❝Lo siento, siguiente❞

— Un gusto verte de nuevo – Aprieta su mano con fuerza y lo jala para darle una palmada en la espalda, Rouge y Sonic se quedan parados en la puerta atentos escuchando la conversación.

Evan se aleja de Mephiles sin extrañarse, es lo usual con gente de confianza.

— Es un placer estar aquí – Cómodo, revisa con la mirada la oficina del erizo, no es muy común estar tan desprotegido siendo un hombre con tal poder. Aunque claramente todo el edificio tiene una red de seguridad muy protegida — ¿Es algo grande?

— Algo así... solo problemas - Admite Mephiles descontento, lo invita a sentarse y Evan toma asiento frente a él tocando la piel del sillón.

Le hace señas a Rouge para que se acerque con algo de beber, mientras ella busca un poco de whisk, Mephiles se apresura a preguntar — Has cambiado bastante, ¿Qué tal el hogar?

— No estoy casado por si quieres saber – Toma uno de los vasos Riedel que Rouge le ofrece, ideal para preparar whisky con soda, Mephiles imita su acción sin dejar de mirarle concentrado en su radical cambio, antes un emo que mataba por justicia, ahora un hombre que mata sin problemas – me aburre tener que llegar todos los días a casa.

— Lo entiendo perfectamente – Toma del vaso con calma — Pero no hablemos de esposas, no estamos listos para dejar de ser libres – Bromea — ¿Sigues con eso de no matar a mujeres?

Evan le presta atención después de admirar un puerquito de oro que tiene sobre su escritorio, levanta ambas cejas después de terminar de un trago el whisky.

— Mujeres y niños, pero ahora el trabajo es más fácil así que... puedo hacerlo.

— ¿Cuánto necesitas? – Se recarga en su escritorio, encontró a alguien perfecto.

— Depende de quién se trate, pero sin dinero no hay movimiento – Sonríe con calma.

Mephiles Sonríe con malicia mientras le tira un sobre amarillo con fotos dentro
— Encárgate de ella, es un blanco muy fácil.

Evan observa las fotografías, hace días que no mataba a una mujer.

Rouge desde lejos puede observar la foto, Amy Rose es la siguiente en la lista.

— ¿Es tu amante? – Levanta la vista.

— No, ella viene de New York, parte de los barrios bajos y... yo necesito algo más a mi altura – Ríe — Te daré el dinero después, quiero ver avance.

— Sin dinero no hay movimiento – Repite desconfiado, si es un blanco fácil no habrá problema con el dinero.

— Esperen, ¡no puedes... – Rouge intenta acercarse pero su compañero la detiene obstruyendo su paso.

— Señor, creo que los vieron – Sonic interrumpe llamando la atención de ambos — Los encontramos.

— ¡Otra ronda! – Grita Mighty con el tarro de cerveza en la mano, Scourge se siente un poco avergonzado por la falta de fuerza que tiene el armadillo para el alcohol, solo lleva cinco cervezas y la fiesta apenas comienza.

— Más calmado, aún nos queda esto – Le muestra abriendo un poco su chaqueta, la pequeña bolsa llena con marihuana, el armadillo sigue riendo sin sentido alguno.

Iré por otras cervezas, no te vayas~ – Bromea contento, extrañamente siente una intensa felicidad en su interior, no se lo ha dicho a Scourge, pero le robó un brownie de la caja de postres que estaban dentro de su auto.

Observa a mujeres y hombres riendo por todas partes que sin poder evitarlo, la risa es contagiosa.

Empuja a unas cuantas personas al pasar y se disculpa bobamente, no quería pero parece que todos se atraviesan en su camino; llega a la barra para sostenerse, y aunque aparece un hombre que trabaja ahí, él no puede decir nada, sus ojos se hacen tan grandes como los de Shadow y se aleja asustado.

— ¡Jefe! – Grita al verlo, se voltea intentando alejarse de él pues sabe que podría hacerle daño, o eso es lo que cree; el mesero desde lejos hace una seña para indicarle a sus compañeros lo ebrio y loco que está el armadillo, se burlan del chico.

Las luces, las risas, no puede razonar lo que hace y mucho menos aclarar su mente para poder encontrar a Scourge.

Una puerta con un logo de retrete aparece a su lado, piensa que se trata de la salida y entra sin preocupaciones. Entre sus bolsillos saca su celular para llamarle a Scourge, cree que está perdido.

— Clint, ¿dónde están los dos idiotas? - Shadow luce irritado, son más de las doce y el par no ha regresado de las compras.

— No lo sé señor – Clint no muestra ninguna expresión, ¿Por qué habría de interesarle?, después de todo, Scourge y Mighty son dos adultos que pueden cuidarse solos — No creo que deba preocuparse.

— Tiene razón – Interrumpe Amy —  conociendo a Scourge de seguro fueron a salir un rato, ese tonto, debe estar en un club nocturno o tal vez un bar.

— Del uno al diez, ¿Cúal es la probabilidad de encontrarlo? – Pregunta Clint y ella ríe levantando ambos hombros.

— Cero – Su celular vibra, el tono del celular es pegajoso y Shadow la observa intrigado, podrían ser ellos; saca el celular y el azabache lo arrebata de sus manos — ¡Oye!

Contesta la llamada y la pone en altavoz, se quedan callados al no escuchar nada, segundos después una respiración agitada empieza a sonar por la línea.

— ¿Es una broma? – Dice molesto.

— Es un pervertido – Susurra asqueada, él le devuelve el celular y ella está lista para colgar.

— S-scourge – Parece un gemido de Mighty y los tres se quedan como piedra, ¿Qué hacen esos dos...?

Amy mira como Shadow intenta no vomitar, para él es asqueroso solo imaginarlos y ella se siente extrañada, que supiera a Scourge no le atraían los hombres, ¿estará muy cachondo o drogado?.

Sin saber que hacer, no quiere contestar el celular, ese par pudo haber apretado el celular entre las sábanas algo parecido, ambos teniendo acción sin saber que los escuchan y decir algo puede cortar su momento.

— ¡¿Le cuelgo?! – susurra a ambos, Shadow le dice que si, ¡obviamente!, Clint ignora los sonidos a través de la línea.

— Scourge... hace mucho frío aquí – Traga saliva — Huele a mierda... ¡Es mierda! – Tapa su boca para no soltar una carcajada, Shadow se gira impresionado,  pero toda la burla se detiene al escuchar sollozos — Perdón por tomar tu pastelito... tenía hambre, jaja.

Ella escucha atenta al saber que todo es un malentendido.

— Migthy, soy Amy – Dice a través del celular, quita el altavoz y lo escucha atenta, el armadillo sigue diciendo cosas sin sentido.

Amy observa el celular, regresa su visita a Clint y segundos después se acerca con una computadora para rastrear la llamada.

— Le diré a Scourge que te busque, probablemente alguien puede ir por ustedes.

— Huele mal... – Susurra asustado, ella no despega el celular de su oreja, Clint tiene la ubicación y Shadow marca al número del erizo verde. Alguien tiene que ir por ellos.

— Clint, puedes con ambos ¿cierto? – El hombre con gafas asciende sin problemas.

— Puede ser peligroso, no conoce a Scourge – Amy despega el celular, a veces es impredecible en ese estado y no sabe que problemas tenga Scourge.

Tras pensarlo un momento la llamada con Mighty se corta, Scourge no contesta y probablemente no lo haga.

Es decir, sea dónde ambos se encuentren, no podrían escuchar su celular en un lugar lleno de gente y música combinados con alcohol.

— No tengo problemas con buscarlo y traerlos de vuelta, no prometo que uno que otro no tendrá una descarga eléctrica – Guarda una pequeña pistola en su saco — Por protección – Levanta ambas manos fingiendo ser inocente.

Pero es una ventaja en caso de que ambos se opongan a regresar.

— Esto no habría pasado si tú amigo pensara mejor las cosas – Suelta Shadow con fastidio, esta bien que se diviertan un rato por que a él no le interesa lo que hagan.

Pero poniendo en peligro su dinero, su plan, y todo lo que ha hecho para que un par de imbéciles se diviertan y los maten podría estar perdido.

Mephiles no se anda con juegos, se ha vuelto una competencia ruda y no sabe que cartas puede ocultar. Cualquier cosa puede pasar.

— Volveré enseguida – Escuchan los pasos de Clint alejarse hasta cerrar la puerta, nuevamente solos y con la computadora encendida mostrando ubicación.

Está bien, Clint puede hacerlo.

— ¿De verdad piensas matarla? – A pesar de los intentos fallidos de Rouge, sigue su camino sin dirigirle la mirada — Por Dios, esto se ha vuelto una locura...

— ¿Entraste en razón acaso? – Le contesta sin enojarse, sin importancia mientras abre la puerta de la camioneta que Mephiles le prestó — No me digas que soy malo, tu estás igual.

— No me interesa si es tú trabajo o no, Mephiles ha cometido cosas horribles y actúas como... ¡como si esto no te importara! ¡¿Matas a mujeres y niños?!

— ¿Y qué? – Grita irritado sorprendiendo a la mujer — Es lo que hago, ¿Acaso tienes asuntos con ella?, tienes las manos igual de manchadas que las mías. Tus ojos te delatan y tus acciones te definen mujer.

Rouge se queda callada apretando sus puños, sus uñas largas le lastiman y ligeramente comienza a doler, Evan sigue de pie frente a la puerta abierta de la camioneta.

El silencio de la murciélago lo dice todo, no ha matado a nadie pero tuvo la intención, e incluso si ella no lo hizo con sus propias manos, es seguro de que dió una que otra orden para matar a alguien.

— Deberías considerar tu lugar, cualquier duda, o miedo que tengas sabes que Mephiles va a mandar matarte tarde o temprano, podría ser yo, o uno de sus trabajadores... tal vez ¿Sonic?.

Abre ambos ojos espantada por sus palabras, traga con dolor mientras observa como el azabache sonríe con lástima y entra a la camioneta para marcharse y cumplir su trabajo.

Enciende el vehículo y antes de irse, baja la ventana para decirle algo más a la mujer.

— No es que quiera protegerte, no me malinterpretes, pero no soy un soplón.

Sube la ventanilla para alejarse manejado, Rouge se mantiene observando como la camioneta sale por el estacionamiento y su corazón brinca con miedo.

Aprieta su mandíbula preocupada, todo lo que hizo fue en vano, Evan no va a ayudarla y Sonic menos.

Es imperdonable el juego sucio de Mephiles, las cosas terribles que hace para hacer quedar mal a Shadow y engañar a todos a su alrededor.

Pero su permanencia con una vida plena y llena de lujos es la segunda opción y la mejor que tiene. Que alguien más se haga cargo de las preocupaciones.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top