❝ Una madre falsa ❞
Hoy fue la mañana mas tranquila que pude tener, la cama sin duda es lo mejor, el gran espacio que tiene la habitación es sorprendente y la hermosa ventana con vista tambien es asombrosa. Después de bañarme y arreglarme un poco salí de la habitación, el olor a café paso por mi nariz.
Caminé por el pasillo hasta llegar a la sala y cocina de este lujoso cuarto de hotel, son como departamentos bien arreglados. Vi a Scourge con una taza en su mano y con la otra en el móvil. Shadow se servía mas café hasta levantar la vista y encontrarme.
— Mira quien se digno a venir, pensé que tendría que ir por ti - Scourge se giro tambien, palmeando el banco que tenía a un lado par poder sentarme en la barra.
— ¿Qué hora es?, pensé que era temprano - Les dije, realmente ni siquiera he mirado la hora en mi móvil, deduzco las diez de la mañana, puede ser.
— Se supone que saldríamos de aquí a las ocho, son casi las doce y no te preocupes, el drogadicto de Clint tampoco ha querido levantarse - Dijo Shadow y mi compañero verdoso sonrió, reía internamente mientras la sonrisa maliciosa no abandonaba su rostro. ¿Drogadicto?, mire interrogante a Shadow que solo suspiro.
— Le dio brownies de marihuana en la noche - Admitió, parece que la situación no le agradaba del todo, pero le divertía.
¿Marihuana?, mire a Scourge nuevamente, espero que el muy imbécil no se le ocurra drogarse un día de estos aquí en el hotel o va a llamar aun más la atención de lo que ya hace.
El abrupto sonido de una puerta abrirse de mala gana los alertó a nos tres, observamos como Clint se acercaba con la camisa hasta la mitad del abdomen, una mirada asesina y con ojeras adornando su rostro pálido y nauseabundo. No, Clint no estaba muy bien.
— Maldita rata, ¡Juro que la pagaras caro! - Gritó, Clint se ve realmente atractivo sin los lentes pero su estado es asqueroso, como si hubiera vivido bajo un puente, casi así. Su aliento apestaba al igual que su ropa cuando se acerco gritarle a Scourge casi en la cara.
Lo culpó por engañarlo con los benditos brownies y amenazo con hacerle algo. Shadow tuvo que intervenir para que esto no se saliera de las manos y todos regresamos a las habitaciones para prepararnos. Saldríamos por mas ropa.
— No me gusta, usa otro - Clint se notaba feliz, era el encargado de comprar la ropa que usaría Scourge en los siguientes días y estaba mas que fascinado por hacer entrar y salir al erizo las veces que quisiera. Y él era consiente de aquello, y sin rechistar por que Shadow le prometió una paliza si no hacia caso.
Clint era el experto, no le importaba cuantas cosas tendría que hacer para que el par de apostadores lucieran de forma decente y presentable.
— Este es el único pantalón que no me aprieta las bolas - Dijo serio, el comentario del verdoso le provoco asco al hombre de lentes
— Como si estuvieran tan grandes - Amy paso por su costado, con un par de vestidos en mano. Ella tenía derecho a elegir por lo menos el color, Shadow soltó una carcajada al escucharla y ambos pasaron de largo.
Mientras tanto, Clint se encargaba de hacerle la tarde imposible al erizo.
Shadow y Amy caminaban por distintas partes de la tienda, viendo uno que otro conjunto y él haciéndole comentarios subidos de tono que no le desagradaron, ni incomodaron, se sentía halagada. Ya se había acostumbrado a ciertos comentarios por culpa de su amigo verde.
Pero que salieran de la boca del azabache eran cosas diferentes, podía sentir su corazón agitarse un poco y después tranquilizarse al recordar lo que Shadow quería. Acostarse con ella era la razón mas simple que podía pensar, ¿si solo era sexo por que no aceptaba y ya?. Por que no era una fácil.
Miro un collar demasiado extravagante para su gusto, sintió la presencia del macho detrás y apenas giro su rostro, el se acerco atento de sus movimientos.
— ¿No tienes familia en New York? - ¿Qué trataba de hacer el azabache?, ¿Estudiarla?, por que eso parecía.
Lo pensó, decir la verdad o mentir como era su costumbre para proteger a la señora que cuido de ella y a su hija. Pero tenía algo de miedo si Shadow quería hacer algo en su contra.
— ... - Estaba tan callada e inmersa en las posibilidades que podría pasar al querer ocultar al verdad.
— No me digas si no quieres, tu vida tus problemas - Enarcó una ceja, el erizo estaba neutral, realmente no le interesaba demasiado el como se sentía. Pero si había problemas y tendrían que actuar, por lo menos que su dinero fuera a parar en aquel departamento horrendo.
— Mantengo a una señora y una niña en su departamento, soy lo único que tienen para que puedan mantenerse económicamente - Admitió, el azabache no se veía asombrado, podía deducir que no quería el dinero solo por gusto.
— ¿Acaso eres como el hombre de la casa? - Pregunto y ella ascendió — No me sorprende con ese carácter mierdero que te traes, pero me gusta - Confesó y ella sintió el calor incrementarse en las mejillas. No podía con aquello tono de voz tan seductor que la hacían dudar — Debo suponer, la mujer del departamento es ¿tu madre acaso?.
El calor que había sentido se esfumó, hablar de ella era complicado. Pero tampoco imposible de hablar, solo dependía de a quién le ibas a contar la verdad detrás de tu pasado. Prefirió no hacerlo.
— ¿Qué te parece? - Sujeto un vestido con escote sensual y provocativo, no, Shadow no estaba para eso, pero decidió seguirle el juego por que a nadie le agrada hablar del pasado. Mucho menos él.
— ¡Por fin algo de mi estilo! - Scourge se notaba entusiasmado, acomodando la corbata verde de su traje, había llegado a un acuerdo con el hombre de lentes. Por que aparentemente, a Clint no le desagradaron tanto los Brownies. Y quiso volver a intentarlo.
— Calla idiota, intento concentrarme - Le reprendió el azabache, tecleando en la laptop que tenía. Quería saber quien era la madre de aquella belleza rosada, estaba seguro de que algo andaba mal.
Curiosidad y misterio que se traía entre manos. ¿Él?, solo era el hijo de un hombre bueno con dinero, hijo adoptivo hay que recalcar.
Desde bebé fue adoptado por el señor Smith junto con su hermano de dos años mayor. No había mucho que decir, dinero, apuestas, mujeres, todo el mundo conocía al tal Shadow.
Excepto sus planes.
— ¿Cómo voy a callarme al ver tanta sensualidad al espejo? - Le contesto y se acercó, notando el nombre de su amante rosada en Google e información personal de registros — ¿Qué crees que haces? - Pregunto molesto, apartando al azabache de la computadora y cerrándola con fuerza — Deja de investigarla o comenzaré a creer que eres un completo acosador, te lo advertí, ¡déjala en paz!
— ¿O qué?, no puedes detenerme, necesito encontrar a la madre de Rose - Scourge no despegaba vista, ¿por qué tanto interés en conocer el pasado de ella?. No tiene derecho ni siquiera a querer llegar con otras intenciones que no fueran parte del trabajo.
— Deja de creer que eres importante para ella - El tono de voz de Scourge sonaba en advertencia, este jueguito lo estaba cansando y no quería mancharse el traje que le encantaba.
— No lo entiendes, estoy seguro de que vi a su madre en la empresa, no en la mía, en una de negocios lejos de New York - Explicó para volver a la laptop.
— ¿Qué ganas con encontrarla?, a Amy le importa poco lo que ocurra con su madre.
— Pensé que le gustaría volver a verla, ¿no vive con desconocidas en su departamento?
— Esas desconocidas son ahora su familia, mas te vale no arruinar las cosas erizo - Amenazó — No creas que esto te acercará a ella, a su madre tampoco le interesa si su hija se encuentra bien o no.
— ¿Escapo de casa? - Seguía siendo persistente.
— Ya es suficiente, si quieres saber algo de ella mejor olvídalo, no estaremos aquí mucho tiempo. Y tampoco se te ocurra buscar a esa mujer - Se alejó, dejando con la duda al azabache. ¿Por qué Rose no quería ver a su madre?, quien sabe pero, no terminaría bien esta parte del plan.
El azabache quería que la eriza tuviera por lo menos, alguna idea de ver de nuevo a su madre.
Por que, mañana iban a reunirse con ella, no por nada su madre la había abandonado. ¿Cómo decirle a Amy que él conocía en carne y hueso a la mujer que la abandonó?
Mas difícil cuando la mujer salía con un ejecutivo famoso y mafioso con el cual estaba conectado.
La madre de Amy era un problema, pero ella no tenia por qué enterarse que la conocía, no hasta que estuviera dispuesta a contarle sobre ella.
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