23: Un conejo que se comió un lobo.



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Jungkook gruñó suavemente cuando Taehyung le arrebató las gafas de sol que Jimin le había puesto. El hombre de cabellos rojos chistó molesto, y es que ambos estaban que gruñían por los fuertes rayos de sol.

Otoño ya había comenzado, pero aún podían sentirse los rastrojos calurosos del verano, incluso cuando ya estaban más a mediados de octubre solamente ese día en particular el calor estaba un poco fuerte y aunque Jimin los obligó a ambos a llevar suéteres, el pequeño estaba molesto y bastante cohibido.

—Odio el calor, odio el sol, odio el día, odio a todo el mundo en estos momentos —Susurró Taehyung con voz adormilada, Jungkook simplemente lo siguió por detrás sin prestarle mucha atención.

Entraron a una acogedora cafetería, el ambiente era tranquilo, solamente había dos mesas ocupadas y una leve música sonaba desde la esquina más alejada.

—Hola, bienvenidos a Sunníes Rice Coffe, ¿Qué desea ordenar?

—Quiero dos americanos fríos y una rebanada de pastel de fresa, por favor, ¿Tienen de esos bollos con chispas? Quiero tres también.

El pequeño pelinegro se separó un poco de la vitrina para mirar alrededor, las puertas volvieron abrirse y más personas comenzaron a entrar. Genial, lo que le faltaba, más gente a su alrededor.

—Toma, este es para ti, es leche de chocolate —Taehyung le tendió un vaso desechable.

Jungkook lo aceptó y cuando el pelirrojo se giró, sus ojos al instante cayeron sobre unos marrones que lo miraban con curiosidad.

—¡Hola! —exclamó el niño frente a él.

El menor lo miró bebiendo de su vaso e ignorando a la presente plaga, se dio media vuelta y fue en busca de Taehyung quien ahora se encontraba en la sección de panecillos escogiendo unos cuantos más.

—¡Espera! No te vayas —Le habló el chico de cabello marrón oscuro—¡Quiero ser tu amigo!

El pequeño alfa gruñó molesto y se giró sólo para ver al otro niño, el rostro sonriente del infante extraño lo recibió una vez más y arqueó una ceja esperando que el otro hablara.

—¿Cómo te llamas?, ¿Qué estas tomando?, ¿es chocolate?, ¿puedo tomar un trago también? Oh espera... ¿Cuántos años tienes?, ¿eres un alfa también?

Jungkook rodó los ojos, pero asintió levemente.

—¡Eso es tan genial!, ¡soy un alfa también!, ¡podemos ser amigos, mejores amigos! Entonces, ¿puedo probar de lo que tomas?

El pelinegro entrecerró sus ojos y de pronto, sonrió dulcemente. Asintió con la cabeza y cuando aquel castaño lo miro alegre, Jungkook levantó el vaso y lo vertió sobre la cabeza del otro.

—Eres fastidioso.

—P-pero... —Tan pronto como los ojos del chico se llenaron de lágrimas, comenzó a llorar en descontrol.

—¿Cariño?, ¡Oh!, ¿por qué lloras?, ¿qué- qué le paso a tu cabello? —Preguntó una figura desconocida acercándose. Jungkook retrocedió cuando el alfa lo miró con ojos acusadores.

—¿Quién eres tú?, ¿acaso tú le has hecho esto a mi hijo?

—¿Jungkook?

El pequeño levantó su mirada y observó el rostro de Taehyung, este lucía un poco serio y miraba al alfa que tenía enfrente.

—¿Quién eres tú para hablarle así al pequeño?

El alfa arqueó una ceja—Disculpa, pero estoy casi seguro de que tu hijo lanzó su bebida sobre mi hijo.

—Bueno, pues mi hijo, debió tener alguna razón, ¿Cierto niñ-, Kookie?

Jungkook frunció el ceño ante el apodo del otro, pero asintió con la cabeza, el infante de cabellos marrones sollozaba por lo bajo, sorbió su nariz y con su mano limpió sus propias lágrimas.

—Está bien p-papá, fue un a-accidente —murmuró el niño.

Su padre lo miró un poco inseguro antes de hablar—Mis disculpas, andando cariño, tenemos que irnos.

Jungkook bufó, poco le importaba meterse en problemas por ahora. Estaba de muy mal humor, su cabeza palpitaba, se sentía extraño, su estomagó hacia ruidos, y el calor no ayudaba en nada.

—Tu definitivamente eres un engendro del demonio —susurró Taehyung casi con burla—No creas que no me perdí el momento en que vaciaste tu leche de chocolate sobre su cabeza, dime, ¿te estaba molestando?

El infante hizo un movimiento con su mano y se encogió de hombros.

—Mm... eres desinteresado, me agrada, un poco más de entrenamiento de mi parte y serás un gran escuincle en el futuro. Mantendremos esto en secreto de Jimin.

Jungkook se abstuvo de suspirar y caminó hasta el cubo de basura para tirar el vaso vacío. Se giró para regresar con Taehyung cuando de pronto la punta de su pie choco con algo y cayo de rodillas al suelo.

—Ups.

Mirando hacia arriba se encontró con el rostro sonriente y angelical del niño de cabellos marrones. Con un gruñido se levantó lentamente sacudiendo sus rodillas con las palmas de sus manos.

—¡Sehun, vámonos!

Jungkook entrecerró sus ojos y espero a que el otro hablara.

—Nos veremos pronto, Kookie.


(...)


Jimin resopló y despidió a su hyung en la puerta, cuando entró musito en voz baja la lista de cosas que tenía que hacer. Comprar los ingredientes para una lasaña y algunas cosas dulces para hacer un pastel, a Kookie le gustaba el pastel helado así que quería sorprenderlo con aquel detalle.

De un momento a otro se halló tomando las llaves de su auto y caminando hacia el elevador. Tatareó una melodía en voz baja y sus pasos se hicieron más silenciosos cuando Jimin pudo escuchar pisadas detrás. Sus sentidos se pusieron alerta y de manera sigilosa siguió tarareando en voz baja, balanceaba sus llaves entre mano y mano mientras con su vista periférica observaba lo que tuviera a su alcance. Negó con la cabeza cuando llegó a su auto y se subió con un gruñido leve.

El sonido de su timbre de llamada lo sobresaltó y presionó el altavoz cuando encendió el vehículo.

—¿Qué tal la vida de los normales no apuñalados?

Jimin sonrió cuando reconoció la voz de la castaña.

—Voy de compras, ¿Cómo estás?

—Estaría mejor con mi habitación llena de strippers, algún juego de cartas y una caja de cigarrillos, pero no me quejo, las telenovelas por cable no son tan malas.

—Suenas muy tú, Noona, ¿Quién está contigo?

—Mi madre acaba de irse, estuvo conmigo unas horas y después se fue, ¿esta Jungkook contigo? quiero felicitarlo.

—No, por ahora no se encuentra conmigo, pero en cuanto lo vea te regreso la llamada.

—Mmm, que decepción y yo que quería cantarle feliz cumpleaños.

—Puede ser más tarde.

—Cambiando de tema, he estado mirando tus notas y-

Jimin frunció el ceño y se detuvo ante la luz roja—¿Mis notas? ¿Estás trabajando desde casa?

—No puedo quedarme aquí sin hacer nada, torpe. Me siento inservible, le pedí a Minho que se las pidiera a Hoseok y que me las trajera. Así que ahora estoy con algunas cosas del caso, además también trabajo en este otro caso que me dio el jefe.

—Noona...

—Lo sé, Jiminnie, debería descansar, pero bah... necesito distraer mi mente de... tú sabes quién.

—Pero Soo, también tienes que reposar.

—Y lo estoy haciendo, así que no te preocupes, ¿Cuándo vendrás a verme?

—Tal vez esta noche o mañana, no estoy seguro porqué llevaré a Jungkook a pasear, de ser así, ¿Te parece si cenamos en tu casa?

Ahh... pero me siento tan sola, ven hoy, necesito una compañía igual a la mía.

—Si, iré a tu casa después de dormir a Jungkook, estará con Taehyung, así que estará bien.

—Mmm... así que la ratita sigue en su nuevo nidito.

Jimin rodó los ojos y aparcó en el estacionamiento—Hay algo que no sabes, Noona, no lo juzgues.

—Definitivamente hay algo que no sé, es más que obvio Park Jimin, porque primeramente ¿desde cuándo tú y la ratita hacen un nidito juntos?, ¿es que acaso comparten el queso ahora?, ¿también te has unido al club de roedores?, ¿necesito un nuevo apodo para ti?, ¿qué te parece Hámster? Con esas mejillas que te cargas...

—¡Soo!

—No lo entiendo, algodón de azúcar. De verdad que no, un día se odian, y al otro día viven juntos, ¡Incluso estuvo conmigo cuando estuve en el hospital! Por cierto, ¿no te pareció que Taehyung se comportaba y olía extraño?

Jimin dejó de caminar cuando escuchó la pregunta de la mujer, carraspeó nervioso y se apresuró a llegar a la entrada—Noona, estoy en el súper ahora, te marco después ¿sí? tenemos mucho de qué hablar, te amo, ¡cuídate!

—Espera Park Jimin, no te atrevas a col-

—¡Adiós!

Después de colgar, Jimin suspiró revisando en sus mensajes. Le había mandado un texto a Yoongi apenas salió de casa para preguntarle si quería acompañarlo en lo que tenía que hacer hoy, sabía que no iban a estar de servicio por lo que tomó la iniciativa y valentía de hacer tal acto. A decir verdad, no estaba seguro de si había hecho bien, pero después de la charla que tuvo con Yoongi y del hecho de que el alfa dijo respetar a Jimin y esperaría a que estuviera listo para confirmarle lo que ambos ya sabían, apretujó su corazón. El alfa no había sido más que comprensivo y amable, tal vez lo mínimo que podía hacer era escucharlo y darle el permiso de acompañarlo en el día con Jungkook.

Pero al parecer el alfa seguía dormido o se encontraba ocupado porqué ni siquiera había visto el texto.

Caminó por el pasillo de dulces y tomó algunas tiras de caramelos junto a un par de chocolates, las cajas se resbalaron de sus manos y cuando se agachó a juntarlas, alguien más ya lo había hecho por él.

Jimin abrió sus ojos sorprendidos—Eso fue malditamente rápido.

Yoongi dejó caer las cajas en el carrito y asintió mientras tomaba un poco de aire, se veía agitado—Vine corriendo apenas vi tu mensaje en la barra de notificaciones, ni siquiera lo abrí, pensé que nos moveríamos en tu auto, pero... joder, necesito entrenar más seguido.

Jimin asintió queriendo reírse—Esta bien, está bien, sigamos.

Después de comprar lo que necesitaba, Jimin le dejó el carro a Yoongi, necesitaba ir haciendo unos recortes con papel de colores antes de que Jungkook pudiera regresar a casa.

—¿Podemos pasar a la oficina antes? ni siquiera firme mi hora de salida, sólo salí.

—Está bien, ¿crees que se verá mejor feliz cumpleaños con serpentinas doradas o azules? —El omega levantó dos tiras de papel brilloso.

Yoongi echó un leve vistazo antes de volver a la carretera—Los dos serían una buena combinación.

—Mm... se vería bien —minutos después de recortar, Jimin finalmente carraspeó y en un leve susurró alto preguntó: —¿Tú tuviste la iniciativa de querer invitarnos a salir los tres?

—El pequeño lo mencionó, que era su cumpleaños, y que también que era alfa, él... se veía feliz de compartirme aquello, que se me quedó en la cabeza.

—Comprendo...

Jimin sabía que Jungkook estaba sintiendo los jaloneos del lazo paterno con Yoongi, porque su chico no dudaría en ignorar a cualquier desconocido o extraño, ni mucho menos le hablaría para invitarlo a su cumpleaños o mencionarle tal cosa como su presentación. No era algo que le molestaba, pero tampoco sabía que pensar... después de todo, Yoongi era su padre y Jungkook tarde o temprano tendría que saberlo.

Pero, ¿por qué aquello le daba un mal presentimiento?

Se apresuró a subir al elevador una vez llegaron a la oficina, cuando las puertas metálicas se abrieron de nuevo, Yoongi le indicó con una mirada que volvería pronto y fue directo a recepción a firmar su salida. En cambio, Jimin se quedó de pie, casi no venía a trabajar los sábados porqué él ya hacía más horas durante la semana, salía más tarde que sus compañeros, pero al menos no venía los fines de semana como ellos.

Recordando que también tenía que recoger unos documentos de su oficina, caminó hasta ella encontrándose a Kyungsoo en el camino, el amable omega le sonrió de forma educada.

—Hola, Jimin, ¿trabajando en sábado?

El pelinegro le devolvió la sonrisa—No exactamente, vine por unas cosas, ¿tú también?

El forense levantó los hombros—Algo así, necesitaba entregar un informe pendiente de una biopsia, e iba a quedarme unas horas más pero mi esposo me ha llamado, al parecer me necesitan en casa.

—¿Algo malo? Espero que no —preguntó curioso.

Pensativo, Kyungsoo negó con la cabeza—No entendí muy bien a Jongin, a decir verdad, hablaba muy rápido al telefono, pero parece ser que Sehun fue agredido por otro niño en una cafetería, el chico vertió su bebida sobre Sehun, ¿dónde estaban los papás de ese niño cuando pasó?

—Ohh, que mal por Hunnie, es un niño tan dulce, ¿Quién querría hacerle daño?

—Bueno, conociendo a mi hijo, sé que es travieso, eso me recuerda, ¿es tu hijo tan hablador como Sehun?

Jimin rió y negó con levedad—Mi Jungkookie es tan callado y calmado, es mi un angelito, no podría hacerle daño ni a una pequeña hormiga.


(...)


—Oh mira ese rasguño en tu mejilla, pero valió la pena, ¿lo golpeaste en la nariz como te dije? —preguntó Taehyung aplicando más pomada sobre la piel rosada del niño.

Jungkook refunfuñó de brazos cruzados en el asiento del auto, soltando leves gruñidos de vez en cuando, ¿Cómo es que había acabado la situación de tal manera? Sólo recordaba haber caído de rodillas cuando ese chico le metió el pie haciéndolo tropezar, y de pronto recordaba la espalda del castaño, lanzándose sobre esta, un alfa de cabellos rubios tratando de separarlos y Taehyung gritándole que le pegara en la derecha y después abajo y a la izquierda.

—Mmm... definitivamente no podremos esconder esto de Jimin, ¿Qué historia te gusta más?, que gracias a su grandiosa idea de salir a comprar bajo este horrible sol nos vimos cegados por el mismo y nos tropezamos, ¿o prefieres una historia de asalto?

Jungkook movió su mano restándole interés, no necesitaba tales cosas, simplemente no contestaría cuando su papá preguntara, así de fácil.


(...)


Yoongi... estaba nervioso, bueno más que nervioso estaba comenzando a sentirse ansioso, casi angustiado. Después de regresar al auto y conducir a la casa del omega, no había podido evitar darse cuenta del característico accesorio en las manos de Jimin. Quería preguntar, quería saber, necesitaba calmar a su alfa interior y tratar de no gruñir durante el trayecto, pero también se sentía mal por la frustración que estaba sintiendo, se supone que comenzaría a ver las cosas desde otra perspectiva más positiva ahora que Jimin era más comprensivo con él.

Pero maldita sea que eso lo estaba matando en silencio, porqué ese anillo, ese anillo en el dedo del omega... demonios, ¿De quién era? 


¡Gracias por leer! espero actualizar mañana también pero no prometo mucho, como mencione hace rato, les avisaré por instagram cualquier cosa <3 ¡Gracias de nuevo, cuidense mucho!

-susy

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