bruno.

Sin más el menor respondió - Pues, verás...