23. Hijos de la noche

La noche ya había caído, las luces de las lámparas parpadeaban en la calle y luego una de ellas trono, Lucifer caminaba por las calles oscuras mientras miraba de un lado a otro comprobando que Hebe no lo seguía, llego hasta la calle llamada Piazza del Coloseo en la ciudad de Roma y entro al gran lugar, el coliseo era una gran construcción barroca de forma circular y destruida de un lado debido a un gran terremoto que había pasado en la ciudad.

El demonio entro al coliseo y se quedó en el centro de la construcción, las luces que alumbraban el lugar explotaron una por una hasta que solo quedo una prendida, en la luz prendida se observó una silueta que lo observaba, Lucifer se encamino y se arrodillo en el piso, alzo sus ojos negros mirándolo.

—Padre— hablo mirando, Asmodeo, el rey miro a su hijo detrás de sus ojos negros e intimidantes— He venido a tu llamado tal y como me lo has perdido.

Asmodeo era el rey de todos los demonios y padres de los mismos, villano director de Dios y amante de la noche.

—Espero que estés logando lo que te he mandado— la voz de Asmodeo era gruesa y carga de maldad, sus ojos negros miraron a su hijo y Lucifer asintió con la cabeza mirándolo.

—Lo estoy logrando padre, dentro de poco la hija de Dios será nuestra y cortaremos sus alas para convertirla en un demonio como nosotros— asintió con la cabeza mirándolo— Confía en mi padre, si tu no lo haces, pierdo todo.

Asmodeo estiro su mano y coloco sobre la cabeza de su mano negra y la figura humanoide de Lucifer cambio a su forma original, su cuerpo se volvió de color negro y sus facciones cambiaron y sus cuernos se curvearon más.

—Confió en ti hijo mío— Lucifer alzo sus ojos mirando a su padre— Tus hermanos me han contado, por órdenes mías te han seguido de cerca y gracias a ellos se todos tus movimientos y de esa...— soltó con repudio— Esa hija de...— la garganta de Amosdeo se cerró y sintió como ardía por dentro, no podría jamás decir el nombre de su enemigo pues le quemaba al intentarlo, hacerlo provocaría su autodestrucción, miro a hijo de nuevo— Lo lograras, porque eres mi hijo y confió en ti y que jamás me decepcionarías. Tampoco debe enterarse de la muerte de su padre— Lucifer parpadeo ante ello y quiso preguntar como había sucedido pero la mirada de su padre lo hizo callar, Amosdeo miro hacia el cielo— Le arrebataras las alas para dejarla en el mundo terrenal y tomaremos al fin el Olimpo.

Lucifer arrodillado frente a su padre asintió y luego Asmodeo se levantó alzando sus alas negras, varios demonios escondidos en el coliseo salieron y Lucifer miro a sus hermanos y hermanas, Asmodeo le dio una última vista a su hija y abrió sus grandes alas negras que llegaron hasta el piso y luego salió volando hacia el cielo perdiéndose entre las nubes espesas de la noche.

Una mujer se acercó a Lucifer y coloco sus manos negras sobre la piel de Lucifer, Lilith le regalo una sonrisa a su hijo.

—Confiamos en ti— hablo, los ojos negros de su madre lo observaban— Así como dios tuvo como salvación a Jesús nosotros te tenemos a ti, tu eres nuestros Jesús, Lucifer.

Lilith se alejó de su hijo y dio media vuelta, se impulsó y voló hacia el cielo, acto seguido los demás demonios comenzaron a volar alejándose del lugar, Lucifer miro como toda su familia se perdía de su vista, sus alas negras se cerraron y cuando la espesa neblina del cielo se desapareció miro la gran luna que se alzaba en los cielos rodeada de muchas estrellas y el ruido de la ciudad regreso a sus oídos como rompiendo un hechizo y regresándolo a la verdad del trabajo que debía cumplir y que le daba miedo fallar ante su familia y también a Hebe.

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