Dedicado especialmente a @chimchim8250

Maratón 8/?

—Si, ya estamos en casa, es un poco tarde así que supongo que pediré algo de comer, ¿de verdad? bueno, si... hyung, ya lo sé, me lo dijiste, si hyung, ¿vendrás mañana?... oh entiendo... debe haber mucho trabajo en estos días, ¿has estado comiendo bien? bueno... sí, le diré a Kookie, yo también hyung —Jimin río—, de aquí al infinito hyung, descansa.

Taehyung miró como el omega tomaba agua y llamaba algún número en su teléfono para después escucharlo hablar en la cocina. Llevó una mano a su cabeza y se recostó sobre el sofá, últimamente su cabeza dolía, y su estómago comenzaba a sentirse extraño, había robado algunas píldoras del baño de Jimin antes de irse al trabajo, pero los dolores se mantenían ahí. Sus parpados estaban demasiado cansados, conforme estos se cerraban, la televisión frente a él cada vez se fue haciendo menos visible hasta no verla más. Escuchó el timbre de la puerta y murmullos, golpeteos que sabía eran de Jungkook jugando en el suelo con un auto a control remoto que había sacado de una enorme caja.

—Oye, tonto... hey

Abrió uno de sus ojos solamente para observar cómo Jimin se cernía sobre él, una de las manos del omega tocó su frente y la otra se metió debajo de su playera para tocar su vientre.

—Tienes fiebre también, ¿es esto acaso un virus?

—Cállate maldita bola de arroz —musitó el pelirrojo tapando su rostro con un cojín—mi cabeza me está matando, y tu voz de silbato es un infierno.

—Kookie, ¿quieres traerle a papá el termómetro? esta justo al lado del televisor.

—¿Éste?

—Sí, gracias bebé, el dobbokki está sobre la mesa y los platillos también, puedes servirte solo, ¿verdad?

Taehyung farfulló cuando el cojín fue retirado de su rostro, sintió suaves manos sobre su cabello que lo acariciaron suavemente. Las palabras de su madre antes de irse todavía estaban ahí, el "tú también deberías venir, estas algo raro, unos análisis podrán descartas posibles anomalías" que la alfa le dijo antes de abandonar el consultorio sonó mucho más frio de lo que esperaba, pero aun así tal vez debería hacerle caso. Sintió el frio metal del termómetro debajo de uno de sus brazos y jadeó molesto tratando de alejar aquella sensación fría de su cuerpo.

—Dios, idiota, deja de quejarte, ¿quieres? ni siquiera Jungkook se comporta así.

—Me estoy muriendo —Balbuceó con voz ronca.

Jimin rodó los ojos y se levantó del sofá para caminar hacia las escaleras e ir a su habitación, echó un rápido vistazo a la cocina antes de subir, sonrío satisfecho cuando encontró a su pequeño comiendo silenciosamente, sentado en su silla favorita y mirando el folleto de promociones que el restaurante había agregado a su pedido como publicidad.

—Veamos, veamos... —susurró Jimin para sí mismo cuando abrió el closet del baño, buscó entre cajones algún analgésico. Pero no encontró nada que pudiera serle útil, sin intención alguna, su mano chocó con la lata de su spray neutralizador.

No... Jimin estaba loco si pensaba hacer lo que tenía en mente, rápidamente cerró el closet y se quedó de pie en el espejo, negó con la cabeza y regresó abajo. No podía simplemente hacer aquello, es decir... era Taehyung...el cabeza de fresa que le había hecho la vida imposible en la oficina, el mismo Kim Taehyung que había reemplazado todas sus leches de fresa por unas caducadas, el mismo pelirrojo que quitó los tornillos de su silla y le provocó un dolor en el trasero por una semana.

Pero, aun así, caminó hasta el sofá donde Taehyung parecía haberse quedado dormido, o tal vez estaba desmayado, no sabía.

—Vamos, Tae... hey... idiota, despierta.

Taehyung hizo un pequeño sonido sin embargo no pareció levantarse. Jimin sujetó uno de sus brazos y lo pasó sobre su hombro para levantarlo, Taehyung rechistó molesto cuando comenzó a despertarse, sin embargo, parecía perezoso y simplemente recargó parte de su peso en el pelinegro quien lo llevó con dificultad hasta arriba.

—No creo que puedas tomar un baño, al menos cámbiate de ropa —Le dijo el omega caminando al closet, Jimin se quedó parado frente al espacio que le había dado a Taehyung para sus cosas, la última vez que había tocado algo del pelirrojo, las cosas se habían puesto extrañas, echó una rápida mirada hacia atrás y al darse cuenta del estado desorientado del otro, buscó entre sus ropas hasta encontrar unos pantalones de chándal y una playera sin estampado.

—Oye, no sé qué estés pensando, pero yo no soy tu madre ¿de acuerdo? estoy siendo amable, solo por ahora —dijo Jimin ayudando al pelirrojo a quitar su camisa.

—Ugh... tu voz hace que mi cabeza de vueltas.

Jimin rodó los ojos—Traeré un plato de comida, puedes vestirte solo.

(...)

Jungkook escuchó una pequeña risa a su alrededor, levanto su rostro y se encontró a su papá mirándolo divertido.

—¿Qué te pasa, bebé?, ¿por qué estás haciendo pucheros?

El pequeño pelinegro se dio media vuelta.

—Oh, vamos Kookie, no ignores a papá... ¿estas molesto?, ¿es por Taehyung?

Jimin miró como su hijo ahora caminaba hacia él y lo miraba sin decir nada. Jungkook entrecerró sus ojos, últimamente su padre prestaba atención al hombre de cabellos rojos, minutos atrás, lo sostuvo en el sofá y lo cuido como su padre lo cuida a él cuando enferma, lo ayudo a subir a la habitación y su rostro se arrugó al darse cuenta que dormiría otra vez en la habitación de papá.

De pronto, recordando una charla entre sus compañeros de clase, Jungkook abrió sus ojos en gran tamaño.

"—Tus papás ya no se quieren —Le había dicho Lee Sungjun a la pequeña Choi Heena, esta no se inmutó en devolverle la misma expresión molesta, al contrario, sonrío y respondió—Por supuesto que lo hacen, hasta comenzaron a dormir en la misma habitación de nuevo, es lo que los papás hacen".

Jungkook dejo salir un pequeño grito que provocó que Jimin se sobresaltara, el pelinegro quería saber que estaba mal con su hijo, pero este se apresuró a correr escaleras arriba.

(...)

Cuando Taehyung observó a Jimin entrar de nuevo a la habitación, fingió dormir. Su cabeza dolía menos, pero la pulsación en su nuca era bastante molesta, no importaba que pose escogía para dormir, no lograba conciliar el sueño. Escuchó la puerta del baño abrirse y luego cerrarse, más tarde el sonido del agua caer.

Aquellos síntomas estaban tan palpables en su cabeza, pero era imposible. Tenía veinticinco años, él no podía simplemente.... los doctores le habían dicho que no había una edad fija, podría ser en cualquier momento. Pero Taehyung llevaba esperando desde los quince años, ¿entonces por qué ahora?, recordaba el rostro decepcionado de sus padres, en especial su madre, una alfa bastante fría para su profesión. No le quedaba bien ser pediatra con aquel corazón de piedra, pero no podía negar que aquella veterana era la mejor en lo que hacía. Pensó en todas las cosas que había hecho alrededor de su vida para poder crear aquella farsa que con tanto esfuerzo mantenía, había gastado bastante dinero en píldoras, supresores y aromas sintéticos para aparentar algo que no era. Diablos, mentiría si dijera que envidaba a los omegas, su madre siempre quiso uno, y cuando Taehyung no pudo serlo. Ella se dedicó a hacerle la vida un infierno, todas aquellas palabras hirientes solo habían creado en el pelirrojo un odio que no podía describir hacia esa casta, una rara y extraña envidia.

Pero entonces estaba él, esa maldita bola de arroz chillante y radiante. Siendo todo lo que un omega no es, actuando como un beta y peleando como un alfa, Jimin era la línea entre un omega irreal y un alfa pobre. Lo había visto en la academia, la manera en que se defendía cuando otros alfas lo molestaban, todavía recordaba al pequeño Jimin siendo acosado por un enorme y musculoso alfa sin cerebro.

—¿Qué hace un omega aquí? sabes princesa, este no es lugar para ti, pero podemos ir a mi habitación, estoy seguro de que te hare pasar un buen momento.

Y Taehyung recordaba haber escuchado a la mitad de la clase reír, sin embargo, la sonrisa que Jimin puso ese día fue una que jamás olvido, como si aquellas palabras que el hombre le había dicho no fueron nada para él.

—No gracias, estoy bien aquí. ¿Por qué no vas con tus esteroides y lo poco de tus neuronas a otro lado?

—Escucha maldito omega, eres una escoria baja. Ni siquiera sé cómo pudiste llegar aquí, pero te aseguro, terminaras siendo la perra de cualquier policía, ¿entendiste princesa? ¿o debo demostrártelo para que entiendas mejor?

—No soy una princesa.

—Lo eres, ¿Y sabes por qué? Porque eres un omega, y nadie nunca vera la diferencia.

Los alumnos alrededor comenzaban a hacer un círculo entre ambos, Taehyung había observado como Jimin apretaba sus manos y se daba media vuelta, sólo para dar un pequeño brinco y regresar con una patada en el aire, justo al rostro del alfa, el cual cayó al suelo con brusquedad. La mayoría se quedó en shock y en silencio, ¡Maldición, un omega había noqueado a un alfa!

—¡Y no puedes regresarme el golpe! ¿Y sabes por qué? ¡Porqué soy un omega!

Después Jimin se volvió el centro de atención de la academia, sólo bastaron algunas semanas para que los rumores corrieran y el omega se convirtiera casi intocable.

(...)

Jimin secó su cabello y se miró al espejo, ¿estaba loco? dejó el spray en el closet, todavía cerrado. Comenzaba a usarlo por las noches debido a Taehyung, pero hoy no, simplemente.... esta noche no. Si su memoria no fallaba, muchos años atrás recordaba a un Yoongi enfermo en la cama, balbuceando acerca de cuanto dolía su cabeza y estómago, y sólo había bastado una calada del aroma de Jimin para que el alfa pudiera calmarse y apaciguar sus dolencias. Su aroma era tan fuerte que funcionaba casi como un somnífero, atrayente hacia todo alfa, pero Taehyung no era uno y difícilmente podría funcionar, sin embargo, aun así, salió del cuarto de baño y caminó hasta la cama para verificar que Taehyung estuviera dormido.

La puerta se abrió y un Jungkook tímido entró, el pequeño llevaba su pijama puesto y aquel conejo de felpa en sus manos, puso sus mejores ojos al mirar a Jimin. Y supo lo que su hijo pedía.

—Kookie...

Pero el pequeño pasó de largo y subió a la cama, Jimin no tuvo más remedio que subir también, tocó una vez más la frente de Taehyung, y éste pareció removerse ante el tacto, estuvo a punto de tocar su vientre también cuando Jungkook saltó sobre el suyo y le gruñó levemente.

—¿Kookie?

—No Kookie —refunfuñó el menor.

El pequeño gimió molesto y se acostó sobre el pecho de su padre, Jimin acarició su espalda para intentarlo hacerlo dormir, aunque tuvo el efecto contrario ya que Jimin fue el primero en caer dormido. Jungkook miraba la espalda del pelirrojo con el ceño fruncido, ese Taegun estaba loco si creyó que compartiría a su padre con él, no, simplemente no.

El mayor se dio media vuelta y éste mismo se sorprendió al encontrar al pequeño mirándolo, ambos se quedaron observando por un buen rato. Taehyung arqueó una ceja, y después aspiró, el aroma a cereza y fresas estaba ahí de nuevo, pero mucho más fuerte, al parecer Jimin era el causante, éste dormía plácidamente a su lado. Tuvo el impulso de tocar sus mejillas, pero en cuanto estiró sus manos, una mano mucho más pequeña se lo impidió, Jungkook había gruñido con molestia.

Taehyung ya no sonrío más, un gruñido burbujeó desde su pecho hasta su garganta y tuvo que ignorar la sorpresa de tal acto. Se maldijo por hacer aquello, aquel pequeño podría asustarse y despertar a Jimin, pero fue mayor el asombro cuando Jungkook sonrió mostrando los dos pequeños colmillos que apenas sobresalían de entre sus dientes.

Es mi papá, no tuyo.

Fue lo que le pareció ver en la expresión del pequeño.

No lo toques.

Fue lo que creyó leer en sus labios.

Largo.

Fue lo que supuso los ojos del pelinegro decían.

Jimin se removió entre sueños, dando vuelta y quedando aún más cerca del pelirrojo, el rostro de Jungkook se llenó de frustración y Taehyung sólo pudo sonreír, estiró sus brazos y en cuestión de minutos el omega había rodado hacia él inconscientemente, escuchó los chillidos molestos del pequeño y sonrió triunfador.

No eres más que un tonto niño.

Jungkook entrecerró los ojos cuando los labios del pelirrojo se movieron. Casi con rapidez, sus ojos comenzaron a lagrimear y silenciosos sollozos comenzaron a escucharse, Taehyung frunció el ceño, ¿Pero que pretendía ese engendro del demonio?

—¿Kookie...?

La voz adormilada de Jimin lo distrajo, el omega aun entre sueños reaccionaba a los llantos de su pequeño, Jimin parpadeó varias veces y se giró tanteando la cama buscando el pequeño cuerpo de su hijo, Jungkook no perdió oportunidad y gateó hasta su padre quien lo tomó en brazos y lo apretó contra su pecho para volver a dormir. Taehyung miró como Jungkook lo miraba desde el cuello del omega, no podía ver su rostro completo, pero sabía que estaba sonriendo, y aquellos ojos, maldición, aquellos ojos.

No eres más que un tonto adulto.

Realmente Taehyung no podía creerlo.

(...)

—¿Entonces tendrás el día libre? que extraño que te lo hayan dado con el caso actual abierto —Soyou dijo al teléfono, acababa de despertar, y ahora se encontraba frente al closet sacando un poco de ropa—¿Qué?, ¿y por qué tienes que ir tú con él?, ¿no tiene madre o algo así?, no es huérfano Jimin, ¡por dios tiene veinticinco años!, maldición.... eres demasiado bueno mi querido algodón de azúcar. ¿Kookie? Uh... no sé, bueno, sí... tienes suerte, hoy no trabajaré en la oficina, ¿eh?, ¿lo sabias?, ¿yo te dije? rayos... últimamente olvido las cosas —Resopló. Caminó con el celular en su oreja hacia el baño y abrió la regadera—, está bien, lo recogeré en veinte minutos, si, si tranquilo yo lo sé. Yo también bobo, te amo más.

La omega se río por lo bajo y negó con la cabeza. Ahora la rata enfermó y Jimin tendrá que llevarlo al veterinario, conocía la relación amor-odio de esos dos, había cosas que no le sorprendían del todo, dejó llenando la bañera y caminó hacia la habitación.

De pronto se quedó quieta.

¿Acaso ella había dejado su ropa en la cama?

Un ligero ruido en la cocina la puso atenta, rápidamente tomó su arma del mueble y caminó despacio y en silencio hacia la cocina. Recargada sobre la pared, con cuidado se quedó de pie en la puerta, con rapidez apunto el arma a quien fuera que estuviera de intruso en su casa, pero no había nadie.

—Genial, estoy siendo paranoica.

Su teléfono vibró en el bolsillo y la omega ignoró ese sentimiento que comenzó a invadirla al ver que no era Junggigo el que la llamaba.

—¿Minho? Oh... sí, sí, ya voy para allá, solo recogeré unos papeles, ¿de verdad? bueno, tendrá que ser mañana. Hoy me toca trabajar desde casa, sí, me dieron un pequeño caso aparte.... oh ¿en serio? eso es asombroso —. Soyou caminó de nuevo hacia su habitación—No creas que tengo suerte, me tocó ser niñera por hoy... ¿Cómo podría hacer eso, tonto? es mi sobrino, si como sea... no tonto, no puedo dejarlo con-....

La omega chilló de felicidad cuando una idea paso por su cabeza—Aguarda Minho, tengo que hacer algo importante, ¡te regreso la llamada después!, ¡se me acaba de ocurrir algo! –La castaña deslizó su pulgar por la pantalla para terminar la llamada. Buscó entre sus contactos hasta dar con el conocido nombre, con una pequeña sonrisa y un atisbo travieso en sus ojos fue al baño para cerrar la llave al tiempo que esperaba que la otra persona respondiera.

—¿Hola?

—¡Min Yoongi!, ¡Qué bueno que contestas!

(...)

—La tía Soo vendrá por ti pronto ¿sí?, ella tiene llaves así que no te preocupes. Mmm... ¿tienes todo listo?, ¿llevas tus juguetes? —Preguntó Jimin mientras arreglaba la camisa de su hijo. Jungkook negó con la cabeza y señaló el degastado conejo a su lado.

—Oh, ya veo, llevas a Bumbum.

—Jimin vamos, me estoy muriendo —Lo apresuró Taehyung desde la entrada. El más alto llevaba una bufanda alrededor de su cuello y su cabello lucia igual que un nido de pájaros, el pelirrojo realmente se veía mal.

Jimin rodó los ojos y sonrió a su hijo—Regresare pronto, te recogeré en casa de la tía Soyou ¿bueno? podemos ir a cenar a donde tú quieras después. Te amo bebé, nos veremos pronto.

—¿Disculpa?, una hermosa criatura aquí se está muriendo, por si te interesaba saber.

Jimin bufó y tomó las llaves de la mesa—Eres insoportable Kim Taehyung.

El pelirrojo no dijo nada simplemente tomó la mano del pelinegro y dejó que este lo guiara hasta la puerta. Jungkook se quedó frustrado de pie, mirando como los dos hombres caminaban por el pasillo hasta la puerta de entrada, cuando Taehyung se dio media vuelta, le enseñó la lengua de forma infantil.

Jungkook pataleó en su lugar, estaba más que claro que Taegun necesitaba saber quién era el alfa de la casa.

si alguien quiere regalarle a susy unos separadores uwu <3 con gusto los aceptaré jejeje <3 <3 ¡Espero les haya gustado el capitulo! Gracias por leerlo 

En realidad ya me siento mejor que ayer, dormí casi todo el día y creo que descansar me ayudó, aunque todavía traigo secuelas extrañas, por ejemplo, se me dificulta mucho para respirar aunque nunca he tenido problemas de respiración, también me duele la cabeza pero en menor grado que ayer, ayer les juro que ya casi alucinaba del dolor TT </3 pero ahora es menor, me fue incluso posible editarles unos cuantos capítulos, también he traído así como mareo? pero bueno, esperemos que no sea nada serio, ha estado haciendo muchísimo frío y probablemente me este resfriando !! debe ser eso, aún así quiero agradecerles todos sus buenos deseos en los comentarios anteriores, se me puso cálido el corazón, así que les traigo unos dos capis más, esté y otro más espero que para el jueves como les comentaba ayer, pueda seguir con regularidad con la maratón ! <3 

Respecto a la fanfic, tengo vagos recuerdos de explicarles como funcionaban las etapas de desarrollo infantil y por cual estaba pasando Jungkook. Sumando al hecho de que Jungkook creció sin una figura de autoridad paterna alfa, además de que también creció viendo el miedo que Jimin tiene a los alfas, haciéndolo mucho mas susceptible a su ambiente y sobre todo atento, razón por la que probablemente desarrollo sus sentidos mucho mas rápido en un instinto de supervivencia o protección, bueno, además de eso, Jungkook en sí es muy inteligente, creo recordar que más adelante en los capítulos se menciona algo sobre eso, ¡espero esto sirva de ayuda y muchas gracias por leer! 

En una media hora subo otro capitulo <3 

-Susy