07: kookie y la liga de supervillanos.
—¿Qué rayos estabas pensando al traer a un niño a la oficina, Jimin? —. Le recriminó Soyou al verlo.
—Seokjin me pidió cuidar de su hijo, ya sabes —Respondió Jimin con rapidez caminando lo más pronto que le fue posible, pero el alfa seguía a su lado al mismo ritmo.
—¿De qué jodidos me estás hablando? Seokjin no tiene-
—Tiempo, no tiene tiempo de cuidarlo, esto puede esperar Soo, ¿Cuál es la emergencia de la que tanto hablas?
Soyou lo miró con aquellos orbes chocolates penetrantes, Yoongi abrió la puerta de la oficina y fue cuando Jimin se dio cuenta de los cubículos casi vacíos, un interno pasó corriendo a su lado y se perdió al final del pasillo.
—¡Ahí están! ¿Qué les tomo tanto tiempo-, ¡Park! ¿Qué estás pensando? ¿Es que acaso no sabes las reglas? ¡No puedes traer a tu hi-
—¡Mi sobrino estaba solo, jefe! ¡Prometo que no será molestia! ¡Solo estará unos minutos! —Se apresuró a responder el pelinegro, bajo al pequeño Jungkook. El beta lo miró molesto y negó con la cabeza.
—Min, ven conmigo a mi oficina, y tú Park, encárgate de eso y nos alcanzas.
El veterano se dio media vuelta y el alfa lo siguió en silencio. Soyou rápidamente tomó al pelinegro del brazo y lo arrastró hasta su oficina.
—¿Puedes ser más gentil? —Se quejó una vez la castaña cerró la puerta detrás.
—¿En que estabas pensando al traer a tu hijo, Jimin? ¡Estamos en alerta azul y tu-
—¿Qué? ¿De qué me estás hablando? —Preguntó el pelinegro, sentó a Jungkook sobre una silla y se encaminó detrás del escritorio.
La mujer se dejó caer al lado del pequeño y llevó una mano a sus cabellos peinándolos hacia atrás—Es Kyung, está muerto.
—¿Q-qué? no, no, lo vi esta mañana, estuvo conmigo en la escena del crimen y-
—Lo envenenaron, Jimin —susurró ella mirando sus manos—. Lo encontraron hace apenas media hora en su laboratorio. Creemos que fue un atentado, el sospechoso dejó algo escrito en el muro.
Jimin tomó la fotografía que Soyou le había extendido, y sintió su labio inferior temblar.
No debiste tocarlo.
—¿Qué quiere decir eso? —susurró.
La mujer resopló y negó con la cabeza—Nadie entiende, Kim cree que Kyung pudo haber estar relacionado con alguna de las víctimas y-
—¿Crees que es el mismo asesino? ¿A quién buscamos?
—Los cortes que deja como marca en cada víctima lo comprobaron.
—¿Pero que hizo, Kyung? ¿Qué hizo?
Se sobresaltó cuando jalaron de su camisa y se encontró con los ojos curiosos de Jungkook. Soyou le miro una vez más frunciendo el ceño.
—¿Por qué lo has traído?
—Me pediste que me apresurara, y el ascensor no servía y-
—¿No debería de estar en la escuela, ahora mismo?
—Amaneció enfermo —contestó, acariciando los cabellos negros del niño cuando este se subió a su regazo, Jungkook puso ambos brazos sobre el escritorio, imaginando que su nombre era el que estaba en la placa de enfrente y él daría las órdenes a la castaña.
—Entonces... ¿Por qué has mentido con esa cosa de que Jungkook es hijo de Seokjin?
Su pequeño lo miró, al parecer esperando una respuesta también. Jimin tapó sus oídos y susurro a la castaña—Min Yoongi no puede saber que es mi hijo.
—¿Por qué? ¿Qué pasa? Jimin....
—Cosas de trabajo, ¿Te importaría cuidarlo unos momentos?
Soyou resoplo—Lo siento Jiminnie, tengo que ir al laboratorio a recoger más evidencias.
Jimin asintió—Entiendo... ¿Qué voy hacer?
Soyou sonrío de pronto—Oh tú ve con el jefe, yo me encargo.
(...)
Jungkook observaba con brillantes ojos todo a su alrededor, había pizarras donde fotos y mapas se encontraban colgados. Una larga línea de cubículos, y gente de blanco y corbata caminando de aquí allá. De la mano de aquella castaña, miró como lo llevaba a otra oficina, echó una mirada atrás y observo la espalda de su padre a lo lejos. Estaba emocionado por visitar el trabajo de papá, pero comenzaba a ponerse ansioso, quería darse la vuelta y correr, encontrar a su padre y aferrarse a sus piernas. No quería separarse de su lado, pero se dijo a si mismo que era un niño grande cuando sintió inmensas ganas de regresar.
Apreció como la chica de tacones rosados lo soltó y ahora intercambiaba palabras con alguien. Era muy alto y tenía un bonito y colorido cabello rojo.
Igual a las cerezas.
Y las cerezas le hicieron fruncir el ceño, porque papá olía a cerezas y de nuevo, papá no estaba con él. Papá lo había dejado, y sintió el impulso de correr hacia donde papá mucho más fuerte que antes, tenía que regresar, no sabía dónde estaba ni quienes eran esas personas, se sentía más tranquilo en el viejo sofá de aquel alfa de cabellos verdes que aquí.
Encaro a la mujer de rizos con el ceño fruncido, ¿Por qué lo había separado de su padre?, ¿Dónde estaba Jimin?, ¿Por qué esa mujer se había empeñado en tomarlo de la mano y alejarlo de su padre? No la quería, no quería verla.
Pareció que ella logro entenderlo porque entonces le sonrió y acarició sus cabellos antes de irse, un carraspeo lo hizo mirar a su nuevo adversario. El alto pelirrojo que lo miraba con una ceja alzada y se encontraba cruzado de brazos.
—Mmm... ahora soy el maldito niñero de este niño.
Jungkook caminó alrededor del pequeño espacio, mirando las notas de periódicos en la pared, y hey, a él también le gustaba leer el periódico.
—No toques nada y solo quédate sentado, ¿de acuerdo?
El pequeño lo miró frunciendo el ceño, este nuevo villano lucia distinto a la chica, al menos ella parecía querer engañarlo con sonrisas y bonita manicura. Pero este resoplaba mientras miraba con seriedad la pantalla del computador y golpeaba con brusquedad las teclas.
—¿P-papá?
—Volverá pronto, ¿tienes un nombre? —Preguntó cuando se giró en la silla y caminó hasta un extraño aparato donde recogió unas hojas en blanco. Jungkook sabia el nombre, lo había aprendido en la escuela, impresoras.
—No hablas mucho ¿eh...?, soy Taehyung.
Jungkook entrecerró sus ojos, así que ese era el nombre de su enemigo. Se preguntaba si este podría guiarle hacia su padre.
—Papá, ¿dónde está? ¿Dónde está papá? —logró susurrar.
Taehyung suspiró—Está ocupado, vendrá pronto.
El pequeño se desinfló en la silla cruzado de brazos.
—Vamos, no te aburras, te doy mi celular para que juegues un poco —musito el alto hombre, al mismo tiempo que le entregaba un delgado artefacto.
Jungkook miró la pantalla y observó las frutas en esta, ¡Oh conocía ese juego! Tenía que atrapar cuantas frutas cayeran y ganaría algunos puntos. Sonrió tímidamente sin que el otro lo viera, tal vez él no era tan malo después de todo y posiblemente pueda ayudarle a buscar a su padre más tarde. Pero sus pulgares eran algo torpes, y cerraron el juego.
Taehyung se giró en la silla al no escuchar más la canción tan conocida del juego, y observó a Jungkook mirar con seriedad la pantalla de su celular.
—¿Qué sucede, has perdido?
En cambio, el pequeño negó con la cabeza y segundos después levantó el celular, mostrando el fondo de pantalla. El mayor se sonrojó terriblemente antes de arrebatarle el teléfono al pequeño.
Jungkook lo miró inexpresivo y por un instante aquellos pequeños ojos intimidaron al mayor.
—Esto es... no le digas a nadie, ¿de acuerdo? será un secreto entre ambos.
Pero Jungkook no dijo nada, no tenía planeado hacerlo, él solo quería saber porque aquel raro hombre tenía una foto de su papá.
(...)
—Así que Seokjin tuvo un hijo...
Jimin trató de ignorar la voz que lo molestaba, ¿Por qué su jefe tenía que haberles dejado solos?, ¿Por qué había decidido tomar asiento en el sofá?, ¿¡Porque diablos Min Yoongi había regresado a su vida?!
—Aléjate.
—No estoy haciendo nada, solo estoy preguntando algo. Ese niño no se parece nada a Seokjin, al menos a lo que yo recuerdo de él.
Jimin tomó una bocanada de aire. Estaba comenzando a sentirse mareado, simplemente la sola presencia de aquel... idiota, aquel... rayos, lo odiaba. Y odiaba que hubiera visto a Jungkook, odiaba haber sido tan descuidado, odiaba tener que haber mentido frente a su hijo, odiaba... no haberle dicho hace seis años atrás.
El pelinegro se levantó rápido, pero dos brazos lo tomaran de la cintura hacia atrás, cayó sobre el regazo del alfa quien soltó una corta risa.
—¡Su-suéltame!, ¡¿Qué crees que haces?!
Jimin golpeó con fuerza uno de los brazos del peligris mientras intentaba pararse, casi aborrecía el tacto, quería irse, sentía sus ojos picar. Solo quería salir de ahí, tomar a Jungkook y regresar a casa, al único lugar donde podría estar lejos y seguro. Luchó por deslizar su mano hasta su cinturón y tomar su arma, pero entonces una mano toco la parte trasera de su cuello y le fue imposible volverse gelatina.
Lo odiaba y estaba seguro de que sus ojos se encontraban cristalinos, aquel bastardo había llegado a su punto omega y aunque se veía terriblemente arrepentido, Jimin estaba seguro que después del momento de paz, se enojaría con la fuerza de mil volcanes.
—Lo siento, fue... fue la costumbre al olfatearte ansiosos, lo siento, en verdad lo siento —lo soltó levemente, pero Jimin no se movió, por lo que Yoongi añadió después de unos minutos: —No sabes cuánto te busqué —susurró con su rostro peligrosamente cerca—, no sabes cuantas ciudades recorrí... estuve dos años detrás de ti... pensé que nunca iba a encontrarte, entonces te vi. En el historial, tú ficha de trabajo... y supe que tenía que venir.
—Tú, tú me-me dejaste —tartamudeó, cerró los ojos. Ese estúpido alfa lo estaba estimulando y definitivamente no era bueno.
—No, tú me abandonaste, fui a buscarte al hospital esa noche y te habías ido —Le recriminó con un enojo tan sincero como sus palabras. Jimin lo miró solo para encararlo, no, era mentira. Él no se había ido de ahí, Yoongi fue el que lo dejó aquella noche, ¿por qué rayos el alfa decía que se había del hospital?
—Mientes tú- ahh, su-suéltame —susurró tan bajo, pero la mano del peligris seguía donde mismo, haciendo delicados y suaves movimientos que comenzaban hacerle perder la razón. Eran masajes en su zona más delicada, que calmaban su ansiedad y nervios, y aunque lo hubiera agradecido en cualquier otra situación, no con Yoongi, nunca con Yoongi en la actualidad.
—Pero no importa, te tengo ahora. Y perdóname, perdóname por lo que diré, pero no planeo... yo, simplemente no quiero que te vayas de mi vida otra vez —el tono acuoso del alfa indicaba que estaba en una pelea interna consigo mismo—, quiero ser alguien mejor, un alfa digno de ti, que respete todo lo que me pidas, pero no puedo evitar que mi corazón duela si lo que quieres es que salga de tu vida cuando me ha costado tanto encontrarte...
Jimin se retorció en su agarre, no, no, ¡no! Yoongi no podía- el- era un alfa- ¡no! Intentó luchar una vez más, pero todo su cuerpo fue paralizado cuando sintió el toque de unos labios en su cuello, el mayor había pasado un brazo por su cintura apretándolo con fuerza contra él, sin embargo sus labios se sintieron como el aleteo de una mariposa plegándose en su piel.
—Espera... —se quejó el pelinegro, sin ser consciente de que sus manos empuñaban con fuerza la camisa del otro. Instintivamente echó su cabeza hacia atrás y Yoongi sonrío contra su piel, besando delicadamente aquel punto, tuvo la audacia de besar con fuerza y el pelinegro se sintió avergonzado cuando un leve gemido escapo de sus labios. Se estaba doblegando frente aquella figura con la que lucho por seis años, y se sentía malditamente estúpido, el peor de los peores.
—Eso será suficiente para calmar a mi alfa... —susurró Yoongi mirando la pequeña mancha rosada.
Jimin lo miró con los ojos cristalinos y el alfa limpio con su pulgar la lagrima que rodo por una de sus mejillas. La impotencia hervía muy dentro de su ser y empuñó sus manos, cuando sostuvo uno de sus puños en el aire, Yoongi lo esperaba, incluso no se movió, cerró sus ojos y espero lo que se merecía, pero la puerta entonces sonó dos veces.
—¿Detective Park?
Jimin reaccionó cuando Yoongi se movió y se vio libre, se paró tambaleándose un poco, se sentía avergonzado de todas las maneras. Preferiría haberse quedado en casa. La puerta se abrió y Jung Hoseok se asomó por esta, al verlos a ambos, no pareció darse cuenta de la inminente atmosfera incomoda porque al instante una enorme sonrisa decoró su rostro.
—Oh, los encontré. Detective Park, he encontrado algo que creo que nos será de ayuda, tal vez el agente Min quiera acompañarnos —Dijo el alfa de cabellos castaños.
Yoongi asintió, un poco desorientado también. Jimin simplemente resopló y discretamente se acomodó el cuello de su camisa y asintió en dirección a Jung, sus mejillas un poco rosadas, ¡Jesús!, no puede ser que le haya gustado... simplemente no.
(...)
Más que un lugar asombroso, parecía una guarida de súper villanos. Jungkook frunció el ceño cuando una alta mujer de cabellos sumamente cortos recriminó al pelirrojo su estancia. Taehyung simplemente balbuceo unas cosas tan rápidas que no logro entender, pero ahora esa mujer de nombre Minha, se había unido a la liga de villanos.
Nadie quería llevarlo con su papá.
¿Qué tan difícil podría ser acatar el pedido de un pequeño niño de seis años?
¿Qué tenía que hacer el pequeño Jungkook para regresar a la comodidad de las piernas del omega?
Se revolvió en los brazos del pelirrojo cuando este intento llevarlo, así que simplemente optó por tomar la mano del alto hombre. Aquel chico lo confundía bastante, este hombre no era tan malo como las otras mujeres, y olía un poco agradable, ese aroma que le recordaba al perfume de papá.
—¿Jungkook?
El niño levantó rápidamente su cabeza, buscando el origen de aquella voz. Rápidamente miró a su papá y al intentar sonreír, esta no logro formarse por completo porque entonces, aquella intimidante figura se encontraba al lado de su padre.
Jungkook frunció el ceño.
Había algo que no le agradaba, su papá caminó hacia él y frunció el ceño al hombre de cabellos rojos. ¡Lo sabía! ese tal taegun era parte de los villanos, por eso papá le habló con un tono de voz distinto al acostumbrado, el malvado taegun pareció molestarse, pero el pequeño Jungkook no entendía lo que quiso decir con padre primerizo, así que sólo abrazo las piernas de su papá. Porque quería regresar, y fantasear desde el interior de su casa, tal vez Jimin podría acompañarlo, aún tenía que pedirle disculpas por haberlo dejado al cuidado de malvados seres.
Y luego estaba el supremo, el peor de todos. Ese hombre de cabellos grises que lo miraba como si fuera de otro planeta.
Tal vez era el jefe de todos ahí, ¡Tal vez papá Jiminnie estaba siendo obligado ahí y era la damisela en apuros de su aventura!, ¡Tenía que rescatar a papá! Eso explicaba por qué la piel de su padre estaba caliente y le hablaba con palabras cortas y pequeños tartamudeos, de seguro aquel alto villano de pálida piel le había tendido una trampa y ahora se encontraba bajo un macabro hechizo o algo parecido.
Incluso cuando otra persona apareció, una muy sonriente que le hablo como si fuera un torpe, con un tono de voz chillante y que apretó sus mejillas: papá no se veía feliz. Ese tal Hoseok no le agradaba, sus mejillas dolían ahora. Pero el hombre parecía inofensivo, tal vez podría ser su ayudante en contra de los villanos, ¿Entonces por qué papá no parecía contento? En cambio, lucia aterrado, tenía la misma expresión que solía poner cuando esa serie de zombies a parecía en la televisión.
Y definitivamente Jungkook no entendió por qué fue puesto de nuevo en los brazos de Taegun, quiso gritar y patalear hacia el pelinegro. Pero él no hacia eso, nunca lo había hecho, era un niño grande y su misión era cuidar de papá, pero estaba confundido, si esas personas hacían sentir mal al omega, ¿por qué se alejaba con ellos?
Con un resoplido, dejo que el malvado Taegun lo llevara en brazos.
A veces los adultos eran tan difíciles de entender.
son las cinco de la mañana y no he dormido nada, lamento si se me pasó algún error de edición TT, espero les haya gustado, ¡gracias por leer y comentar!
-Susy
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