La luna blanca y brillante se alzaba sobre las calles de Paris, la torre Eiffel brillaba en la oscuridad y dos siluetas pasaron corriendo, sus siluetas se reflejaron en el pequeño lago y luego cruzaron la calle hasta llegar a las calles comerciales del Campos Elíseos, un lugar lleno de árboles en ambos lados hasta llegar a la principal avenida de Paris.

Hebe se detuvo y busco con la mirada a Demonio, miro a ambos lados y se escondió entre los árboles, algo cayo detrás de ella y Lucifer abrió sus grandes alas negras ante ellas.

—Eres mala para esconderte Hebe.

—Quedamos que nada de vuelo, eres un tramposo— lo señalo Hebe.

Lucifer sonrió ampliamente.

—Nosotros somos tramposos por naturaleza— le contesto— No me pidas que juegue limpio porque jamás lo hare.

Hebe iba a hablar cuando escucho música a su alrededor, era una melodía muy hermosa y muy fina, no tanto como las arpas y flautas mágicas del cielo. Hebe observo por la ventana a una pareja de humanos danzar dentro del establecimiento, se acercó lentamente y la luz amarilla le ilumino el rostro, sus ojos se abrieron con impresión, observo a los humanos dar vueltas y reír sin dejarse de mirar, en una de las mesas observo a un ángel sentado.

Era cupido.

El ángel cupido estiro su arco y una de sus flechas se encajó en la pareja, ambos enamorados se sonrieron y sellaron su amor con un beso, la mujer rio y coloco su cabeza en el hombro de su amado, ambos se observaron y sonrieron. El demonio se colocó al lado de Hebe y la miro de reojo, frunció el ceño al verla tan atenta y miro hacia la ventana, observo la pareja y soltó un "Oh"

—Enamorados— exclamo Demonios, Hebe soltó un suspiro soñador y sonrió— Cupido siempre juntando parejas— negó el ser moviendo sus cuernos— Que atrevido.

—Solo hizo lo correcto— hablo Hebe sin dejar de mirar a la pareja, ambos se acercaron a una mesa y comenzaron a platicar, Hebe dejo de mirarlos para ver al demonio— Que hermoso es el amor— exclamo y miro a Demonio— ¿Alguna vez te has enamorado Demonio?

Lucifer la miro.

—Nunca tuve la oportunidad—hablo mirándola— Traicione a Dios antes de tiempo, a mi padre— Hebe lo miro— Y fui desterrado del cielo y mandado a la tierra, pero preferí el infierno cuando el Diablo me ofreció la oportunidad de unirme a el— le sonrió— Soy un ángel caído.

Hebe lo miro, nunca creyó que el Demonio dejara que conociera un poco del pasado. La música llego a sus oídos y ambos miraron de nuevo a la pareja, Demonio se alejó de ella sin que se diera cuenta y cuando se giró a verlo se percató que no estaba a su lado, el demonio estaba en el centro de la calle mirando hacia el cielo, sus cuernos salían de su cabeza y su ropa totalmente negra hacia que su piel fuera más pálida, al haber sido una creación de Dios fue hecho a su imagen y semejanza por lo que no era como los otros demonios, lo contemplo por algunos momentos y luego se acercó a él.

—¿Alguna vez has bailado con un demonio? — pregunto Lucifer estirando su mano hacia ella, Hebe miro la mano y luego a el— Vamos, no te pegare la maldad con un pequeño baile.

Hebe tomo la mano del Demonio y ambos danzaron debajo de la luz de la luna, fueron movimientos muy lentos pero muy perfectos, Demonio hizo girar a Hebe y ella sonrió sin poder evitarlo, jamás había bailado y aquella nueva sensación era maravillosa, olvido quien era y de quien era hija y solo se concentró en el momento tan perfecto que la vida le estaba regalando, sus siluetas se reflejaron en un pequeño charco, ambos tomados de la mano y riendo, ambos con sus alas, una con su corona y el otro con sus cuernos.