❝ Despejado ❞

- Bueno, ¿y cuál es el plan? - giró en la esquina con ayuda del volante, ya era muy noche para encontrar un taxi en la ciudad, definitivamente no encontrarían uno, su única opción y hasta ahora, la mejor, ha sido rentar una camioneta con protecciones.

No podían moverse siempre en el taxi viejo del armadillo, mucho menos si Shadow debía subir.

- Resguardarnos, creo que hablaré con los de la "mesa redonda", carajo... - aclaró su garganta para responder, sus energías pronto volverían a su cuerpo, sólo necesitaba concentrarse.

Amy mordió su labio inferior ante la preocupación, no sabia si contarle a Shadow sus inquietudes, tenía muchas cosas en la mente ahora, pero aunque quería, no podía organizarlas. No sentía que aquellas personas fueran de fiar, mucho menos ahora que las cosas se pusieron tensas contra Mephiles.

- Escucha Shadow, pienso que debes tener tus precausiones, no puedes confiar totalmente en ese hombre y en los demás. Me da... muy mala espina.

- Estoy al tanto, lo tengo controlado.

- ¿Cómo?.

- Mira Rose, cuando tienes un enemigo en común, las cosas siempre resultarán mejor para ambos; es lo que une a empresarios, lo que hace que empresas pequeñas que empiezan a tener ventas altas terminen en bancarrota, o que desaparezcan.

- Que fácil es para ustedes, ¿no?, arrancar y pisotear el sueño de gente que se esfuerza... - apretó el volante con fuerza, estaba molesta, por que gente como ellos, los que en verdad estaban siendo impulsados por sus méritos terminaban muertos.

- Nunca lograrás avanzar con las manos limpias, jamás - replicó - ¿Crees que mi padre es un hombre bondadoso?, ¿tan amable?, deberías ver todo el camino de violencia que oculta en su bolsillo. Te sorprenderías.

Ese no era el asunto, no trataba de siquiera llegar a ese tema, pero si la estaba haciendo enojar.

Suficiente tenía con un gran estrés, el problema de Scourge, que ella misma generó por cierto, el problema de tener que estar atenta las veinticuatro horas de ahora en adelante si no quería que el chico del hotel llegara a matarla, otra vez; o tener que pelear con los pensamientos absurdos en su cabeza sobre ella y Shadow.

Necesitaban relajarse, estaban demasiado tensos.

Prefirió no decir ni una palabra más, dudaba que lo que Shadow dijo hayan sido mentiras, no tendría por qué decir mentiras sobre su padre a menos que en verdad lo odiara, por que estaba en el medio, ¿no?.

No tenían la mejor relación, pero tampoco hasta el punto de odiarse e inventar una y mil cosas para hacerlo quedar mal. No pensaba que el señor Smith también fuera como uno de esos gordos con dinero en el bolsillo, pero manchados de sangre.

Una bonita sonrisa y un traje limpio crean la cara más falsa que podrías imaginar.

Siguió conduciendo en línea recta, había todavía muchos carros, ¡por supuesto que si!, en las vegas la noche nunca termina, las fiestas siempre duran. Las luces de los anuncios brillantes se reflejaban contra el vidrio, todos con grandes letras tan bonitas que si las mirabas por mucho tiempo, tendrías problemas después para ver con claridad.

Giró en una pequeña esquina, una calle mucho más pequeña con algunos anuncios más pequeños también, eran puestos de comida y algunas tiendas de ropa, zapatos, accesorios y recuerdos. Más al fondo y en la parte que más llamó su atención, los bares y las discotecas.

Shadow no le dirigía la mirada, pero tampoco le decía que parara, ¿era una señal de que iba por buen camino?.

Bajó la velocidad durante el carril, habían semáforos y la gente, adolescentes y algunos adultos jóvenes que pasaban por el paso para entrar a los bares a divertirse con un grupo de amigos cercanos, o desconocidos quizá.

Le llamó la atención ver una larga fila fuera de una discoteca muy llamativa, la musica salía hasta la calle cuando las grandes puertas elegantes se abrían gracias al guardia, éste tenía una ¡pad en la otra mano, llegaba la gente con ropa más llamativa y fingía leer la lista para sólo dejarlos entrar, mientras los demás afuera se quejaban.

En los rincones de New York, ella era claramente reconocida y no se necesitaba si quiera fingir que estaba entre la lista, sabían que cuando Amy llegaba, la fiesta apenas empezaba y el dinero se iba volando, por eso también le restringían el paso algunas veces.

Sonrió cuando la idea de divertirse un rato llegó hasta su cabeza, ¡no era mala idea!, despejarse un poco del aire tenso y aburrido. ¿No habían llegado a las vegas por ese motivo?.

- ¿Te gustaría un poco de alcohol? - dijo mirando al vetado, la mirada y la risa emocionada lo dijeron todo, él miró por sobre su hombro para ver el lugar de discoteca, una basura según su reacción.

- Conozco mejores lugares que ese - mencionó cansado, con desinterés mientras se recostaba en el asiento.

- Pues a mi me gusta ese - no le importó, sorprendió a Shadow cuando ella buscó un lugar perfecto para dejar la camioneta aparcada, nadie le decía a Amy que no a unos tragos.

Apagó el motor y abrió la puerta de su lado, antes de bajar, le miró pidiendo un poco de cooperación.

- ¿Enserio quieres ir? - soltó él con impresión, no estaba rechazando en su totalidad la oferta, pero su espalda le decía que no se le ocurriera bajar de la camioneta.

- Lo necesitamos.

No hizo falta hacer fila, como esperaba, se puso en la última parte de la cola por que sabía que Shadow, ni en sus sueños, esperaría para entrar. La jaló del brazo hasta el inicio y aquellos dos gorilas bastante retadores reconocieron su rostro malhumorado, los dejaron pasar sin siquiera haber pestañeado.

Las puertas se abrieron y en el techo de la discoteca, un enorme candelabro de cristal y una alfombra negra que llevaba por unas escaleras de mármol negro con dorado, precioso y elegante.

Las paredes pronto se volvieron negras y cambiaban los colores de las luces led, rojo, rosa morado y seguían, pero no eran colores molestos y cambiaban con lentitud, para no aturdir a los demás.

Un aire acondicionado y un frío perfecto, no te haría sudar en la pista de baile, pero no te ayudaría en otros lugares.

- Sabía que la entrada sería rápida - le guiñó un ojo a su compañero azabache, estaba emocionada por que las discotecas de las vegas, dios serían competencia y mucha para New York.

- No te separes, si vinimos sólo por unos tragos - ¿Era él o ella lo veía un poco decaído?.

Se acercaron a un barandal, para ver por arriba la pista de abajo, llena de algunos grupos de amigos y parejas bastante animadas, la barra de bebidas era enorme, había tanto espacio, no estaba lleno a reventar, pero si había bastante gente.

Mientas Shadow se recargaba en el barandal del cristal, ella lo miró por unos segundos, sus ojos estaban más oscuros de lo normal, y no era sólo por la luz negra y las luces led del lugar; esos ojos ya los había visto antes, pero no tan peor.

Mordió su labio inferior con un nudo en su garganta, la preocupación seguía carcomiendo su cuerpo, ¿Cuándo la dejaría en paz?, ¿Cuándo la preocupación los dejaría en paz por una vez?, ¡solo una!.

Pudo notar como los dedos de Shadow rascaban el tubo de metal, como mordía su lengua con los dientes gracias al movimiento de su quijada. Los dos estaban en las mismas, bajo un techo de candelabros, luces, alcohol y música que pronto despertaría sus intenciones.

- Me gusta esa canción - sintió un cosquilleó en el cuerpo cuando Blinding lights empezó, la música subió el volumen y los chicos de abajo gritaban con emoción, estaba siendo tan famosa, ya era bastante conocida.

Creyó que se trataba de una grabación, sonaba tan real, hasta que ambos se percataron que no era una grabación tal cual.

En el escenario, un tanto arriba de la pista, en una parte que era más bien como un balcón, ahí estaba él, con un micrófono en la mano y sus garras sosteniéndolo.

Las chicas no tardaron en gritar con fuerza, incluso se podían ver los celulares siendo sacados para grabar una gran presentación, mientras otros aprovechaban el momento para disfrutar de un momento único, en el que bailarían en vivo con The Weeknd cantando en el fondo.

El oso pardo estaba cantando tan bien, su traje de color rojo le quedaba perfecto, su voz era tan preciosa que sentía que su cuerpo se elevaba en la excitación. El oso era como un demonio.

Guardó sus gritos de fan enamorada para centrarse en el erizo, el contrario no estaba sorprendido con aquella aparición.

I've been on my own for long enough
Maybe you can show me how to love, maybe...

- ¿Sabes bailar? - intentó llamar su atención, estaba viendo al vacío por un largo tiempo.

- ¿Mhm? - no le prestó atención, la observó todavía encorvado, ella se acercó y se encorvó también, haciendo lo mismo que él, se acercó un poco más para que pudiera escucharla, o al menos, leer sus labios.

- Te enseñaré a bailar - dijo y su voz poco se escuchó, pero fue suficiente para que Shadow pudiera leerle los labios, y abriera los ojos con sorpresa.

Su mano fue tomada por la rosada, en un intento de sacarlo del trance y de su burbuja de propio dolor, lo jaló para bajar las escaleras juntos.

Amaba la canción, con todo su ser, cada escalón que bajaban, Shadow miraba su espalda, su cabello y sus púas menearse de un lado a otro con cierto brillo especial, ese color rosado tan exótico y ciertamente, hermoso.

En menos de lo que esperaba, estaban en la pista, Amy aún tomaba su mano y se movía con bastante experiencia; las caderas, moviendo un poco su cabello al mismo ritmo que la canción mientras el espacio se hacía más pequeño.

La gente de alrededor empezaba a ocupar el espacio libre, uniéndolos más.

Se estaba quedando como un tonto sin moverse en ese lugar, tras ver al resto de la gente bailando como se le daba la gana, suspiró resignado y tras voltear los ojos, empezó a seguir a la eriza en un pequeño baile entre dos ex-desconocidos, tan cercanos pero tan lejanos.

Como si una especie de barrera invisible se atravesara en ambos cada vez que intentaban acercarse. ¿Era obra del destino y sus terribles jugadas?.

Las luces que cambiaban alumbraban sus cuerpos, sus púas y sus rostros también. Algunas veces chocaban con Amelia y sus ojos jade brillaban en contraste, sus labios se movían y aunque no podía escucharse nada más que la voz del oso y el ritmo de la canción, Shadow sabía que ella estaba cantando la canción.

Se veía tan preciosa, entre todo el mar de personas, ella no resaltaba por como vestía, por su belleza; se veía tan libre, tan contenta por... por bailar un momento y despejarse de todo y de todos.

Eso necesitaba, un momento tranquilo, sentirse satisfecho por una vez y disfrutar de lo que la vida y el momento pudieran brindarle.

Sonrió como un tonto, y seguramente se veía guapo con su sonrisa; gracias a dios que Amelia fue capaz de apreciarla por un momento, y la correspondió con una de sus mejores sonrisas honestas.

La verdad, se la estaba pasando bien.

Más que bien.

I said, ooh, I'm blinded by the lights
No, I can't sleep until I feel your touch.

Sin que ella lo esperara, el azabache tomó dirección, tomó la iniciativa de llevar el control con ella y su pequeño cuerpo en esa pista y en su espacio, su propio espacio pequeño para los dos.

Jaló su mano, y le dio una pequeña vuelta antes de atraparla en sus brazos para bailar a la par, sus ojos jade no podían creer lo que estaban viendo, el erizo moviéndose al ritmo de ella, uniendo sus manos y aprentándolas.

sus cuerpos unidos en algo similar a un abrazo, pero sin dejar de contornearse. sus ojos rubí estaban volviendo a la normalidad.

Estaba divirtiéndose.

- Pensé que no sabías bailar - Gritó con fuerza. Aunque Shadow si fué capaz de entenderla.

- Parece que no sabes con quién estás hablando - respondió simple, halagado por la chica que sólo generaba un poco más se su alto ego.

Sonrió pícara, correspondiendo el nuevo control, se dejó guiar y sin alejarse ni un poco, movieron sus cuerpos, era tan similar a pelear pero sin la sangre.

Un baile bastante atrayente y con el poco espacio, mejoraba las cosas.

I said, ooh, I'm drowning in the night,
Oh when i'm like this, your'e the one I trust.









Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top