Sueño #1
"Provenza" de Karol G, suena fuerte y alto en los altavoces de la discoteca dónde estoy. La música envolviendo el sistema de todos los presentes, incluyendome a mí. Sin pensarlo dos veces, me quedó en la pista bailando está canción, cuyo ritmo me invita a moverme con una sensualidad que solo las latinas podemos tener. Me siento en un frenesí causado por la música que ahora recorre mi cuerpo, soy apenas consciente de que la música ha cambiado, por lo que muevo mis caderas al ritmo de "Contra la pared".
Mientras sigo bailando y disfrutando de esta sensación, siento que me miran. De esas miradas que pesan tanto cuando se fijan en ti, hasta el punto de tener una conexión que eriza tu piel y pone alerta mis sentidos. Abro los ojos e intento buscar de dónde proviene esa mirada, mi vista no es muy buena por las luces del lugar, pero logro ver de dónde proviene. La información detectada en mi cerebro envía un cosquilleo en mi interior que enciende mi deseo de lo que he venido a buscar aquí: Sexo, salvaje y sin restricciones. Eso es lo que ese par de ojos ofrecen y esas sonrisas lobunas lo prometen.
La mirada penetrante no viene de un solo hombre, viene de dos. Hombres sumamente atractivos. No me había dado cuenta que he dejado de bailar cuando les preste atención, un empujón me hizo despertar de su hechizo, miró a mi alrededor y regreso de nuevo la vista hacia ellos, pero ya no están. Me decepciona no verlos, comienzó a buscarlos de nuevo, hasta que siento que unos brazos fuertes me jalan fuertemente, tomándome desprevenida, lo que me hace tropezar y que mi espalda tope contra un muro fuerte y blando. Espera! No sé siente cómo un muro.
— Sigue bailando — mi piel se eriza al escuchar esa voz grave en mi oído. Soy consciente de que esos brazos siguen alrededor de mi cintura. Ladeó mi cabeza para poder verlo mejor y lo que veo enciende los pensamientos más impuros y el deseo más carnal que he tenido jamás.
Este hombre es alto, muy alto a comparación mía. Esos ojos únicos y encantadores me han hecho temblar con tan solo mirarlo, no se puede apreciar mucho con estás luces del lugar y eso me enoja por qué quisiera ver mejor a mi presa de está noche.
Cómo no respondí a su petición, su agarre se afianza y entierra sus dedos en mi cintura descubierta. Sin embargo, uno más se suma a la fiesta y creo que es el segundo par de ojos que ví hace unos minutos atrás. Me sonríe de la misma manera que cuando estuvo lejos de mi. Es igual de alto, las luces destacan un rostro precioso, muy detallado, guapísimo. Se acerca a nosotros, me sostiene la barbilla y sonríe..
Madre mía!!! Que sonrisa!!!
— ¿Por qué paraste de bailar? —mi cerebro parece desconectarse y olvidar como mandar señales a mi boca para hablar.
— Lo hacías muy bien — de nuevo su cercanía me hace sentir miles de cosas y agradezco que ambos me sostengan o caería al piso entre tanta gente.
— ¿Lo hacía? —recupero mi voz y les digo desafiante — Lo hago —al que tengo enfrente mío, parece complacerle mi respuesta por qué se acerca más a mi, al igual que el de atrás.
—Muévete — sin saber cómo y por qué rayos estoy dejando que me manden, les hago caso y me comienzo a mover al ritmo de la música.
Mientras más muelo mis caderas, más gruñidos y jadeos sexys obtengo de ellos. Ambos se pegan más a mi (si es que eso es posible) y noto que en efecto les gusta como lo hago. Los dos ponen una pierna entre las mías y se mueven al son de la música, sin embargo estoy tan caliente que el simple roce de sus piernas me excitan y logran que también comience a jadear.
— Lo haces tan bien —él de atrás vuelve a hablarme al oído.
— Ah! — jadeo y muerdo mi labio inferior.
La sensación es tan fuerte que por un momento cierro los ojos, pero los abro de golpe cuando unos labios hacen contacto con los míos. El otro par de labios se pasean por mi cuello hasta mi oreja. Reclaman mis labios tan salvaje que estoy segura que sí siguen así, me voy a correr rápido y sin ningún otro contacto de por medio que su cercanía.
— Abre los ojos — lo hago — ¿Quieres venir con nosotros? —
Normalmente no aceptaría ir con alguien que a penas acabo de conocer, pero embrujada y con el deseo de obtener lo que quiero, acepto.
— Si — se separan de mi y me toman de la mano.
— Salgamos de aquí — asiento.
Haciéndonos camino hacia la puerta de acceso, logramos salir después de tomar nuestros abrigos y en mi caso mi bolso.
La luz de la calle me permite ver mejor a los dos caballeros que me acompañan. Uno de ellos, es un poco moreno, su porte es tan sensual que cualquiera que no esté ciega, estaría babeando por él. El traje que porta lo hace ver imponente,serio, culto y bastante apetecible, esa mandíbula marcada... Wow. Y ni que decir del otro chico, hombros anchos, rostro hermoso y perfecto, lo miras y piensas que es un dios griego detallado a la perfección y unos labios que se antoja morder y chupar todo el tiempo, parecen dos fresas jugosas y pecaminosas.
Me guían hacia, lo que supongo es su automóvil — ¿Cómo te llamas? — pregunta el moreno.
— Soy ...— le diigo mi nombre. Se inclina hacia mi, toma mi mano y deja un beso en la palma y me sonríe — Gusto en conocerte —
— ¿Segura que quieres venir con nosotros? — pregunta el chico de los hombros anchos.
—¿Por que no lo haría?— muerdo mi labio inferior y me regaño mentalmente por parecer desesperada.
—Siempre puedes decir que no — niego con la cabeza.
— No creo que muerdan o si? — el chico moreno enarca la ceja y sonríe lobunamente... De nuevo.
— No del modo malo, más bien del modo que tú desees— asiento complacida.
— Bueno, sube — antes de hacerlo, me volteo y les pregunto:
— Y ustedes? Cómo se llaman? — se miran entre si y acorralandome entre el coche y ellos, contestan.
—Soy NamJoon — dice el moreno.
— Y yo Seokjin — asiento embelesada.
Sin decir nada más, subo al coche. Me siento en la parte de atrás, pensando que yo solo iría en este gran asiento, pero no es así, Seokjin sube conmigo y NamJoon sube al asiento del conductor.
Seokjin parece ver mi sorpresa, toma mi mano como lo hizo NamJoon y deja un beso sobre el dorso de ella — Nuestra invitada no debería viajar sola —
— Comprendo... Que galantes — está tan cerca que al verlo a los ojos, puedo notar esa oscuridad que reflejan sus pupilas. Es deseo, puro y absoluto deseo, saber eso me hace sentir poderosa.
— Es como somos — contesta NamJoon.
En un parpadeó el auto se pone en marcha, no se a donde me lleven pero lo que sí sé, es que me tienen ansiosa y deseando más que un simple roce, siento que sí me vuelven a tocar me voy a correr y no quiero hacerlo...No aún. No sola.
Al diablo el auto control!!! Tomo a Seokjin de las solapas de su hermoso abrigo y lo beso. Él tarda en responderme, pero lo hace y cuando eso pasa... DIOS MIO!! Que sensación!! Su lengua y la mía juegan sin dar tregua la una a la otra, él sabe muy bien y besa rico. Sus manos se envuelven en mi cuerpo y las mete dentro de mi abrigo, acaricia mi cintura y el tacto de sus dedos con mi cintura descubierta me hace soltar un gemido.
—¡Vaya! Gratificación adelantada — ambos nos separamos al escuchar al conductor, hacemos contacto visual por el espejo retrovisor y sonríe — Me gusta, sigan —
Mi compañero de a lado, me vuelve a tomar, sus besos recorren todo mi cuello, barbilla y baja hasta el nacimiento de mis pechos. Arqueo la espalda y vuelvo a gemir, una de sus manos me sostiene por la espalda y la otra vaga por mis piernas y muslos internos, mi falda se arremolina más arriba de mi cadera y él aprovecha para jugar conmigo, sus dedos acarician por encima de la tela, enloqueciendome y haciéndome gemir.
— Ah!..mete...— no puedo cuadrar mis palabras, sentirlo tomarse su tiempo, me tiene en éxtasis total.
— ¿Que quieres nena? Díselo y lo hará— la voz del otro aumenta mi éxtasis.
— ¿Que deseas? — me dice al oído.
— A los dos — logro decir en un jadeo.
— Y nos tendrás — responde NamJoon.
Seokjin hace a un lado mis bragas y comienza a torturarme, rodeando mi clítoris y acariciándome, baja hasta mi entrada y por lo mojada que ya estoy, logra deslizar primero un dedo y luego dos.
— Mierda! — se ríe en mi cuello.
Un vaivén lento y profundo comienza en mi interior, me agarró a él lo más fuerte que puedo y lo beso.
— Eso es, vuelvela loca — su demanda me tiene en las nubes.
Cuando siente que estoy a punto de explotar, retira sus dedos y mirándome a los ojos, se los mete a la boca. Me acerco y ayudo a su trabajo, saboreandome en el paso.
— ¿Estás bien? — lo miro con la ceja levantada.
— ¿Me veo que estoy bien? — se ríen.
— Pues te ves espectacular — me suelta y se acomoda en el asiento, sin embargo veo que su pene pide liberación a gritos de sus pantalones.
Sintiéndome valiente, me acerco a él y comienzo a acariciarlo por encima de los pantalones.
— Ah joder!—ese jadeo me anima a seguir haciéndolo, lo beso salvajemente y comienzo a bajar por su cuello.
— A este paso no llegaremos al departamento — gruñe el chico de enfrente.
Me río y sigo con mi trabajo, Seokjin acaricia mi cabeza mientras bajo con el objetivo en mente: probarlo.
— Me toca enloquecerte — le digo y parece de acuerdo.
Desabrocho el cinturón de sus pantalones, seguido del botón y bajo la cremallera. Levanta sus caderas para que pueda bajarle un poco el pantalón y su erección se hace ver imponente y desesperado por salir de sus calzoncillos. Acerco mi boca y recorro su longitud con los dientes, arrancándole un jadeo. Libero su erección de su encierro, con tan solo verlo el cosquilleo en mi vagina se hace más fuerte y no solo mi boca se hace agua.
— Mételo... —arquea su cadera, acercandose más a mí y justo cuando lo voy a meter a mi boca, el auto frena de golpe y el plan de hacerlo turtuosamente se va al carajo y lo introduzco de sopeton en mi interior.
— !!Carajo!! — es muy largo, llega a mi garganta.
Sus gemidos y jadeos acompañados por los de nuestro acompañante no hace más que aumentar mi deseo de disfrutar de esta noche en su compañía.
Lo saco de mi boca y lo miro a él y a NamJoon, el cuál ya no conduce, nos mira atentamente y su brazo sube y baja a un compás lento y seguro. No hay que ser cerebritos para saber lo que hace. Ambos logramos hacer contacto visual, a lo que lamo sensualmente mis labios y regreso a mi trabajo.
— ¡Dios! —escucho a Jin maldecir y gruñir mientras toma mi cabeza y marca el ritmo a su gusto.
— Hemos llegado — jadea NamJoon— Deben parar y bajar del auto o si no — no logra terminar la frase cuando Jin se corre en mi boca, por lo que trago gustosa lo que amablemente me ofreció.
— Creo... Creo que no aguantaré mucho tiempo más— logro decir.
NamJoon me toma del cuello y girando un poco su cabeza, toma mis labios y me besa ferozmente. El cosquilleo en mi vagina es incontrolable y no quiero que termine.
— Salgamos — demanda al separarse de mi.
Jin se ha acomodado los pantalones y sale con mucha elegancia del coche y me ayuda a salir. Solo logro bajar un poco mi falda, la ventaja es que el abrigo es largo y solo lo cierro, sin importarme que el largo de la falda es menor a como la tenía hace unas horas.
— ¿Vamos? — asiento y tomo ambas manos que estos hombres me ofrecen.
Subimos por el ascensor, somos los únicos en él, por lo que de pronto me sentí insegura. La realidad de que está pasando me está golpeando sin tregua. Los miro a ambos y ellos a mi, me sonríen, se sonríen y como si no fuera suficiente chispa, se acercan frente a mi y se dan un beso.
¡Diablos! No hay nada más sexy y caliente que verlos besarse. Cuando se separan, ambos me toman de la cintura y me hacen participe de ese beso. Mi temperatura corporal está por los rincones del infierno, mi sangre arde por dentro, y el hambre de tener a estos dos dioses para mí aumenta en cada segundo.
El Bep del ascensor rompe nuestra burbuja y anuncia que hemos llegado.
— Adelante, por favor — me ceden el paso y entro a lo que me supongo es su departamento.
—wow!! — murmuro en voz baja.
— Gracias — creí que solo yo me había escuchado, ahora veo que no fue así.
— Es muy bonito — Jin asiente.
— NamJoon tiene muy buen gusto, aunque lo ayudaron — ambos se ríen.
— No fue nada y la mayoría lo hice yo — me guiña el ojo — ¿Algo de tomar? — asiento.
— ¿Lo más fuerte que tengas? — asiente y camina hacia lo que supongo es la barra de la cocina, se agacha y pone una botella sobre la misma.
— Whisky? — asiento, pero Jin niega.
— mejor Vodka, ese sabor te va y me encanta — NamJoon niega, pero le hace caso.
Me quito el abrigo y lo pongo en el sofá junto con mi pequeño bolso. Nam se acerca y nos da los tragos.
— Salud por la noche — chocamos los vasos.
— Salud — a Jin y a mi nos salió en coro por lo que no pudimos evitar reír.
NamJoon deja su vaso sobre la mesada, hace lo mismo con los de nosotros y sin decir nada más, me toma del cuello y se estampa conmigo, besándome de nuevo.
No sé cómo un beso de este hombre, logra tenerme tan dispuesta de un momento a otro.
Estos dos hombres besan muy bien, con un solo roce de sus labios logran llevarte al más grande y divino placer.
Mientras nos besamos, siento que Jin se coloca detrás mío y comienza a desnudarme. Baja mi falda, después se haberla desabrochado y con ella baja mi tanga. Sube suavemente y en su paso besa mis piernas, alternando sus besos de una a otra. Cuando llega a mis glúteos los muerde levemente a lo que yo me arqueo más hacia NamJoon y jadeo en su boca.
Llega al top, lo desabrocha y lo quita de mi cuerpo. Cuando ha logrado su cometido, se pega a mi y siento el caliente contacto de piel con piel. Me doy la vuelta y lo analizó detenidamente. Es tan hermoso, tan bien creado que me siento una perra afortunada por estar aquí con ellos. Lo tomo del rostro y lo beso con todo lo que tengo.
Escucho el sonido de ropa siendo retirada, y es cuestión de segundos para sentir a Nam desnudo contra mío.
Aparta a un lado mi cabello y susurra en mi oído — ¿Lista? — a lo que solo logro murmurar un sí.
Jin se aparta y tomando mi mano me llevan al sofá que hay frente nuestro. Ambos toman asiento, mientras hacen contacto visual conmigo, se acercan y se vuelven a besar, no sé ni de dónde sacaron los condones, pero ambos ya están más que listos.
Mientras uno es largo y algo ancho, el otro es grande y gordo, de esos que ves y te da miedo meterlo por qué seguramente te partirá en dos. Rompen el beso y me atraen hacia ellos.
Beso primero a Jin y después a Nam, sin embargo Jin me toma de la cintura y me sienta a horcajadas sobre él, su mano se mete entre nosotros y mientras NamJoon y yo nos besamos, él me acaricia, logrando que me moje más, muevo mis caderas para acelerar su movimiento y buscar algún roce que me permita tener un preámbulo de lo que se viene.
— Demasiado juego por ahora — dice Nam — Cogetelo — demanda y acepto gustosa.
Me levanto un poco, tomo en mi mano el pene de Jin y lo guío a mi entrada, entonces bajo lentamente, tomándome mi tiempo y disfrutando de la sensación de tenerlo dentro de mí.
— Ah! — inclino mi cabeza hacia atrás y bajo por completo, obteniendo un gemido de Jin y causando que eleve su cadera hacia mi.
— Eso es — nos alienta Nam — continúa.
Comienzo un ritmo sube y baja que nos tiene a todos gimiendo, gritando y disfrutando. Se siente tan bien tenerlo así, tenerlos a mi disposición, me hace sentir poderosa. De reojo puedo ver qué NamJoon se levanta del sillón, se posiciona detrás mío y comienza a acariciar mi espalda hasta llegar a mi culo.
— Levantalo para mí — Jin me acomoda de modo que mi trasero se pueda elevar un poco más y tomando mis nalgas las abre, a lo que Nam empieza a masajear mi entrada. Yo me tenso.
— Tranquila, nos querías a ambos... — me besa — Nos tendrás — una embestida y grité.
La sensación es demasiado intensa por lo que me obligó a no correrme tan rápido. Lo quiero con ellos dos dentro mío.
-— Lista? — esa pregunta comienza a fastidiarme, sin embargo asiento y recibo de nuevo un beso de ellos dos.
Nam se acomoda entre mis nalgas, mete lentamente su verga, Jin sale un poco de mi interior y justo cuando pensé que no podía sentir más placer, Nam termina de entrar y Jin al mismo tiempo me embiste. A lo que grito y gimo al mismo tiempo.
Somos todo una maraña de cuerpos, su ritmo entra y saca me tiene lela y gritando por más. Mis ojos viajan hacia atrás y mis piernas comienzan a hormiguear y la sensación de mi orgasmo se siente más y más grande con cada embestida, cada beso y cada roce de mi cuerpo con el suyo.
— Los tres juntos — no tengo que ser adivina para saber a lo que se refiere y como si mi cuerpo tuviera vida propia, reconoce a estos dos hombres como sus dueños (por el momento) y explotó.
Intensa y placenteramente.
— Ah! — mis espasmos no cesan y a penas si soy conciente de que ellos dos han alcanzado su orgasmo y permanecemos quietos.
— Eso fue... Wow — ambos se ríen.
— Y eso que vamos empezando — Nam sale de mi y Jin también.
Este último me toma de las nalgas y me carga.
— Un baño? — pregunta.
— Yes please—y entre risas, nos dirigimos al baño, para lo que espero una segunda ronda.
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😳😏🤤🥴🛐😈
Relato #1
Gracias por leer, cabe aclarar que estos relatos son realizados con mucho respeto.
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