❝ Seducirte ❞
— ¿Esta lista? - Preguntó el vetado, no queriendo apartar sus ojos del vestido rojo que la eriza traía puesto
Sin duda, parecía diferente, el peinado, el maquillaje la hacían resaltar, parecía ser de la clase alta en lugar de vivir en un barrio pobre.
La eriza tenía lo suyo, y eso le gustaba. Por que a pesar de que tan reluciente se veía, o cuanto dinero quería obtener en el casino, tenía un carácter fuerte que le atraía, pero a la vez le molestaba que le llevara la contraria a cada cosa que decía. Siempre había un pero o alguna cuestión
— Está lista, señor - Dijo la mujer de cabello azul y rizado. Apartaba la mirada, un tanto asustada por la presencia del hombre.
— ¿No creen que es demasiado? - Comentó la eriza al verse al espejo, el maquillaje resaltaba sus ojos jade y le daban un toque elegante, sus púas planchadas y el vestido rojo. Era demasiado para ella.
Comenzaba a sentirse incómoda pero era algo que debía hacer si quería entrar al casino, ganar dinero aunque no jugaría esta vez, ¿verdad?, la eriza tenía sus propios planes.
— ¿Dices que Scarlett hizo mal su trabajo? - El azabache preguntó curioso, dando entender que la eriza estaba diciendo que era demasiado lo que Scarlett había hecho en ella
— ¿Qué? ¡no!, no tengo nada en contra de su trabajo y lo que hizo en mí es hermoso pero, es solo... que esto no es para mí. Es muy lujoso - Explicó casi al instante, notó como Scarlett estaba un poco más relajada, trabajar con un hombre con Shadow era difícil y provocaba pavor.
— Se-señor, si no hay ningún inconveniente, ¿puedo retirarme? - Dijo Scarlett casi suplicando, quería salir y respirar por que sentía que el aire se le iba. El azabache rodó los ojos fastidiado por la actitud de la mujer y solo movió su mano.
Era una señal de que podía irse, ella ascendió y salió casi corriendo del cuarto.
Amy solo miro un tanto asombrada la actitud de la gente al ver al azabache, ni siquiera daba tanto miedo
Si, tal vez a primeras resulta ser intimidante, y lo sigue siendo pero, la eriza comenzaba a acostumbrarse.
— ¿Qué crees que haces? - Me pregunto al querer tomar una botella de vino, ¿qué tiene de malo?
— No lo sé, tal vez abrirlo y tirarlo al suelo por ejemplo - Le dije con ironía
— Que graciosa, pero ni siquiera lo intentes, necesito que tú y tu amigo esten en las mejores condiciones para ganar, no mentales por que ustedes deben estar más locos de lo que se ven - Fruncí el ceño, ¿quién se cree?
— Disculpa, pero unas cuantas copas no me hacen daño, estoy segura que puedo soportar el alcohol más que tú - Dije orgullosa buscando las copas
— Te equivocas preciosa, y si quieres que todo marche bien, deja ese vino en su lugar - Advirtió esta vez, mirándome como si él tuviera el control de mis decisiones, no, no y no.
— ¿O sí no qué? - Le dije juguetona, tratando de hacerle llegar que su advertencia me la pasaba por donde quería.
— No soy de golpear mujeres, no es mi gusto - Se acercó a paso lento, sin perder la visita de mis ojos y sin romper la conexión... esta acercándose y eso no me gusta — Pero siempre existen otras formas - Formó una media sonrisa.
"Formas", de las que prefiero no ser parte, ¿o sí? es decir, es atractivo pero, no me imagino con él.
Me alejé un poco, manteniendo la distancia separada que parece que sus ojos se abrieron un poco más, ocultando el asombro y las ganas de querer continuar.
— Esas formas por más que suenen tentadoras, también suenan a que tal vez no termine bien - Suelto relajada.
— Tal vez... deberías intentar probar mi límite, podría resultar mejor de lo que imaginas - ¿Indirecta?, ¡ajá!. Sonrió divertida regresandole una mirada tranquila.
— No lo creo, me gusta sacarte de tus casillas pero, tú límite suena peligroso, nunca se sabe que es lo que puedo encontrar.
— ¿Y no te gusta el peligro?, juegas casi todas las noches en bares de los cuales puedes morir, y aún así lo haces, ¿te arriesgas cada noche y dices que no quieres adentrarte al peligro? - Dijo inconforme, lo miré sin palabras, por más que tenga razón no pienso ceder.
— Sigue creyendo que me conoces erizo, cuando digo que no, es no - Replicó un tanto molesta de este mismo tema, no olvido mis propósitos y echarlos a perder por una noche no son opción.
Podré tener un carácter fuerte, pero a veces las emociones me vencen y no quiero que interfieran esta vez.
Creo saber cómo terminaré si me enredo con Shadow. Shadow es un hombre peligroso y un arma, puede ofrecer, puede seducirte y cuando menos lo esperes puede dejarte con una bala en el cráneo.
No sé que planes tenga, ni porqué tendrán que ver conmigo. Pero no debo confiarme en sus palabras.
Escuché sus suspiro, pero no en rendición, sus ojos siguen sujetos a los míos tratando de hacerme entender que mi "No" le importaba muy poco.
— Puedes cambiar de opinión - Aseguró confiado, sus expresiones y su sonrisa ladeada me hacen olvidar cualquier otra sonrisa.
Esto es malo, por que no quiero tener nada con él, aunque suene tentador...
— No lo pienses por mucho tiempo Rose, nunca sabes cuando las cosas están por cambiar y... te conviene permanecer a mi lado - Se alejó, no sin antes llevarse la botella de vino que traía entre manos. Gritando un poco a lo lejos «¡nos vamos en cinco!».
No me gusta, no debo caer en sus trampas.
Tiene razón, no sé cuando las cosas están por cambiar, ni en qué cambiarán, pero yo también tengo cartas sobre la mesa.
Y si quiere jugar, adelante. Veamos que tan bueno es.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top