Único

Kai se encontraba en el aeropuerto de Barcelona, sudando más que un portero en la tanda de penales. Su corazón latía con la fuerza de un tiro libre de Messi. ¿La razón? Iba a pedirle una cita al chico que le hacía perder la cabeza, Gavi.

Desde aquel último encuentro entre el Barcelona y el Chelsea, Kai no había podido quitarse a Pablo de la cabeza. Sus ojos avellanas, su sonrisa tímida, su forma de celebrar un gol… Todo en él era perfecto. Y ahora, después de semanas de dudas y suspiros, Kai había tomado el primer vuelo desde Londres para enfrentar su destino.

—Vamos... Has hecho muchas cosas locas en tu vida Kai, ¿Por qué tanto miedo?—Pregunto João, síp el portugués era el... ¿Cupido? Algo así, Kai se había regalado al preguntarle sobre Gavi, y João ni lento ni perezoso decidió que juntaría a sus dos amigos.

—¿Será porque estoy enamorado hasta la médula y si esto termina mal me voy a querer matar?

—Dramático.

—Mmmmh, esto me huele a raro... ¿Ferran te has bañado hoy?—La pregunta de Pedri hizo que Ferran se atragantara con su juguito de cartón.

—¿Qué demonios? ¡Si nos hemos bañado jun...!

Fermín, quien estaba con la cabeza en el refrigerador, buscando el pedazo de tarta que su novio, Iñigo sexy vikingo, le había dejado en la mañana.

—¿Quééé...?

—Shh, eso no es asunto tuyo Fermín, ahora, ¿Por qué Kai esta aquí? ¿Y por qué João estaba como loco por eso?

—¿Y yo que voy a saber? ¿Qué? ¿Tengo cara de brujo o qué?

—Vulve a responderme así, y te quedas en el sofá.—Amenazo Pedri con una de sus chanclas, Ferran simplemente alzó sus manos en son de paz.

—¿Es broma o es cierto?—Pregunto Fermín, viéndolos de una forma acusadora.

—¿Crees que estos chupetones y mi cojedera es broma?

—¡Ok! Mucha información.

—Bien, ya en serio, ¿Qué hace Kai aquí?

—¿Kai? ¿Kai Havertz? ¿Está aquí ese loco?—Pregunto Cancelo desde la puerta.

—Con razón ese renacuajo estaba así...

—¿Qué sabes tú?

—¿Mmh? Ah, bueno, Kai esta enamorado de Gavi, seguramente vino por eso.

El silencio se instalo en el lugar.

—¿No debi decirlo verdad?—Pregunto Cancelo con los ojos cerrados.

—Nop.—Respondió Ferran, viendo como su novio estaba pensando en mil formas de matar a Felix.

—¡El único que puede darle un novio al chihuahua soy yo!

—Felix, necesito tu ayuda. ¿Cómo crees que debería hacerlo? —preguntó Kai, nervioso.

Felix se ajustó las gafas y sonrió. —No te preocupes, amigo. Tengo un plan infalible, primero le dire a Gavi que vaya a un lugar bonito y romántico. ¿Qué tal el Parc Güell?

Kai asintió. El Parc Güell era perfecto. Pero cuando llegaron allí, una banda de mariachis ocupaba todo el espacio. Gavi estaba rodeada de turistas, bailando y riendo. Kai intentó acercarse, pero un loro se posó en su hombro y empezó a cantar “La Bamba”. Gavi no podía oír nada de lo que decía.

—¡Maldito loro! —Murmuró Kai.

Felix le palmeó la espalda. —No te preocupes, amigo, yo no me rindo tan fácil, no lo hago en la cama, menos lo haré ahora.

Kai lo miro asqueado, pero agradecía tener la ayuda de Felix.

En el segundo intento, Felix cito a Gavi a un restaurante elegante, pero justo cuando iba a decirle a Kai que entrara, el camarero derramó salsa de tomate en su camisa blanca. Gavi se rió, pero Kai, quien estaba a unos cuantos pasos se quedó embobado con la risa de Gavi.

—¡Esto no puede estar pasando! —Dijo Felix todo manchado.

En el último intento, Kai decidió ser directo, ya no más Felix, ni escondidas, ni nada, el sevillano estaba al tanto de su presencia en Barcelona.

Pero le sorprendió y en fondo le alegra ver el mensaje que decía

Hey... ¿Recuerdas que me habías dicho
que iba de visita a Barcelona
serias mi guía?
Bueno...

¿Qué tal vernos hoy en el mirador de Montjuïc?

El cielo estaba lleno de estrellas, y la ciudad brillaba a sus pies,Kai tomó una profunda respiración cuando ambos estuvieron solos.

—Gavi, he venido desde lejos para decirte algo importante.... Me gustas mucho.

—Lo sé, jajaja de hecho sé todo lo que has hecho.

—¿Qué?

—Pedri me lo dijo, no preguntes como, pero... Es la primera vez que alguien hace todo eso por mi.

—Lo mereces... Bueno, es que yo, yo bueno... ¡Ah! Demonios, te amo.

Gavi rio para luego posar su cabeza en hombro de Kai, y así, bajo el cielo estrellado de Barcelona, Kai y Gavi compartieron su primera cita. Felix los observaba desde lejos, satisfecho de haber ayudado a su amigo a encontrar el amor.

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