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-Esto era un secreto, pero te lo voy a decir -río Kai, acercándose. Cuanto más lo hacía, más descendía el tono de su voz-. Escogí está chamarra por el color de tus ojos.
La cajera dejó escapar una risita, para después indicarle cuánto era el total de la cuenta. Kai sacó el dinero y se lo entregó.
-Hey, quizás cuando tu turno termine podríamos ir a comer algo -continuó, usando el mismo tono de ligue.
La cajera tenía una expresión vacía en el rostro, que iba acompañada de una sonrisa plástica. Kai pasó su mano varias veces frente a sus ojos, que ya no lo estaban mirando. El encanto se había acabado.
-¿Y bien? ¿Qué tal te fue? -le preguntó Zane, que lo estaba esperando sentado en una banca fuera de la tienda.
Kai levantó los brazos y se encogió de hombros, con ironía.
-Odio ser un espíritu -comentó. Y eso no era novedad. Se dejó caer junto a Zane, derrotado-. No es como que seamos invisibles para los humanos, pero a veces es como si fuera así...
-Sólo no nos prestan atención, es todo.
Kai arqueó una de sus cejas. Ese era el problema. Era eso lo que lo molestaba. Muchos Dioses y espíritus habitaban el mundo mortal, pero los humanos pasaban a sus lados como si fuesen simples postes de iluminación en los que no valía la pena fijarse. Era una condena maliciosa a la que estaban destinados a soportar.
Aunque, por lo visto, Kai era el único que parecía tener un problema con eso.
-¿En dónde están los demás? -preguntó Kai, después de un rato de silencio incómodo.
-Fueron a buscar trabajo.
Kai se enderezo en la banca y clavó sus ojos color ámbar en Zane.
-¿Cómo? ¿A buscar trabajo? -repitió, incrédulo-. ¿Para quién?
Eso era nuevo. De todos, era el ayakashi más "nuevo". Por más que le había insistido a Lloyd en que buscaran una manera de recibir recursos monetarios desde que lo conoció, sus sugerencias no habían dado sus frutos, porque Lloyd parecía aferrado a que alguien comenzaría a venerarlo de nuevo.
-Para todos nosotros -respondió una voz conocida para los dos.
Era Cole. A su lado, estaban Lloyd y Jay.
-Hay muchos vacantes en este centro comercial -continuó el pelinegro, lanzándoles a Kai y Zane varios papeles con información de los locales-. Escojan.
-¿Qué pasó con lo de "un Dios espera creyentes, no los crea"? -preguntó Kai, citando a Lloyd.
El mencionado esbozó una sonrisa socarrona.
-Cambio de planes.
...
El trabajo de Lloyd era de los más difíciles de todos. Sus turnos duraban más horas que los de los demás, pero valía la pena la paga, o eso había escuchado. Por fortuna para él, el restaurante de comida rápida estaba desesperado por contratar personal, así que su curso de instrucción resultó muy corto y, además, pudo comenzar a trabajar enseguida.
-Sólo ponte tu uniforme y ve al mostrador -le pidió el gerente.
Lloyd, como todo buen empleado, lo obedeció. Trazó un plan en su mente. Escalaría puestos, recibiría más paga y con el dinero podría volver a construir su Templo. Así las personas volverían a rezarle.
Sus planes se desmoronaron al ver quién era su compañero. Se trataba de un chico de cabello azabache a los hombros y una mirada afilada color esmeralda.
-Morro -siseó Lloyd.
-Tú -lo imitó el ayakashi, entrecerrando los ojos.
-¿Qué haces aquí?
-¿Qué haces tú aquí? ¿Ahora eres el Dios de la grasa? -se burló Morro, para enseguida reírse con su propio chiste.
Lloyd le hizo entender lo mala que había sido su broma con una sola mirada.
-¿Tus Dioses ya se cansaron de ti? -el rubio le regresó el golpe, con descaro.
Surtió efecto. Morro rechinó los dientes. Por supuesto, no iba a decirle a Lloyd que necesitaba el dinero para poder vivir. Morro era un Nora, después de todo, un ayakashi con varios amos. Garmadon era sólo uno de ellos. Iba de Templo en Templo, como un vagabundo limosneando misiones.
-Supongo que esto sólo se decidirá de una forma -dijo Morro.
-Concuerdo.
-El que llegue a ser empleado del mes podrá trapear los baños con el uniforme del otro.
-Es lo justo -accedió Lloyd, igual de serio.
Su prueba estaba por dar inicio. Los primeros clientes comenzaron a hacer fila delante del mostrador. Ambos se giraron hacia ellos, esbozaron sonrisas radiantes y usaron un tono de voz tan amable que empalagaba:
-¡Bienvenido a Nin-Donald's! ¿Qué desea ordenar?
...
El día transcurrió del asco para los dos. Morro no tenía paciencia para tratar con la gente y, en más de una ocasión había estado a punto de gritarles cosas indebidas. A Lloyd le había tocado lavar los baños. Morro se burló al ver a su superior darle a Lloyd un trapeador. Sus risas se terminaron en cuanto el gerente le dio una espátula de metal.
-¿Y ésto? -preguntó. Siempre era un grosero, pero esa tarde en especial estaba de muy mal humor.
Al gerente, que no le había gustado su respuesta, sonrió fingiendo alegría.
-Vas a tallar los chicles debajo de las mesas.
Morro casi estalla al escucharlo. Respiró profundo y contuvo su ira. Necesitaba el dinero.
Cuando por fin terminaron, ya comenzaba a oscurecer. Ambos se cambiaron sus uniformes y se despidieron del gerente. Lloyd estaba por ir a esperar a sus ayakashi, Morro lo sometió por detrás y lo estrelló contra la pared. Por fin podría desquitar su ira contra algo.
-Déjalo en paz.
Morro miró a su izquierda. Los cuatro ayakashi de Lloyd estaban ahí, de brazos cruzados. Dejó escapar un gruñido y soltó a Lloyd. Una pelea de cuatro armas benditas contra una sola no era justa. Además, Morro no se encontraba con muchas fuerzas después de tener un día tan pesado.
-Nos vemos mañana, compañero -le dijo a Lloyd, escupiendo la última palabra.
Los chicos se acercaron con Lloyd y lo ayudaron a ponerse de pie.
-Supongo que hay que buscar otros trabajos -comentó Zane.
El rubio se giró hacia sus amigos enseguida.
-¿Los despidieron?
Las reacciones nerviosas de parte de ellos confirmaron sus sospechas.
-Kai destruyó la botarga -lo acusó Jay, como si nada.
-Me daba picazón -se excusó el castaño-. Pero a Jay lo despidieron por gritarle a las personas...
Lloyd miró a Cole y Zane, esperando que ambos revelaran por qué los habían despedido de sus trabajos, pero ninguno quiso decir nada.
-¿Y ahora qué? -preguntó Kai.
Jay esbozó una pequeña sonrisa, que hizo temer a los demás.
-¿Han escuchado de los cafés temáticos?
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Revisando mis historias me di cuenta de que ya tenía esto escrito y sin publicar
(*ノ∀'*)
Estoy subiendo muchas cosas hoy, pero prefiero hacerlo antes de que se me olvide 😅
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