Dorothy se apoya en la barandilla de las gradas tamborileando nerviosamente con los dedos mientras los gemelos toman un lugar a cada lado de ella y Hermione, Ron y Ginny al frente.

—Tres de nuestros campeones ahora se han enfrentado a su dragón, por lo que cada uno de ellos procederá a la siguiente tarea. ¡Y ahora nuestro cuarto y último participante!

La multitud corea su nombre mientras Harry se abre camino lentamente a través de la abertura para ver los huevos dorados posados en una roca no muy lejos.

Antes de que pueda alcanzarlo, el colacuerno húngaro, que Charlie le dijo a Dorothy que se llama Adria, golpea su cola hacia abajo y lo hace retroceder. Él se esconde detrás de una roca y Dorothy se cubre los ojos, pero segundos después, ella mira a través de sus dedos justo cuando Adria dispara fuego a la roca.

—¡Usa tu varita, Harry! —Hermione grita—. Tú varita.

Harry murmura un hechizo rápido que nadie escuchó y segundos después su escoba vuela hacia la arena permitiéndole saltar sobre ella. Adria se libera de sus cadenas haciendo que los ojos de Harry se agranden. Vuela por encima de los maestros haciendo que la cola del dragón derribe a algunos de ellos.

—¡Sí! ¡Bien hecho, Dragón! —los gemelos aplauden mientras ven a Rita Skeeter ajustar sus anteojos.

—Su nombre es Adria —Dorothy corrige mientras ve al dragón volar detrás de Harry.

Se quedan en silencio mientras intentan encontrar alguna señal de Harry, Dorothy da un golpecito con el pie y se inclina sobre el borde para tratar de ver más lejos, solo para que George la devuelva antes de que pueda caer encima de Ron y Hermione.

—¡Sí! ¡Sí!

Harry vuela hacia ellos, su escoba deja un rastro de humo detrás de él mientras agarra el huevo dorado. La multitud enloquece mientras lo animan.

Dorothy se da vuelta y abraza a Fred y luego a George rápidamente antes de saltar la barandilla para abrazar a Hermione.

🌹

La sala común de Gryffindor bulle de emoción mientras animan al campeón más joven —¡Sí, Harry!

Sabía que no morirías —dice Fred mientras él y George lo levantan —Creímos que perderías una pierna...

—O un brazo

—Pero que morirías

—Nunca —dicen en unisono.

Seamus besa el huevo dorado y lo levanta para Harry —Adelante, Harry. ¿Cuál es la pista?

—¿Quieren que lo abra?

La multitud grita un colectivo —¡Sí!

—¿Quieren que lo abra?

Lentamente lo abre solo para que un fuerte chirrido llene sus oídos. Fred y George dejan a Harry para tratar de eliminar el ruido.

George se acerca y cubre las orejas de Dorothy y ella se estira detrás de sí misma para cubrir las de él —¿Qué demonios fue eso? —Ron pregunta cuando el sonido se detiene.

La multitud se queda en silencio y se miran incómodos entre la pareja que es Harry y Ron —Está bien, todos vuelvan a sus actividades. Esto será lo suficientemente incómodo sin que ustedes entrometidos escuchen.