*Narra Ai*

Gracias a Nami y a Robin conseguí dejar a Niebla en una residencia para gatos donde prometieron cuidar muy bien de él. Ahora ya podía relajarme un poco y disfrutar del fin de semana.

Ai-Siento ser tan pesada pero gracias por pagar la residencia.

Robin-No tienes por qué darlas, Ai-chan. Sabes que haríamos cualquier cosa por ti.

Nami-He de decir que no esperaba que tuvieses un gato.

Ai-Bueno, es una larga historia...

Durante el trayecto en coche a casa de Luffy, les estuve contando cómo "adopté" (por decirlo de alguna manera) a Niebla. Cuando acabé mi relato, ambas se miraron de una forma que no pasó desapercibida por mí.

Ai-¿Ocurre algo?

Nami-No, es solo que se me hace raro, como he dicho antes.

Ai-Ya, me dan miedo casi todos los animales pero es que no podía dejarlo en la calle.

Robin-Ai-chan tienes un gran corazón.

Ai-Yo no diría eso, es solo que me daba pena.

Nami-Y también mucha empatía.

Bajé la vista a mis dedos y luego la dirigí a la ventanilla para distraerme con el paisaje.

Robin-Ya estamos aquí.

Por lo que me habían contado mis amigas, Luffy y su familia tenían mucho dinero, al parecer eran actores muy famosos, sobre todo en Japón.
Bajamos del coche, cogimos el equipaje y nos dirigimos a la mansión de estilo contemporáneo.
El primero que nos recibió fue un joven de pelo rubio y cejas rizadas.

¿?-¡Nami-swan! ¡Robin-chwan! ¡Qué bien que estéis aquí!

Nami-Hola Sanji-kun.

Sanji-¿Y quién es esta bella damisela de aquí?

Parecía que le iba a sangrar la nariz de un momento a otro.

Nami-Robin, ¿por qué no acompañas a Ai a nuestra habitación?

Robin-Claro, sígueme Ai-chan.

*Narra Law*

Pude oír los gritos de emoción de Kuroashi-ya, eso significaba que Ai-ya había llegado. Me acerqué disimuladamente para saludarla pero cuando llegué al recibidor, ya se había ido.

Nami-A ver escuchadme todos.

La pelinaranja nos reunió a todos (a excepción de Nico-ya y Ai-ya) en el comedor.

Nami-Ai es una humana que desconoce nuestra verdadera forma así que para que no entre en shock, no quiero que habléis de nada relacionado con nuestros poderes ni con el One Piece.

Sabo-Eso va a ser complicado...

Portgas-¿Por qué no se lo explicáis tranquilamente?

Nami-Porque Ai es...Un tanto especial, sé que no reaccionaría bien...

O sea que tenía que ir con mucho cuidado, desde luego no era nada novedoso. Ningún humano se tomaba bien el hecho de estar ante un dios y en mi caso la reacción habitual suele ser peor, ya que soy el dios de la muerte y de la medicina.

Nami-Luffy sé que vas a hacer lo que te dé la gana pero por favor, intenta ser discreto.

Luffy-¡Entendido! Ni una palabra a Ai sobre el One Piece.

*Narra Ai*

Los dormitorios eran muy espaciosos, algunos tenían literas, otros camas individuales y otros camas de matrimonio. El nuestro tenía tres camas individuales, dos armarios y un escritorio.

Robin-Esta es nuestra habitación.

Ai-Soléis venir mucho por aquí por lo que veo.

Robin-Mas o menos, a veces nos reunimos en otras casas, depende de la ocasión.

Dejamos nuestras cosas más o menos acomodadas y bajamos al salón con los demás.
Mi mirada se paseó por el grupo de gente hasta que se encontró con la de cierto ojigris.

Robin-Chicos, esta es Ai-chan.

Todos se fueron presentando, al parecer éramos 13: Luffy, Zoro, Ussop, Sanji, Nami, Chopper, Robin, Franky, Brook, Sabo, Ace, Law y yo.
Comenzamos el fin de semana con un gran banquete, todo preparado por Sanji lo cual me sorprendió.
Al ser tímida, no tenía mucha intención de hablar durante la comida pero aparentemente llamé la atención de dos jóvenes.

Ace-Cuéntanos Ai, ¿de dónde eres?

Sabo-Sí, queremos saber más cosas sobre ti, apenas has hablado.

Law-No deberíais agobiarla con frases como esa.

Ai-Pues yo...

Sabo-Lo siento si te hemos incomodado, Ai. No era nuestra intención, ¿verdad, Ace?

Ace-Lo sentimos.

Ai-No pasa nada, es que soy bastante tímida y me cuesta abrirme a la gente...En cuanto a vuestra pregunta soy de España, ¿y vosotros?

Continuará...