05: Soo Jisun.
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Mini Guía OV de Susy
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➳En el universo Omegaverse de Dirty Work, las castas (alfa - beta - omega ) se saben después de los siete u ocho años, sin embargo los celos/calores o rutinas aparecen durante el cambio de la adolescencia y la adultez. El nombre que se le otorga al inicio del ciclo shifter es "presentación", cuando un niño "presenta" durante semanas antes puede padecer los síntomas más básicos como fiebre, dolor de estomago, y escalofríos, algunos niños, especialmente los que presentarán como alfa, pueden volverse más ruidosos, mas energéticos y hambrientos, mientras que los infantes que presentarán como omegas pueden llegar a dormir más de diez horas al día, estar un poco más agotados de lo normal y tener algunos dolores musculares, estos como síntomas básicos pre-escritos, sin embargo cada niño es un mundo diferente. Para la presentación es importante que los padres lleven a sus hijos al médico para obtener un análisis de sangre y finalmente confirma su estatus- casta.
Con una soledad que le parecía casi ridícula, tomó hasta el fondo de aquella botella de Whisky, aun recordando las palabras de su madre en su cabeza ¿es así como una omega debe actuar? ¿es así como una omega tiene que pensar? ¡no! ¡los derechos y las mentes libres son paras los alfas! tú no eres más que una triste omega, lo más bajo.
—¿Está libre este asiento?
Soo Jisun ni siquiera se molestó en levantar su mirada ¿para qué? su padre siempre solía reprocharle tal acto. Un verdadero omega no mira a las personas a los ojos. Basura, basura todo, sólo quería desconectarse de su realidad unos segundos.
—¿Estás bien?
La chica levantó su mentón lentamente, frente a ella, un atractivo hombre la miraba curioso, con la mandíbula definida y unos ojos coloridos. Un agradable aroma llego a su nariz, ¿un alfa? ¿un omega? ¿beta? estaba confundida, sin embargo, era agradable, tan dulce como aquel aroma que su madre tuvo durante los nueve meses de embarazo de su hermano menor.
—¿Puedo saber por qué una bonita omega como tú luce salida de un velorio? Oh ¿es así? entonces retracto mis pala-
Una risa de su parte interrumpió al desconocido.
—Soo Jisun —se presentó.
—Lindo nombre Jisun, entonces... ¿realmente es un velorio?
La rubia resopló y jugó con las puntas de su ondulada cabellera—Padres con mentes más cerradas que su culo.
Una sonora carcajada inundó el pequeño espacio, aquel hombre llenó su copa y la miró divertido—Conozco los de ese tipo, no mis padres, pero tengo tíos que me hicieron la vida imposible.
Jisun de pronto pareció interesada—¿De verdad? perdona... mm... no sé si esto deba preguntarlo, tal vez no, dios que vergonzoso —susurró la chica, después de tanto tiempo un joven guapo se acercaba a hablarle y ella sólo estaba avergonzándose a sí misma.
—¿Quieres saber que casta soy verdad? —preguntó el chico con naturalidad—, tranquila, mi aroma siempre suele confundir a las personas, mamá dice que las hace sentir confortables, ¿tú crees que por eso la dulce señora de la panadería siempre pone un panecillo extra en mi compra?
Jisun volvió a reír y peinó sus cabellos, reviso su botella y sintió sus mejillas enrojecer al darse cuenta que hasta hace pocos minutos, la había terminado por completo.
—Oh tal vez deba ir por...
—Oh no Jisun, está bien —. Sonrió amablemente el hombre—, no creo que sea seguro que sigas bebiendo más, tus mejillas están más rojas que unas manzanas, iré por un jugo ¿sí? no tardo.
Esta vez, la omega sintió el calor cubrirle todo el cuerpo, era un hombre tan guapo y caballeroso incluso no se inmutó siquiera por su aspecto, con el uniforme desaliñado y el rímel corrido en sus abultadas mejillas. El sonido de un aparato vibrar la sacó de su pequeña ensoñación, dándose cuenta que justo al lado de la copa de aquel hombre, un celular aluzó la pequeña cabina, curiosa miró aquel chico hablar animadamente con el barman.
Así que echó un pequeño vistazo, las once de la noche era la hora que aquella pantalla resaltaba con infantiles animaciones, Jisun resopló recargándose en su asiento, no era de su incumbencia. Ni siquiera conocía el nombre de aquel apuesto chico, tan caballeroso, tan apuesto y divertido ¿era mucho pedir que no fuera una novia la que mandó el mensaje? lentamente deslizó su mano por la mesa hasta tomar aquel aparato, deslizó su pulgar por la pantalla mandando aquella notificación de mensaje a otro lado dejando a la vista a una persona como fondo de pantalla.
No era una mujer, era un chico con el cabello oscuro, tenía los ojos cerrados y se encontraba acurrucado, al parecer dormido sobre una silla detrás de un enorme escritorio en el cual se podían apreciar unos cuantos cartoncillos rosados, inconscientemente sonrió. Ella también solía beber leche de fresa en la oficina, en especial cuando su jefa se ponía muy estricta con todo el papeleo y pasaba noches sin cenar encerrada en ese pequeño cuarto de paredes plásticas, resopló y volvió a dejar el teléfono en su lugar reprendiéndose a sí misma, no tenía por qué hacerlo, no debió y ahora se encontraba molesta, esperaría a su acompañante y pediría disculpas.
—Un Té de menta sin alcohol para la dama.
Jisun sonrió ampliamente mientras aquel chico tomaba asiento de nuevo, la bebida era refrescante y en minutos se halló saboreando aquel embriagador dulce.
El hombre peinó sus cabellos de un rojo vivo hacia atrás, sonrió ladinamente y añadió—Tienes unas bonitas manos.
Ella se sonrojó, miró sus manos, blanquecinas y delgadas—No lo creo, son... son demasiado pequeñas.
—Y es adorable, me gustan las personas con manos pequeñas —le guiñó un ojo.
Y Jisun pensó por un momento, que ese podría ser el principio de algo bueno
(...)
Cuando despertó se sintió agitado, su frente sudaba y se repetía una y otra vez que había sido solo un mal sueño. Él no estaba ahí para hacerle daño, no lo era. Se movió entre sabanas, golpeando levemente con un pequeño cuerpo, Jimin no supo en qué momento de la noche Jungkook había pasado a su cama, no le importó mucho, le gustaba cuando su pequeño dormía con él, se sentía reconfortante y acompañado.
El reloj a su lado marcaba exactamente las seis de la mañana con quince minutos, resopló y se sacó las sabanas de encima junto con una pequeña pierna, su hijo dormía desparramado en el otro lado con la boca semi abierta y un hilo de saliva decorando la almohada, se veía tan gracioso en aquel pijama de Spiderman. Lentamente puso un pie en la alfombrilla y caminó hacia el baño, los rastros de aquella pesadilla aun abundaban su mente, pero se alegró porque no era más que eso, una pesadilla, algo irreal. Dejó su ropa en el cesto y se metió a la tina, solo quería relajar sus músculos, estaba tenso desde hace días -y gruñía internamente porque definitivamente la llegada de cierto idiota no tenía que ver con su estrés, oh por supuesto que no, en lo absoluto-.
Permitió que el agua fría compartiera varios escalofríos y se sumergió unos segundos, después dejo caer una moderada cantidad de jabón líquido y solo se dedicó a mirar los azulejos. Hoy parecía ser uno de esos días en donde su mente se encontraba vagando por cualquier menos la realidad. El sonido de la puerta abrirse lo hizo girar su cabeza, Jungkook entró en silencio, debajo de su brazo sujetaba un conejo de felpa rosado y con su otra mano restregaba sus ojos.
—Oh bebé, ¿Qué haces despierto tan temprano?
El pequeño pelinegro levantó su mirada, observándolo en silencio, sin decir ninguna palabra, su pequeño no era muy hablador, pocas veces siquiera podía escucharlo decir un susurrante "si" o "por favor" pero nada más.
—Calor.
—¿Tienes calor? —Preguntó Jimin. Cuando Jungkook se acercó, suavemente tocó el vientre de su hijo, al sentir la piel caliente rápidamente tocó su frente y suspiró, parecía que el pequeño tenia fiebre.
—Ven aquí pequeño, ¿puedes sacarte el pijama tú solo verdad?
Jungkook asintió.
—Ven con papá —murmuró Jimin estirando sus brazos esperando a su pequeño, en cambio Jungkook solo lo miro unos segundos antes de meterse a la bañera por sí mismo, el pelinegro sonrió tímidamente bajando sus brazos. A veces olvidaba que su pequeño ya no estaba tan pequeño y que había ciertas cosas que Jungkook podía hacer solo, el menor estiró uno de sus brazos y tomo en sus manos el envase con forma de oso, abrió con paciencia la tapa y apretó la botella dejando salir una cremosa sustancia aromática sobre su palma.
Jimin resopló, su hijo había crecido tanto, seis años todavía lo hacían un bebe, un niño. Pero Jungkook era distinto, los profesores del menor siempre estuvieron felicitándolo y sonriendo por el buen desempeño del infante en especial en las matemáticas, y actividades deportivas, el niño era bueno en todo, jamás tuvo que regañarlo, siempre fue callado y obediente, Jungkook jamás conoció la palabra castigo, el pequeño jamás lo había escuchado levantar la voz o algo por el estilo. Entonces ahí Jimin supo que debía de haber algo mal, ¿un pequeño niño de seis años en pleno desarrollo infantil sin hacer ruido? Señal, mala señal.
Recordando las palabras de Seokjin del día anterior, comenzó a reflexionar sobre estas mismas, Seokjin se había encontrado sirviendo la cena cuando simplemente murmuró: "Sabes Jimin... hoy sucedió algo muy curioso, me pareció escuchar a Jungkook gruñir".
Jimin negó con la cabeza, todas las personas gruñían, él lo hacía algunas veces; cuando se levantaba tarde para ir al trabajo o llegaba a casa dándose cuenta que había dejado las llaves en la oficina.
Observó a su hijo enjabonar su cabeza y rápidamente se precipito a estirar sus brazos.
—Déjame ayudarte cariño —susurró—, cierra tus ojitos, mi amor, no queremos que entre jabón.
"¿Hay algo que lo molestó? Jungkookie no es muy abierto en ese aspecto, algo debió suceder" había respondido a su hermano, Seokjin se había encogido de hombros añadiendo: —"Woonshik, mi vecino ¿lo recuerdas?, ¿un alfa sumamente alto y rubio? él solo pregunto a Jungkook por ti, y creo que a mi sobrino no le gustó".
Jimin salió de sus recuerdos cuando sintió un suave toque en uno de sus hombros, se dio cuenta de los oscuros ojos de Jungkook en su cuello, una de sus pequeñas manos estaba en su hombro, acariciando el parche rosado entintado de su piel como si fuese algo sumamente delicado, él había explicado a un Jungkook más pequeño lo que significaba esa cicatriz, desde entonces parecía que su hijo tenía un sentimiento de incertidumbre y confusión cada vez que la mordedura que casi se desvanecía al pasar de los años, se encontraba a su alcance visual. Tal vez sin entender porqué algo que parcialmente era tan valioso podía verse tan descuidado y generar dolor en su padre omega.
Una marca de apareamiento que sólo simbolizaba el recuerdo de un lazo roto y un alma desdichada.
La mano de Jungkook fue detrás de su cuello y acaricio fugazmente, poniéndolo sin querer nervioso. Un rasgo bastante... uhm... sin palabras.
—Kookie, ¿estás bien?
Pero su hijo solamente lo miró, con aquellos orbes que no podían distinguirse del iris, un café tan apasionado y negruzco totalmente heredados de aquella persona. Jimin maldijo muchas veces sus pobres genes, tan débiles, Jungkook había tenido una pequeña posibilidad de haber heredado sus ojos claros, almendrados y brillantes. Sin embargo, los genes dominantes de cierto alfa aplastaron por completo los suyos y Jungkook creció siendo la viva imagen de Yoongi. Con aquellos ojos que intimidaban, el mismo rostro inexpresivo y la habilidad de poder dominar sin palabras.
No, Jungkook no podía ser un alfa, no podía. Jimin se repetía varias veces que era el pensamiento más egoísta que podía tener, pero el miedo y la ansiedad nerviosa que había acumulado viciosamente todos esos años lo hacían tener tal desdichados pensamientos. No había duda que él amaba a su hijo, haría cualquier cosa por él, su vida giraba en torno a Jungkook, después de todo a pesar de los amigos y del apoyo de su hermano, a final del día siempre terminaban siendo Jimin y Kookie, Jungkook y Jimin, ambos, eran un dúo, siempre había sido así.
No importaba que tan caído y desconectado de la vida pudo haberse sentido Jimin en el pasado, no importaba la sobrecarga de pensamientos negativos ni las crisis que atacaron su pensar cuando todo lo que tenía en sus brazos era a su bebé. No estaba tampoco tratando de endulzar el lado amargo de la paternidad, pero en las consecuencias de sus decisiones como adulto, Jungkook no pintaba ni al derecho ni al izquierdo.
Después de su cumpleaños número siete, a Jimin le tocaba esperar la presentación de su hijo, incluso se había dicho a si mismo que si su hijo se presentaba como un alfa, estaba bien. Jungkook jamás le haría daño, nunca, incluso cuando este tuviera la edad y madurez suficiente como para querer levantar la mano en su dirección, cada vez que miraba los pequeños ojos redondos del menor, lo sabía, Jungkook jamás sería igual que él, sin embargo, el miedo seguía ahí dentro, albergándose dentro de su ser, matándolo lentamente, no podía evitarlo y comenzaba a odiarse por eso mismo. Porqué la frustración de pensar que sentía el más mínimo indicio de inseguridad ante su hijo en el futuro lo mataba con una tortuosidad que no le deseaba ni siquiera a sus peores enemigos.
Pero sólo tal vez Jimin deseaba tan celosamente que Jungkook fuera un omega o un beta, pero, aun así, él no podía controlar el destino, y tampoco se sentía con el derecho de juzgar el futuro de su hijo, nadie tenia el derecho, ni él mismo habiendo procreado su vida.
Cerró sus ojos unos segundos, tenía que dejar de pensar tanto, pero no podía evitar sentirse así cuando soñaba con esa persona, incluso prefería soñar con la loca de Soyou, o incluso con el mismísimo Min Yoongi, pero soñar con él... con ese hombre...
Recordaba las palabras de Seolhyun, la psicóloga infantil de Jungkook - (Jungkook tenía una psicóloga, todo había comenzado porque Seokjin creía que no era normal que un niño de cuatro años -en aquel entonces- reclinara el contacto físico y se negara a jugar con otros niños e incluso hacer cosas de su edad, aún si Jimin se negó diciendo que su hijo solamente gustaba de ver el noticiero por las mañanas y tomar té, Seokjin había estallado en ira diciendo lo mal que podía ser el té y noticias confusas que solo servirían para meter ideas locas a su pequeña cabecita) -; explicando que el crecimiento y desarrollo de un niño se basaba primordialmente en el entorno en casa. Así que siempre se aseguró que los mimos y cariños jamás faltaran a su pequeño, inclusive Seokjin parecía malcriarlo unas cuantas veces comprando extraños regalos, como esos artefactos de química para niños con los cuales Jimin se rehusó a que jugara -no obstante, Jin había reprochado que solo era azúcar, sal y algunos colorantes inofensivos-.
El pelinegro se deslizo en su bata de baño, y sacó una toalla con estampados de la cajonera, Jungkook se puso de pie y dejo que su padre lo arropara en la calidez de aquel paño.
—Ya no tienes fiebre, pero no te mandare a la escuela ¿bueno? puede que vuelvas a tenerla en unas horas más, prefiero que descanses —. Explicó secándole el cabello con suavidad. Jungkook no hizo ningún sonido y Jimin se preguntó más cosas en secreto que tal vez saldrían a la luz con una buena charla con Seokjin.
El tono de llamada de su celular lo aturdió y sorprendió por unos instantes, salió del cuarto de baño y caminó hasta la mesa al lado de su cama para tomar su teléfono.
—¿Hola?
—¡Hey! te necesitan en Namiseon, te será fácil, la avenida queda a solo cuatro cuadras de tu edificio.
La voz de Soyou habló con tanta rapidez que le tomó unos segundos captar las palabras de su amiga.
—Ni siquiera son las siete aún, Jungkook está conmigo y-
—Jimin, encontraron un cuerpo, el jefe quiere un informe nuevo.
—Rayos, entendido, estoy allá en diez minutos.
—Está bien.
Jimin colgó y se giró para mirar a su hijo, quien sorpresivamente ataba las agujetas de sus zapatos, el menor ya se encontraba vestido. A veces realmente se preguntaba si no había dado luz a un futuro prodigio o algo por el estilo.
(...)
—Ojitos bonitos, me halaga tenerte en mi puerta a las siete de la mañana, pero... ¿qué haces exactamente en mi puerta a las siete de la mañana? —Pregunto el alfa con voz adormilada.
Jimin rodó los ojos y abotonó su camisa, apenas había tenido tiempo de secarse el cabello y ahora lo llevaba húmedo y... ¿¡Por qué esa camisa era tan difícil de abotonar?! Oh... se había perdido un botón.
Namjoon arqueó una ceja y sus ojos vagaron por el cuerpo del omega, cerró estos mismos para encontrar que el dulce aroma a lavanda y bombas de jabón sabor cereza estaba ahí—Oh me gusta cuando escoges cereza en vez de chocolate, no es que no me guste cuando hueles a chocolate pero la cereza es mi favorita y-...
—Namjoon hyung, por favor —musitó Jimin con rapidez—, necesito que cuides a Jungkook por hoy, está enfermo por lo que no ira a la escuela, mi trabajo me ocupa y... toma, este es un jarabe por si tiene fiebre y molestias estomacales, y esto es para-
El hombre de cabellos verdosos tomó todas aquellas cosas en sus brazos y arqueó una ceja—Espera, ni siquiera sabes si tengo planes para hoy.
Jimin paró al instante—¿Tienes planes para hoy?
—No, pero-
—Excelente, este es un cambio de ropa, si tiene fiebre de nuevo solo debes darle un baño con agua fría o tibia y, esta es una de sus películas favoritas.
Namjoon miró la portada del DVD y el rostro de un horrible payaso se encontraba pintado en este, ¿qué clase de niño veía...?
—Eso es todo, bebé, papá tiene que irse, pero tío Joonie va a cuidarte ¿sí? —susurró Jimin inclinándose a la altura de su pequeño.
—Oh joder, pero que caliente ha sonado tío Jo-
—¡Namjoon por favor cuídalo bien! ¡nos vemos más tarde!
Jimin rápidamente se despidió y salió tan rápido como pudo, corriendo por el extenso pasillo perdiéndose al dar vuelta a la derecha.
Namjoon se quedó observando al pequeño en el umbral, quien solamente le miró en silencio sin decir ninguna palabra.
—Y bueno... ¿te gustan las caricaturas?
(...)
—Soo Jisun, veinticuatro años de edad, omega, vivía en Gyeongju, al parecer el asesino la degolló e hizo varios cortes alrededor de su cuerpo.
Jimin miró al oficial, quien hablaba con él y Yoongi. Kyung se hincó al cuerpo y levantó cuidadosamente la manta blanca.
—Jimin, tal vez quieras ver esto —Lo llamó el médico forense, su expresión neutra como siempre.
Caminando hacia el castaño, echó un leve vistazo al cadáver, había un rostro cubierto por enmarañados cabellos rubios, sus palmas cruzadas sobre su pecho en una postura defensiva se encontraban con cortes, líneas que formaban caracteres familiares, rápidamente apuntó en su cuadernillo.
—Hueles a Cereza.
De inmediato Jimin se levantó sobresaltado, Yoongi estaba demasiado cerca para su gusto, el alfa lo miró con una extensa sonrisa, cerró sus ojos y olfateó el aire para después mirarlo con algo que pudo pasar por timidez, pero no, no para Min Yoongi: —Sigues usando las mismas bombas de jabón después de todo.
Jimin se giró a ver alrededor, Kyung se encontraba hablando con un pequeño grupo de ayudantes, no había nadie lo suficientemente cerca como para escucharlos.
El omega apretó los dientes y siseó—Mantén una distancia moderada de mí.
—¿Por qué sigues usando aromatizantes artificiales para esconder tu propio aroma? —preguntó el hombre de cabello gris, cerró los ojos una vez más y sonrió ladeando su cabeza, pudo haber sigo un gesto tierno si no fuera Yoongi—Ahhh recuerdo lo agradable que olías, tan bien, tan delicioso, tu aroma siempre fue llamativo Park Jimin, era tan obvio y tan fuerte pero siempre solías esconderlo con jabones y cremas... ¿recuerdas ese accidente en el cine?
—Estamos en horas de trabajo —contestó con brusquedad, ¿cómo no recordarlo? Yoongi y él habían tenido una cita en el cine y estando en la sala, un alfa cerca de ellos se había puesto muy ansioso, era joven y acababa de presentarse así que el fuerte aroma del omega lo había puesto nervioso a tal punto de ponerse un poco agresivo y tratar de llevárselo, recordaba a Yoongi todo territorial alrededor suyo después de eso. Así que vivió atenuando su aroma detrás de bombas de jabón y algunos perfumes neutralizadores.
—Somos solamente dos amigos recordando viejas memorias —y aunque el comentario sonó estúpido, Jimin no pasó desapercibido el tono de voz de Yoongi y su expresión, como si tuviera la guerra misma en su cabeza, conflictivo y sin saber como acercarse sin parecer un idiota.
El omega rápidamente cerro la distancia entre ellos, pechos chocando violentamente, Jimin le miro con seriedad en su rostro—Tú y yo no somos amigos, no somos nada, ni siquiera buenos compañeros, y con certeza recuerdo tu nombre completo.
Oh, sabía que mentía, lo hacía, ¿cómo olvidar ese nombre que tantas noches proclamó? ese nombre por el cual paso noches en vela llorando, gritando a la soledad que volviera, que regresara, pidiendo respuestas y porqués. Pero necesitaba verse fuerte, completo, creerlo hasta que fuera real.
Yoongi sonrió con levedad, una de sus manos se escabulló para sujetar la cintura del más bajo, el pelinegro dio un paso atrás pero el alfa le sujeto con fuerza evitando más espacio entre ambos.
—Va a cambiar —susurró en su oído—, lo prometo, todo esto va a cambiar...
—¡Basta! —gritó separándose bruscamente.
—¿Esta todo bien?
Fue entonces cuando Jimin regresó a la realidad, Kyung tenía una mano en su hombro y miraba con los ojos entrecerrados a Yoongi, este levantó las manos en signo de rendición y se alejó, ambas manos detrás de su espalda en un gesto alfa respetuoso, el mismo que Jimin había visto en Hoseok, para a diferencia del sol andante, no había confianza en el de Yoongi.
—Al parecer mi compañero está un poco nervioso, tomaré la responsabilidad de eso, o por lo mismo, puede ser el caso de hoy, fue una total desgracia, ¿no Jimin? —pregunto el alfa mirando por unos segundos el cadáver cerca siendo llevado ahora por otras personas.
—¿Te sientes bien Park? —inquirió Kyung una vez que el alfa se fue dejándolos solos.
—Y-yo sí, estoy bien —musito rápidamente—, tome algunas anotaciones y-
—Park
—Encontré algunos cortes en las victimas anteriores y creo que-
—Park
—Ha-hay una conexión t-tal vez...
Jimin comenzó a balbucear cuando Kyung lo tomó del brazo y lo jalo suavemente, sus ojos comenzaban a picar, no, no podía. Dieron vuelta en un callejón, siendo escondidos por una enorme camioneta de la compañía estacionada.
Y en los brazos del beta, se destrozó en silencio, porque no había nada más que hacer, la vida era muy mierda y llorar lo más hermoso hasta el momento.
Ayer no pude actualizar porqué se me fue la noche haciendo otras cosas, así que les traigo un capitulo hoy, en mi perfil mencione que tenía una maratón y si, aún la estoy preparando sin embargo así que hoy tendremos una sola actualización >.< en la semana quisiera preparar una tanda más grande para publicar constantemente, ¡y bueno espero les haya gustado el capitulo de hoy! muchas gracias por leer <3
Cuidense muchisimo <3
-Susy.
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