capítulo 4

- Esta bonito el lugar – decidí romper el silencio.
- Cuando lo compre hace algunos anos no era ni la sombra de lo que es hoy. Estoy satisfecho con el resultado.
- Dices que acabas de llegar de un viaje de negocio. No estas cansado.
- Para ti nunca principessa
Bajé la cabeza nerviosa y desvié mi mirada al suelo.
- ¿No te gusta que te llame así?
- Si, no es eso. Nuca nadie me había llamado así, ni así ni nada cariñoso.
- Pues deberías acostumbrarte ya te dije que tengo pensado consentirte y hacerte sentir como una diosa.
Ya había leído esas palabras antes, pero una cosa es leer y otra escucharlo de su boca, nerviosa volví a bajar la mirada y coloqué un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
- No hagas eso.
- ¿Que?
- Bajar la mirada y jugar con tu cabello. Mirarme a los ojos cuando te hablo, porque cuando haces eso me dan deseos de hacer algo con esa manos que ningún caballero debería mencionar a una dama en su segundo encuentro
El calor subió a mis mejillas y se tornaron rosa.
- Te vez hermosa así, inocente, sonrojada. Un alma pura.
- No soy inocente- me defendí.
- Tal vez no, ero comparado con el sucio mundo donde vivo, ere el alma mas acendrada que e visto.
- ¿Cuál es ese mundo? - investigue.
- - uno que no es hora de que conozcas aun, por eso voy a llevarte ahora a tu casa si me lo permites.
Me decepciono no recibir una respuesta a mi pregunta, pero mas me decepciono que quisiera llevarme tan pronto a mi casa, cuando acaba de llegar y la noche era joven aún. Pero no dije nada y simplemente realicé un gesto afirmativo con la cabeza.
Salimos del local y un coche nos recogió. Nos sentamos en los asientos de pasajero y fuimos el viaje en silencio. Cuando llegamos fui a bajar del coche, pero él no me lo permitió. Como el caballero que salió primero y abrió mi puerta extendiendo su mano para ayudarme a baja.
Me acompañó hasta la puerta principal. Nos quedamos en silencio durante cinco minutos.
- Gracias por traerme. – dije al fin.
- Gracias a ti por permitírmelo. Me gustaría invitarte a cenar mañana. ¿Estas disponible?
- Sí – conteste un poco mas emocionada de lo que me hubiese gustado demostrar, así que rectifique y un poco más calmada agregue- sí, me encantaría.
- Perfecto, paso mañana a las siete a recogerte.
Se marchaba cuando le llame. Paro y giro para verme. Lo alcance a punto de subir al coche y sacando un bolígrafo de mi cartera tome su mano y anote mi número.
- Este es mi teléfono, puede escribirme si lo deseas.
- Gracias prometo que lo hare-  miro el reloj, se despidió nuevamente y se marchó.
A penas pude coincililiar el sueño en toda la noche. Así que cuando desperté me veía terrible. Quise cancelar la cita, pero luego recapacite y desistí, quien sabe cuando lo podría volver a ver, parece un hombre ocupado.
Dediqué mi mañana a intentar mejor mi rostro, pero aún las ojeras resultaban claramente visibles. Luego llegó la incertidumbre del que me pondré,  se supone que es una cita y que vamos a cenar, pero al no saber el lugar la indecisión me estaba matando.
Al final luego de horas, me decidí por un vestido formal y elegante que se adecuará a cualquier ambiente. Use un poco más de maquillaje del que estoy acostumbrada para esconder los estragos de la mala noche.
Cuando estuve lista tomé mi cartera y salí de la habitación, realicé una corta parada en la cocina a beber un baso de agua y me encontré con Toni preparando un emparedado.
—Hola Toni.
—Hola pesada— saludo sin mirarme aún de espaldas, preparando su comida. — Oye,  que sabes de mi hermana, no esta en casa la llamé anoche y no contesta.
— Anoche salimos, debe haberse quedado con Matías en su casa. No te preocupes.
— A donde … — termina con su comida y gira , casi se le cae el plato al verme. — joder Hela que estás para bellísima, es más si no te conociera y sabría lo fastidiosa que eres hasta podríamos ligar.
— ¿Se supone que eso es un elogio?— arquee una ceja.
— A mi manera, si. En serio te ves bien. Deberías maquillarte más a menudo.
— Gracias, tengo una cita.
— En serio — cruzó los brazos y obtuvo esa postura de hermano mayor y sobreprotector que le he visto tantas veces con mi amiga. — y se puede saber a donde vas o con quién. 
— Voy a encontrarme con un hombre guapísimo y educado.
— Espero que no sea el como último.
— No, Stefano es diferente.
Mi móvil sonó en la cartera notificando in mensaje.
— ¿Stefano? De donde lo conoces. Hela — Toni llamo mi atención que no lo escuchaba por estar inmersa en el mensaje .
Principessa ya estoy fuera esperándote. Podrías honrarme con tu encantadora presencia y deleitar mi velada.
— Me voy Toni,  ya vinieron por mi.
— Hela, no conoces a este tipo, ten cuidado.
— Si, si. No te preocupes.  Un beso te quiero.
Salí  así corriendo hasta la puerta, tome unos segundos para arreglar mi vestido, retocar el maquillaje y asegurarme de que todo estuviera bien y entonces abrí la puerta y salí.
Él estaba de pie junto a su auto, usaba una camisa blanca de lino, con las mangas dobladas hacia arriba tres cuartos.  Sus ojos grises recorrieron cada parte de mí cuerpo y me sentí desnuda ante su mirada.
— Hola — salude nerviosa.
— Buona notte principessa — tomo mi mano y beso mis nudillos. Una corriente eléctrica recorrió mi piel cuando sentí sus labios tocar mi piel. —Espero que disfrutes tanto esta noche en mi compañía que no puedas olvídame nunca.
Abrió la puerta del coche y me ayudo a entrar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top