Capítulo 18: ¡Final!

+Louis+

No paraba de moverme provocando en ella impotencia y aun más deseó. Estaría dentro de ella si no fuera por su braga.

Leves pero aun así fuertes apretones daba a sus pechos propinándole dolor y placer a la vez, están duros, y bajo mi poder. Volví a sus senos torturándolos con mis dientes, sujetando sus manos sobre su cabeza contra el respaldar de la cama, no paraba de morderla. Sus jadeos eran sonoros a tal punto de quedar muda un momento.

—¿Pasa algo? —pregunto besando su exquisito cuello. No respondió sólo negó con la cabeza. asentí y bajé por su abdomen besando todo en ella. Dejándola con las piernas ligeramente separadas y mis manos sobre su braga ya fuera de su cuerpo, separé sus piernas introduciendo mi lengua entre estas. Está tan mojada que sólo quiero follarla en este instante. Muevo lento y constante la lengua ahora en el exterior de sus labios vaginales, desde su clítoris hasta su exquisita entrada que pronto será invadida.

Curva su espalda tirando la cabeza hacia atrás, sujetando con fuerza las sábanas de la cama. Subió sus piernas a mis hombros presionando su cuerpo contra mi tortura oral. Me incorporé de rodillas inclinándome a ella, tomo mi miembro rozando su entrada e introduciendo la punta lento pero profundo. Ella gime, música para mis oídos y doy una fuerte embestida. Sus brazos ejercían una gran presión en los míos, me acerco más a ella, levanto su cuerpo sentándome aun dentro suyo, la embisto de repente con su radiante figura sobre mi. Rasguña mi espalda y sus agitados gemidos en mi oído me enloquecen. Doy seguidas embestidas mientras envuelve sus piernas tocando con sus pies mi espalda y sus uñas se entierran a lo largo de mi espalda gracias a su satisfacción. 

Vuelvo a penetrarla con más comodidad, la velocidad se adueñó de la situación y los gritos de placer inundaron la habitación. Su cuerpo agitado, su color ligeramente rojizo y sus gemidos en mis oídos más excitado me ponía; sus paredes vaginales presionaba mi miembro en cada embestida, rápida y profunda, duro y sin compasión.

~Jane~

Me siento arder, la temperatura de mi cuerpo sube cada segundo. Introduce su miembro haciéndome gemir alto y claro, tiro de él arqueando mi espalda.

Gemíamos en descontrol cada embestida era ir al paraíso. Todo hasta el tercer tan esperado orgasmo, todo cambio cuando íbamos por el cuarto. Louis me penetraba sin piedad. La presión de mi cuerpo aumenta con cada embestida, como mi corazón se acelera y de esa forma llegando al cuarto orgasmo podía sentir el líquido caliente escurriendo por mis piernas. su semen bajaba de mi vagina como una catarata aun con su miembro dentro.

—Dilo —murmuro mirando mis ojos,

Respiro con dificultad.

—¿Qué quieres qué diga? —pregunto agitada aun dándonos placer.

—Que me amas —besó mis labios de la forma más tierna jamás hecha. Lo miro sorprendida.

—¿Para qué quieres eso? —envuelvo su cuello entrelazando mis brazos.

—Siempre quise que lo dijeras —Beso sus labios.

—Te amo —sigo el beso no sin antes murmurarle lo que tanto pensé en decirle.

—Yo más —me paralice, ya ni respiraba.

Me envolvió con su brazo recostándome a su lado, sobre su pecho sin dejar de besarnos. Suspiro cansada acariciando su mano.

—¡Louis! —gritan desde el pasillo— ¡Sal en este momento Tomlinson, sé que estas ahí!

—¿Qué pasa? —pregunto pero él me cubre la boca. Me levanto y comienzo a vestirme al igual que él. Abren la puerta.

—Maldito desgraciado —ingresa al cuarto una mujer con una enorme barriga de fácilmente seis meses de embarazo. Miro a Louis y luego a ella.

—Louis... —murmuro.

—¿Por esto te fuiste? —pregunta la chica apuntándome.

—Vanessa —dice firme— ¿Qué demonios haces aquí? —pregunta serio.

—¿Acaso pensabas dejarme con esto? —se apunta el vientre golpeando a Louis en el rostro. 

Mis ojos se llenaron de lágrimas, de odio, impotencia, dolor y más sensaciones que sólo me permitieron salir de la habitación.

—¿De qué hablas? —dice cuando me ve salir.

—Jane —sujeta mi brazo con fuerza.

—¡Suéltame imbécil ! —. Me alejo de la puerta.

—¿Por qué haces esto? —me preguntó y regresé a donde él está.

—¡Eres un hipócrita! ¿Por qué demonios hiciste esto? Si solo querías follar ¡¿Por qué no lo dijiste y ya?! Que estúpida fui en creer tus palabras —ruedan lágrimas de ira por mis mejillas.

—Son sinceras. No solo quería eso y lo sabes.

—¡No lo sé, ya ni se quien eres! —mi cuerpo comienza a temblar al gritar esas duras palabras sintiendo un frío horrendo.

—Soy la misma persona de siempre...

—Entonces nunca conocí al verdadero Louis. 

Bajé las escaleras con prisa pensado en todo lo concurrido y preguntándome una y otra vez  ¿Por qué te habré conocido?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top