Capítulo 2: Juguemos
—¡Jane! ¡Ven! —dejé ir un suspiro pesado mientras bajaba con cuidado las escaleras en dirección dónde provenía la chillona voz.
—Louis solo mantente alejado de ella, no quiero otra discusión.
—Hablen más fuerte que no los escuché —hago notar mi presencia con mi claro gesto de molestia, ingresé por la entrada mas cercana que tenia observando el panorama limitándome a pasar por su lado.
— ¿Acaso estoy pintado? —preguntó con sarcasmo, hasta diría que con indignación. Observó como recibía a Niall con los brazos abiertos.
—¡Harry! —exclamé de forma sonora ignorándolo. No me afectan en lo más mínimo sus indirectas, las mismas que debería mejorar.
—Bien.
Louis:
Quiere jugar... juguemos.
—¿Tomemos unas cervezas? —Liam propuso en pregunta haciendo que Zayn se pusiera de pie.
—Los acompaño, tengo que comprar cigarrillos —Niall respondió imitando a Zayn.
—Voy —ella y yo hablamos al mismo tiempo, al unísono.
Volteó a verme logrando que mi vista quedará en Zayn por instinto.
—Si va él, yo no —cruzó sus brazos con molestia tomando lugar nuevamente junto a Mia.
—Mejor. Menos peso en el auto —una sonrisa se amplió en mis labios antes de caminar hacia la salida, acompañado de los demás.
Jane:
Dos pueden jugar este juego...
—Claro, me quedo.
Le reste importancia, conteniendome a responder aquel comentario de más, pero viniendo de Tomlinson, ya nada llega a sorprenderme.
Los chicos se alejaron perdiéndolos de vista en unos pocos segundos, quedando en la casa solo nosotros tres. Mía, Harry y yo.
Como de costumbre, cada vez que nos reunimos en la casa de Mía, siempre nuestra 'reunión' termina en una fiesta, la razón es tan simple como, nos aburrimos de ser los mismos todo el tiempo.
—Iré a revivir esto, con permiso señoritas —Harry tomó la iniciativa, marcando en su movil lo llevó a su oreja poco antes de alejarse de nosotras.
—Bien, ahora a traer ¡co-mi-da! —Mía sujetó mi brazo jalando de mi hacia la cocina donde el móvil de la casa se encontraba. Ella me dictó el numero de la pizzeria que frecuentamos siendo quien pida la orden.
—Los tres lazos, buenas noches.
Aquella inconfundible voz me hizo reír de un inicio.
—Hola, Daniel —saludé posterior a mi risa, siendo el quién me imite—. Necesito treinta pizzas.
—Jane —respondió a mi saludo antes de continuar—. ¿Tantas?
—Mía come demasiado —Bromee llevándome un golpe de su parte— estoy jugando, tenemos visitas hoy.
¡Que comience el juego!
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