Tomo algo de iré cuando abrió los ojos. Se sentía como en un sueño, su teléfono sonaba y sonaba col lo que eran las llamadas de su esposa, imaginaba que estaba intentando insultarlo y pidiendo explicaciones. No iba a responder y si era posible iba a ignorarla, eso le hizo recordar que en unos días tendría que verse con escanor. Solo suspiro cuando la dama que observaba se dio la vuelta sumida en ese dulce sueño, su dulce ellie, aún podía recordar su cara aquel fatídico día. Estaba asustada, lloraba, casi desmayada y completamente vulnerable, sin embargo en esos momentos el moretón en su ojos casi había desaparecido, en su mejilla ya no había color que disminuyera su rubor y su cara asustada ahora era una de profunda paz, sin poder contenerse se estiró lo suficiente como para besar su frente dulcemente durando unos segundos pegado a ella, apenas terminó de besarla escucho una tenue risa que llamó su atención.

—Buenos días príncipe—la escucho susurrar intentando abrir sus ojos. Ella finalmente había despertado y ahora estaba dispuesto a abrazarla y acariciarla para poder hacerla reír