9. Tierra

La gran masa de agua del mar atlántico impacto en Hebe cuando cayó al mar, se hundió un poco y luego salió a flote, la joven diosa nado hacia la costa y se dejó caer sobre la tierra, su rostro cayo en la tierra y cerró los ojos mientras con sus manos apretaba la tierra compactándola en su mano. Su respiración se volvió normal y se arrodillo, miro a su alrededor, había caído en una playa y no sabía dónde se encontraba, lentamente se levantó del piso y miro su vestimenta, ya no portaba su largo vestido, ahora estaba vestida toda de negro y en sus manos estaban cubiertas por una malla sin llegar a sus dedos, cerca de ella, tirados en el piso, estaban sus armas celestiales para destruir los demonios que vivían en la tierra.

Estaba la lira, el arco y las flechas. Las recogió y acomodo el caraj de flechas sobre su espalda y comenzó a caminar hacia el ruido que atrajo su atención, subió las escaleras llenas de agua y se detuvo mirando el lugar, parpadeo mirando hacia su alrededor.

Había muchos humanos caminando de un lado a otro, muchos de ellos tenían algo en su mano y hablaban hacia él, se preguntó que sería eso. Otros llevaban algo que les cubría los ojos y un humano paso cerca de ella llevando un animal con una correa.

En el cielo los únicos que llevaban correa era los unicornios.

Escucho música que provenía lejos de ella, curiosa comenzó a avanzar hacia el sonido y se detuvo cuando un automóvil paso a su lado, observo como las personas también se detenían a su lado y miraban hacia cierto punto, alzo sus ojos grises y miro hacia donde veían todos, era una luz roja y cuando paso a verde todos caminaron. Hebe camino por las calles hasta llegar a unos grandes edificios, en donde varias personas uniformadas pasaron a su lado y se internaron.

Un gran letrero de color verde y con letras atrajo su atención. Los Ángeles.

Frunció el ceño ¿Acaso los humanos sabían de su existencia? ¿O así se llamaría el lugar? Miro un grupo de personas que se dirigía hacia un lugar llenos de árboles tomados de la mano, cerca de ellos había un niño saltando mientras llevaba en sus manos un instrumento con alas y lo alzaba y lo bajaba como si volara. Se alejó de la calle y siguió caminando, escucho a una humana decir varias palabras extrañas pero la que más se le quedo en la mente fue "Halloween".

—¿De qué te vas a disfrazar este año para Halloween, Amanda? — pregunto una voz que pasaba a su lado, Hebe se giró mirando a dos humanos conversando mientras llevaban algo colgando de su brazo, era una bolsa.

Hebe siguió a las dos mujeres.

—Pensaba en un diablo— le contesto Amanda hacia su amiga.

—¿De diablo? — exclamo Hebe horrorizada, ¿Cómo podía pensar aquel humano disfrazarte de un ser tan ruin?

—Muy anticuado Amanda— regaño Helena negando con la cabeza— En todo caso mejor disfrázate de demonio.

—¿¡De demonio!?— exclamo más impactada Hebe.

¿Qué tenían los humanos en la cabeza?

—Nos vemos en la casa de Cesar más tarde— se despidió Amanda— Prometo buscar un buen disfraz para la noche.

Hebe observo como las dos humanas se abrazaban y luego cada una se separaban caminando por rumbos distintos, sabía que debía ir a otro lado para investigar y cuidar a un humano que estuviera en peligro de algún demonio, pero la curiosidad por saber que era el "Halloween" la invadió, miro a la humana de nombre Helena y la siguió por las calles de la ciudad.

Llegaron hasta un gran edificio y la humana entro al lugar, se acercó a ella y miro como la puerta se cerraba, se quedó estática e hizo una mueca, había perdido la oportunidad de saber que era el "Halloween", se recargo en la puerta y la traspaso cayendo dentro de la casa. Hebe se levantó del piso y miro el lugar, era extraño, había cosas que no sabía, paso su mano por una mesa y luego escucho ruidos arriba, en el techo, miro las escaleras y subió por ellas hasta llegar a la planta alta del lugar, escucho la voz de la humana que iba siguiendo y se adentró a su habitación.

—...Por favor madre, solo es una fiesta de disfraces— hablaba la humana por algo, Hebe la miro— Entiendo... si mama, nos vemos mañana.

Hebe observo como la humana arrojaba el aparato extraño sobre la cama y se cruzaba de brazos frente al espejo, miro como el rostro de felicidad que había tenido momento antes había desaparecido, luego, volvió a tomar el objeto y hablo.

—No me ha dejado...— negó mientras se sentaba en la cama, vio como asentía con la cabeza— Lo se Helena pero ya sabes cómo es mama...—la joven jugueteaba con sus manos y luego sonrió— Pero ella le toca guardia esta noche, puedo ir un rato y volver antes del amanecer.

Hebe la miro sorprendida, iba a desobedecer a su madre.

—Nos vemos haya— finalizo la llamada Amanda.

La sonrisa de Amanda se expandió, Hebe miro como salía de la habitación y se internaba en otro lugar.

—Humanos tontos— exclamo y negó con la cabeza— Por eso les pasa las cosas y uno tiene que salir de su comodidad del cielo— gruño.

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