¿De qué huyes si lo que llevas dentro te sigue a donde vayas?
—Anónimo.

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La niebla esparcía sus gotas húmedas sobre el pelaje gris del gato. Estaba sentado sobre una piedra oscurecida por la falta de luz en aquel ambiente siniestro. Espinos secos lo acechaban por todos lados, emitiendo leves silbidos cuando una brisa se atrevía a atravesarlos. La luna tan solo era un barrón blanco sobre su cabeza, como un zarpazo mal hecho.

Estaba quieto como un muerto, con todos los músculos de su delgado cuerpo rectos como firmes ramas. Los ladridos de perros, cercanos al páramo donde se hallaba, no hicieron ningún efecto en él. Ni siquiera las tinieblas que lo bordeaban le asustaban.

Su mente estaba en otro lado.

Se mantenía obsevando un punto fijo inexistente frente a él, con ojos entrecerrados, a pesar de que por la espesa niebla no podía ver ni a dos colas de ratón de distancia. La falta de calor no lo hizo temblar en lo más mínimo.

El sonido de unos pasos sigilosos aproximándose hizo que sus orejas se alzaran casi por iniciativa propia, y tal como esperaba, otro felino se asomó de las penumbras, temblando levemente por el frío. Sus ojos eran tan opacos, que parecían sombras sobre el rostro del animal. El aire escapaba de su boca al jadear, transformado en nubecillas que se camuflaban con la neblina.

—La patrulla fue difícil de distraer, me imagino —dijo el gato sobre la roca. Su voz era tranquila, como agua fluyendo con suavidad sobre un río pequeño.

El otro felino simplemente asintió, mientras sus jadeos se hacían cada vez más cortos e inadvertibles.

—Esta vez contamos con menos tiempo para conversar, antes de que la patrulla empieze a sospechar de mi ausencia. También tendremos que cambiar el lugar de reunión otra vez —dijo, tratando de sonar relajado—. Cambiando de tema, debo felicitar tu actuación frente a la sujeto "ratón". Se nota que la planificaste con cautela. No se te escapó nada.

El gato gris liberó un ronroneo ronco, que casi ni parecía uno.

—Gracias. Aunque dudo que al menos un guerrero no haya notado las marcas que me dejó ella. Era mejor luchadora de lo que imaginaba.

El gato de ojos oscuros alzó un poco más la cabeza, para mirarlo fijamente y con cautela.

—Para la siguiente víctima, tenemos a el sujeto "árbol" y al "noche". Son los más urgentes por ahora.

Un silencio transitó entre ellos.

—¿El sujeto "noche"? —se dijo el minino gris, como para sí mismo—. Si, ese debe ser el siguiente. Un guerrero de ese tipo no puedo ser admitido en mi plan.

Era la víctima perfecta.

El recién llegado movió levemente la punta de su cola por la tierra, a la vez que esta se iba llenando de polvo.

—¿Has pensado en cómo... terminarás... con el siguiente?

—Claro que sí —aseguró el gato gris—. Aunque siempre tengo que ver hasta el último detalle. Pero, para serte sincero, nunca pensé que sería tan fácil —un ronroneo se deslizó de su lengua—. La suerte no ha dejado mi lado.

Y sí que era verdad. Al principio, pensó que el plan sería básicamente imposible de completar, y que nunca sería capaz de lograr su sueño. Pero ahora, parecía que hasta el último espíritu del Clan Estelar hubiera contribuido para que todo marchara como él deseaba.

Una nueva era venía como un montón de agua feroz y amanezante, que pronto destruiría y dispersaría los desechos.

Estaba seguro de ello.

—Pienso lo mismo.

La expresión del minino erguido sobre la roca se ensombreció.

—¿Cuántas gatos tendré que matar antes de que se den cuenta de sus errores?

~.~.~.~.~.~.~

Los dejo con el suspenso >:3
Hice un collage de Zarpa de Amapola, que les parece?

Si tiene mala definición, pos.... échenle la culpa a wattlag ;-;