❝ Bailaré contigo, no me importa si me pisas ❞

— ¿Mejor? - Terminé de ponerle la curita en la mejilla, mirando como él se relajaba y se acomodaba en el borde de mi cama mientras se sentaba, ascendió agradecido con ese toque infantil en sus ojos — ¿Y que?, ¿Qué tiene que ver Smith en esto?, mas importante, ¡¿Por que entraste por la ventana?!.

— ¿Y encontrarme a Vainilla?, no gracias, sabes bien que ella y yo... tenemos nuestras diferencias - Suspiró irritado, haciendo una típica pose de diva ofendida y molesta.

— Como sea, su hijo Shadow piensa viajar a las Vegas, para visitar a su hermano o algo así, está buscando personas con habilidad para las apuestas, él no sabe cómo apostar, y necesita que alguien lo ayude. Qué mejor forma que con la única mejor aportadora de todo New York que tú. Saliste de las calles y triunfaste, bueno aunque aun vivas aquí - Rodé los ojos — Es una buena oportunidad para ti.

— Si lo único que tengo que hacer es enseñarle a un mimado como apostar para ir a las Vegas, lo haré con todo gusto - Sonreí de solo imaginarlo, guardé con desorden las cosas de vuelta a mis cajones — ¿A dónde tengo que ir?.

— A las oficinas de la empresa, ¡Obvio! - Se acostó en mi cama, agarrando una revista del suelo — Vas a necesitar algo adecuado para la entrevista, lo que Scourge te regala de ropa y lo que tu tienes.... - Miró con asco la ropa del suelo.

— ¿Perdona?, los que van son gente chantajista, solo profesionales en el engaño, ¡No es una cita ni una boda para ir tan formal! - No voy a ir y llegar con un peinado llamativo ni ropa cara.

— Lo que buscan es profesionalismo, ¿Crees que aceptaría a una vagabunda? - Me miró de pies a cabeza, le devolví una mirada molesta, ¡No me visto tan mal!.

— No es un concurso de moda, y tampoco me visto tan mal, lo que importa es la experiencia y eso es lo único que necesita ver - Agarré la bola de ropa sucia extendiéndola en mi cama, llenando a Silver de blusas y pantalones mientras él tapaba su nariz.

— ¿Cómo una chica como tu puede ser tan asquerosa?, tan poco femenina y muy masculina - Se quejó por el olor.

— ¿Cómo un chico como tu puede ser tan femenino y no ser homosexual? - Le pregunte alzando una ceja.

Touche - Regreso su vista a la revista que traía en manos, viendo las páginas mientras yo limpiaba la sangre de las sabanas y guardaba lo que podía en los cajones — ¿Qué tal si llevas puesto un vestido?, he pasado por varias tiendas caras antes de venir, y vi uno que te quedaría perfecto - Aseguró coqueto.

— Nada de vestidos - Me niego, ¡No me obligarán a usar uno jamás en la vida!, acepto las faldas, aunque son muy similares, pero nada de vestidos.

— Ya usaste uno antes.

— Si, obligada y amenazada, fue una boda - Explique guardando la última prenda de la cama, mirando mi cuarto mas limpio y grande. Ahora ya no es tan pequeño como yo pensaba. Creo que limpiaré un poco mas seguido.

— Entonces que tienes en mente pobretona - Dejo la revista a un lado, volteando a ver mi cuarto mientras se recargaba con sus codos . ¿Pobretona?, maldito albino.

— Llevar una camisa, unos jeans y para que se vea elegante mis mejores zapatos no rotos. y si quieres puedo ponerme algunas pulseras y un collar bonito - Le enseñé una de las cajas viejas que tenía, adentro habían varias joyas que de verdad son muy caras.

— De acuerdo, que tal, un vestido, con zapatos cómodos, un bonito peinado y yo te escojo las joyas - ¿Negociamos?, pues adelante.

— Sin vestidos, nada de peinados artísticos. Puedes escoger la ropa las joyas y el maquillaje. ¿si?

— Vestido, maquillaje oscuro y zapatos de tacón.

— Sales de mi casa, me pongo lo que yo quiera y listo - Advertí molesta, es imposible negociar con alguien de la moda como él, además de ser un excelente apostador en los casinos. No va a los clubs, pero lo conocí cuando intenté robar una tienda de ropa.

Y él se burló por mi gusto.

— ¡Bien tu ganas!, escogeré algo bueno de tu cochambre - Frunció su ceño molesto, buscando de nuevo en los cajones de ropa que recién acomode.

Lo ayude, y entre discusiones termine poniéndome lo que para él era correcto y menos feo. No quería ser el centro de atención, pero parece que eso quedó a un lado cuando dejé que Silver me ayudara.

¡Todo sea por ir a las vegas Amelia!.

Empresas Smith, un gran edificio con ventanales gigantes y gente adinerada de "Buen corazón", trabajan en el negocio de ventas, tambien manejan algunas constructoras que hacen la mayoría de las casas de gente millonaria, pronto harán la mía cuando gane el dinero necesario.

Con unos jeans no tan rotos, y digo no tanto por que la mayoría son así, junto con una blusa bonita, limpia y un poco elegante, decorada con un collar y mi cabello suelto como siempre, entré por las puertas de cristal.

Hasta guardias tienen aquí, por supuesto, y es por que uno me ayudo sosteniendo la puerta, esta gente tiene mas modales que yo.

— ¿Dónde queda dicha oficina? - Le pregunte a mi acompañante, Silver miraba extasiado la decoración elegante, fascinado por el grupo de gente bien vestida mientras yo intentaba regresarlo a la realidad — ¡Silver! - Jalé una de sus púas, a veces puede desesperarme cuando no pone atención.

— ¡Auch!, ¡oye! - Se quejo molesto, se lo merece — Tienes que ir al séptimo piso, ahí encontraras a mucha gente esperando para ser entrevistados, supuestamente; espero que salga bien, y recuerda que tú eres la mejor, ¡No dejes que te ganen el puesto! - Me dio algunas palmadas en el hombro, ascendí confiada y caminé al elevador.

Ignorando las miradas de las personas, mas que nada mujeres, al verme tan "informal", y sin muchos atributos como ellas.

Gente estúpida y sus estereotipos. Una mujer no necesita tener todos esos atributos, ni siquiera tanto dinero para verse bien.

Pero por otro lado, entiendo que en este lugar son muy profesionales, por lo tanto vestir de forma informal. ¡Eso jamás!, eso deben pensar.

En el elevador, la gente de las oficinas estaban siempre con el teléfono en mano, o hablando a la nada debido a los audífonos inalámbricos, que también pueden servir como un celular debido al gran avance tecnológico.

Son gente muy ocupada y aburrida. Pero con dinero por lo menos.

Apenas se abrieron las puertas del séptimo piso, salí como pude, había gente trabajando en escritorios con computadoras y una larga fila de hombres con trajes sentados y orgullosos. Debe ser ahí.

Antes de llegar a formarme, una señorita me entrego una hoja con varias preguntas y una pluma para contestarlas, son cruciales antes de poder entrar.

Busque algún asiento libre y me senté cómodamente, comenzando a leer las preguntas tan importantes que dicen que son, algo como, ¿Fumas?, ¿Te drogas?, ¿Has robado alguna vez?, estoy muy segura que la mayoría de estos tontos puso "No, Claro que no, jamás en la vida", para quedar perfectos a lo que será nuestro jefe durante los días en las vegas.

Seguí contestando hasta percibir el delicioso y persuasivo olor de macho acercándose, ese olor siempre me es familiar. Gire mi vista para encontrarme con la suya, sentado a un lado mío con esa sonrisa maliciosa que tanto lo caracteriza y sus gafas de sol rojas puestas.

— ¿Qué haces aquí? - Le pregunte de mala gana, ¡Esta es mi oportunidad!, ¿vendrá a arruinarla?, o tal vez solo viene a molestarme.

— Lo mismo que tu preciosa, por cierto lo de anoche - Agarró el papel que le entregaba la secretaria, casi arrancándole la mano en el proceso mientras me arrebataba la pluma de las manos.

— No me gusta acostarme con drogadictos, lo sabes - Lo interrumpí — ¿Por que el repentino interés en esa basura?.

— Nada es demasiado para mi, ¿lo sabias?, curiosidad y además estaba aburrido, me lo ofrecieron como algo para divertirme y, era un negociante. ¿Qué querías que hiciera?, ¿Rechazarlo?, ahora ayudo en la venta de eso así que... será nuestro pequeño secreto.

— De tantos secretos ya no se ni cual guardar.

— Por tu bien, es mejor que calles todos y cada uno - El tono de su voz fue en advertencia. Ese escalofrío en mi espalda que logre sentir fue extraño. No suelo asustarme cuando estoy con él.

Observe como contestaba las preguntas sin problema "¿Fumas? Si, ¿Te drogas? Cuando estoy aburrido, ¿Has robado alguna vez? Siempre.

No, las respuestas no me sorprenden en lo absoluto.

— Estoy tan cuerdo como nunca, así que. ¿Por que no te buscas una oficina a vacía y...?

— Jaja, tentador y excitante... - Sus insinuaciones realmente me hacen pecar. Por favor, cuantas veces le he seguido el juego. Pero es un momento con él o mi viaje a las Vegas — Podemos posponerlo, cuando salga victoriosa de aquí, te invito a un hotel.

Sonrió ante la oferta, ascendió gustoso mientras esperamos tranquilamente nuestro turno.

No es por presumir, pero tu y yo haríamos una bonita pareja.

— Y si yo me quedo con el puesto, ¿La oferta sigue en pie? - Reí divertida y poco sorprendida, ¡pero claro que si!

Ascendí al momento de que su nombre era mencionado. Guiñándome mientras se levantaba, tomando entre manos su papel y entrando por la puerta grande.

Solo queda esperarlo, tengo que saber la decisión. 























Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top