❝ Hombre malo ❞

— Desconocemos el paradero de la pareja, escaparon del casino señor - Se sintió apenada. 

— Rouge, preciosa - Se levantó de su sillón negro, ajustando su saco mientras dejaba su bebida en una mesa oscura. Sus ojos atravesaban el cuerpo de la murciélago, ella podía sentirse intimidada por la mirada de su jefe y no le agradaba la forma en la que se estaba acercando — Dijiste, que esta vez no ibas a fallar - Acaricio su mejilla con delicadeza. 

— Lo sé, pero la chica me tomó desprevenida. ¡Pensé que realmente la tenía!.

— ¿Pensaste? - Repitió ronco — ¿Sabes en qué pienso ahora? - Alejó su mano de su mejilla, ella no estaba tranquila, la había cagado — Pienso que, estabas demasiado estresada por el tema de Shadow y tu jubilación, mudarte a New York, ¡todo eso te mantiene intranquila mi amor! - Acarició sus hombros con dulzura.

Ella ascendió, era una mentira pero si Mephiles lo creía podía seguirle el juego y librarse de esta. Al menos eso quería imaginar. Repentinamente, sintió un apretón fuerte en el brazo izquierdo. Observó al erizo, tenía un semblante malicioso y juguetón en su rostro que no le gustaba en lo absoluto. 

Tiró de ella tan fuerte que casi termina por los suelos, la soltó cuando estaba seguro de haberle dejado una marca en su brazo, lo cual era del todo cierto. El color morado en su brazo se notaba de manera exagerada y ella podía sentir el ardor que le producía. 

— Realmente pensé que eras útil en algo más que no fuera solo sexo - Dijo decepcionado, alejándose para apreciar la vista que su oficina le otorgaba, acercó su mano a la cintura de su pantalón sacando un revólver, no estaba contento con el trabajo de la mujer — Ven aquí - Le dijo con calma.

Ella no parecía convencida, acercarse y morir parecía su destino, podría intentar escapar pero sabía que los hombres detrás de las puertas la matarían también. No tenía escapatoria. 

— Sabes, no soy como mi hermano - Menciona y levanta el revólver apuntando a la albina en la frente, ella queda petrificada — Mi hermano jamás ha matado a nadie, al menos no por protección. No perdona pero tampoco te mata de esa manera, ¿le mostraste los montajes cierto, las imágenes de Shadow disparando a los inocentes? ¡Es tan sublime! - Baja el arma con una sonrisa. 

— ¿Montajes? - Pregunta.

— Por supuesto preciosa, somos hermanos, parecido idéntico, un poco de pintura y todo queda arreglado - Explica contento — Siempre creí que Shadow tenía de todo para convertirse en el magnate que siempre quiso ser, pero mira quien esta en su lugar ¡su gran hermano!, papá me respeta, soy un orgullo mientras que Shadow sigue atascado en el lodo de las mentiras. 

— Entonces es mentira, ¡¿Todo lo que me dijiste fue una mentira?!.

— ¿Nunca lo sospechaste? - Soltó una carcajada, Mephiles era... — Los montajes que tú, que los demás creyeron, es fascinante por que nadie le cree a un alcohólico, soy un excelente actor, un excelente y maravilloso estafador preciosa, no te hagas la santa ni te vayas para atrás. Ya lo sabes, eres un peligro para mí. 

— Jamás dije que me echaría para atrás, mentira o no, no me interesa la reputación de ninguno - Aclara molesta — Solo quiero mi dinero. 

— Me parece perfecto, pero yo no soy Shadow para confiar en tus palabras - Se acerca con el revólver, ella asustada aprieta los ojos con fuerza y lo que siente es el peso del arma en sus manos — Te presento a tu nuevo compañero, cuídalo como bien sabes hacerlo y... no me falles esta vez - Se aleja.

Se escucha un chasquido del otro lado de la oficina, un erizo cobalto muestra una sonrisa orgullosa y se acerca hasta quedar a su lado, ella chasquea la lengua, ¿Compañero nuevo?, hace tiempo que no tenía uno. 

— Sonic. Él te vigilará todo el tiempo hasta que encuentren a la parejita de mi hermano, saquen la información que necesito y luego hagan lo que se les plazca con ambos - Se sienta en su sillón.

— ¿Qué pasará con Shadow señor? - Pregunta el cobalto.

— Parece, que varios enemigos se están aliándose para tirarme de la sima, ¿pueden notar lo celosos que están?... Yo me encargo de mi hermano y su grupo de títeres. Ustedes vallan por los peones - Se limitan a contestar y ascienden.

Ambos se alejan y la murciélago mira intranquilo el arma que trae en mano. Pude sentir una corriente de energía negativa surgir en el azabache. Tal vez se metió en un juego que no debió y ahora se encontraba ahí.

Atascada como todos entre las mentiras del jefe, atascada en engaños de sombras y promesas vacías. El sentimiento de culpabilidad por traicionar a Shadow nunca había regresado. No hasta ahora.

— ¡Por favor, prometo no decirle a nadie lo que escuché! - El Taxista mantenía la mirada con el verdoso. Lo menos que quería eran problemas.

— ¡Scocurge, deja de molestarlo! - Le quita el arma a su compañero.

— ¿Tienes una mejor idea? sabe demasiado como para dejarlo ir - Ella lo sabía, pero el pobre hombre no tenía la culpa — He hecho esto tantas veces Rosita, no te preocupes.

— Por favor - Interrumpió el taxista — Prometo no contar nada, tengo dos hijos y...

— ¡Shh cállate! - Le dijo Scourge, Amy lo miraba retadora, no se atrevería a dispararle al hombre y el taxista lo miraba suplicante.

— Sabes como va a terminar esto, ni se te ocurra disparar - Amy no apartaba mirada.

— Basta, ambos. Estoy tratando de eliminar evidencias y no sabes lo peligroso que es dejarlo suelto - Le explicó señalando al taxista. Extrañamente el auto ni siquiera se había detenido, no hasta llegar a su destino.

— ¡Pero prometo no decir nada!.

— Viejo entiende, ¡¿Como puedo confiar en tí?! - Los ojos del taxista comenzaban a enrojecer, ambos erizos podían ver los ojos cristalizarse.

— Haremos esto, ¿Migthy? - Amy leyó la identificación del taxista — Serás parte de este plan. Así nadie sale herido.

Los ojos de Migthy cambiaron al instante y de forma tan repentina que los dejó sorprendidos.

— ¿Formar parte de su plan? ¡con todo gusto si eso implica no morir! - Scourge miraba a la rosada de manera te probatoria, suficiente tenía con soportar a Shadow y a Clint, ¿para que ahora llegará el taxista a formar parte del equipo maravilla?.

— Fabuloso Rosita, ¿Crees que Shadow aceptará gustoso a Migthy? ¡No tiene ningún talento oculto excepto el increíble actor! las lágrimas de cocodrilo, no dejes que te engañe.

— Nadie quiere morir Scourge piénsalo, Migthy ahora es el único que puede entrar al casino sin problemas, el infiltrado. Exigiremos una explicación a Shadow sobre toda esta mierda - Mostró las fotos — O nos Lárgaremos junto con Mighty de las Vegas.

— Y si decide contar su verdad, sea cual sea. ¿Vas a quedarte con él?.

El silencio apareció en el taxi, no lo había pensado demasiado por que la respuesta era muy clara, aún quedaba su paga. Aún quedaba expuesta su familia al peligro y volver a New York no parecía lo mejor...

— Sabes que podemos volver, puedes quedarse conmigo por que puedes conmigo puedes estar segura - Acarició su mano, los dedos del verdoso un poco más grandes que los suyos quedaban perfectos y parejos cuando sus manos se unían.

Podía sentir esa corta calidez que le brindaba, podía ver su reflejo en los ojos del verdoso.

Tendría protección, riqueza, y alguién a su lado que le prometía todo. Separó su mano incómoda.

— No es momento para esto Scourge, no hagas esto - Suplicó confundida. En su mente no había espacio para imaginarse una vida tranquila.

Mucho menos con Scourge.

El erizo apartó la mirada decepcionado y molesto. Nunca debió permitir que la rosada viajara con él. Tal vez las cosas hubieran sido diferentes.

Mighty observó por el retrovisor a la pareja, se veían como la pareja de enamorados pero no lo eran. Más importante ¿Quién era Shadow? es un misterio para él. Pero algo le olía a triángulo amoroso. Y no le gustaba permanecer en medio de las miradas ahora serias.


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