17. Inframundo
El agua negra estaba llena de cadáveres flotantes mientras que Ares atravesaba las aguas malditas del inframundo, las almas de los humanos que su tío había intentado salvar permanecían debajo del agua y estiraban su mano fantasmal en busca de ayudados. Ares se encamino hacia el reino de las sombras, un lugar rodeado de soledad, frialdad y maldad, atravesó las rejas negras y miro a su tío Hades sentado en un trono de calaveras mientras sus ojos azules observaban con interés el cielo negro.
—Hola tío Hades— saludo Ares.
Los ojos azules eléctrico de Hades se colocaron en su sobrino y lo miro con sorpresa.
—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo has pasado las aguas malditas del inframundo? — cuestiono el hombre fingiendo preocupación por Ares.
—Me siento solo, no he podido divertirme como yo quiero y creí que podía venir a visitarte.
—Eres bienvenido a mi mundo hijo mío— asintió Ares con la cabeza— ¿Qué es lo que te preocupa? Sabes que puedes contarme lo que sea.
Los ojos de Ares se oscurecieron y se dio media vuelta dándole la espalda a su tío haciendo que su capa se moviera de un lado a otro con el frio viento.
—Mi padre no me quiere— contesto Ares sin mirar a Hades, el hombre sonrió lentamente y luego borro su sonrisa cambiando su rostro por preocupación cuando Ares de giro a verlo— Su vida gira entorno a Hebe y Apolo, desde que Hebe se fue se ha encargo de mandar ángeles para protegerla y saber cómo se encuentra, con Apolo es lo mismo, siempre está buscándolo y ni hablar de mi madre— soltó con enojo, luego miro a su tío— Es como si en la vida de ambos solo existiera Hebe y Apolo y me dejan de lado.
Ares se dejó caer en el piso frio y Hades se sentó a su lado, coloco su mano sobre el hombro del muchacho.
—Se lo que se siente ser desplazado de tu propio padre— Ares lo miro— Tu abuelo Crono siempre quiso más a tu padre y mis otros hermanos que a mí, me sentía solo y mi madre, la reina Rea siempre veía a mis hermanos por todo y a mí me apartaba— Ares frunció el ceño— Estas viviendo lo mismo que yo viví cuando era menor— negó con la cabeza alejándose de el— No entiendo a tu padre, él sabe cómo me hacía sentir nuestro padre con sus desplantes ¿Por qué ahora hace eso? ¡Claro! Como él sabe la verdad de Apolo por ende es su favorito y que no es hijo de tu ma...—se calló de golpe Hades.
Ares parpadeo y se acercó a su tío.
—¿Qué ibas a decir, tío Hades? — pregunto el joven rey mirándolo.
Hades se giró a verlo y negó con la cabeza.
—Nada— contesto el dios desterrado.
—Ibas a decir algo sobre Apolo— se acercó Ares hacia su tío, Hades lo miro— Tienes que decírmelo ahora.
Hades tomo las manos de su sobrino y se sentaron cerca del precipicio, los ojos azules del dios de inframundo brillaron bajo la oscuridad.
—No quería que te enteraras por mi Ares y debes prometerme que no dirás ni harás nada ante lo que te voy a decir— Ares lo observaba con ojos abiertos— Apolo...— se calló unos instantes y miro a Ares— Apolo no es hijo de tu padre.
Ares se zafo de las manos de su tío con rapidez y se levantó mirándolo, Hades imito el gesto de su sobrino.
—Mientes— negó Ares mirándolo— Dime que mientes...—Hades lo observo— ¡Dime que mientes tio!
Hades negó con la cabeza.
—Lo siento Ares, Apolo no es hijo de tu madre, Zeus tuvo una amante, Leto, la hija de los titanes Ceo y Febe.
Ares se dio media vuelta sintiendo como la figura perfecta de su padre se derrumba antes sus ojos, miro una última vez a su tío antes de huir del Inframundo, Hades intento detenerlo, pero no lo logro, cuando el dios del inframundo comprobó que su sobrino había partido, sonrió.
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