Capítulo 6

Dionisio se despertó de golpe como si el aire estuviera regresando a sus pulmones y a la vez saliendo de él a la fuerza.

«Respirar, estoy respirando», se dijo tratando de calmarse y regular su respiración mientras miraba a las personas alrededor suyo. 

—Bienvenido, sabes... Por poco te perdemos —le dijo la chica a lado de Hades con un tono cansado— No lo vuelvas a hacer, es agotador mantener con vida a una persona que quiere morir.

—Macaria...

—Esa soy yo —confirmó la chica al susurró que había salido de sus labios sin darse cuenta.

Él conocía a la chica, al menos de vista. Ella iba a su instituto y era, según los rumores, una persona bastante noble, pero retraída.

—Tomate tu tiempo, luego podrás hacer las preguntas que quieras —le aconsejó seguramente viendo las dudas en su rostro, pero Dionisio no tenía tiempo para eso.

Menos mientras a su mente llegaba todo lo sucedido y lo que lo hizo despertar.

—Acci... ¿Do... Dónde esta? —preguntó entrecortado a Hades que miró a Macaria en lugar de responderle.

—Déjanos solos.

—¿Estás seguro?

—Tan seguro como puedo estarlo en este estado —le respondió el chico logrando que la chica hiciera una mueca por ello— Esto es algo que debo hablar con él a solas.

Macaria asintió aún cuando no se veía muy convencida de ello, poniéndolo nervioso.

Cuando los dejó solos Hades miró a Dionisio preocupado, por lo que la ansiedad con la que ya había despertado aumentó.

—¿Esto es otra ilusión?

—No. No es una ilusión —le dijo Hades— Es la vida real y esta duele más que una ilusión —le recordó haciendo que se alterara.

—¿Dónde esta Acci?

Dionisio solo había despertado por él, por su amigo y porque sabía que aún lo necesitaba. No podía abandonarlo.

—Dijiste que estaba vivo —le señaló Dionisio, que ya estaba más estable, a Hades mientras por su mente cruzaba la idea de que el hermano De Santis le hubiera mentido— Me dijiste que estaba vivo.

—Y lo está —le confirmó el pelinegro— Acetes está vivo.

—¿Qué es lo que no me estas diciendo? 

Él podía sentir en sus huesos que Hades se estaba guardando información y no le gustaba, no precisamente porque hiciera aquello sino porque en ese momento esa información involucraba a una de las personas más importantes en su vida.

—Dime.

—Acetes está vivo —repitió Hades—, pero no por mucho —agregó mirándolo con pena— Cuando los encontramos a ambos él estaba en un estado crítico por una herida de bala que hasta donde se le atravesó cerca de la caja torácica —le informó.

Dionisio recordaba el sonido ensordecedor de la bala antes de perder la conciencia, el cuerpo de Acci en el suelo con la mirada perdida y la sangre esparciéndose a su alrededor.

—¿Dónde está? ¿Dónde está Acci?

—En el hospital central del pueblo —le respondió el pelinegro sin ninguna emoción en su voz.

—Entonces ayúdame a ir a verlo, no te quedes ahí parado y ayúdame —le medio ordenó mientras trataba de ponerse de pie; sin embargo, aquello fue una misión imposible, porque ni sus brazos ni sus piernas cooperaban con sus movimientos.

—Lo haré, pero, Dionisio, debes entender lo que te estoy diciendo...

—Te escuché perfectamente.

—Su estado es crítico, los doctores...

—No, detente ahí —le pidió. Él sabía a dónde de dirigía Hades y no quería escucharlo.

—Esa es una posibilidad —agregó Hades como ignorando su pedido.

—Tú puedes evitarlo, eres el dios de la muerte, seguro puedes hacer algo. Lo hiciste conmigo —le recordó.

Él debía encontrar una solución para salvar a Acci.

—Es distinto, Dionisio —le dijo el pelinegro— Uno de los míos ahora esta manteniendo apenas a Acetes, pero es difícil porque él no esta ligado a mí, no me debe lealtad y siendo humanos una conexión es más fuerte que un poder —agregó— Tu amigo tiene una conexión profunda contigo y eres tú quien puede sacarlo del estado en el que se encuentra.

—¿Cómo?

—Tú sabes como, Dionisio —le respondió Hades— Haz aceptado la verdad en tu mente, pero no haz hecho nada para abrazar quien eres en realidad.

—No es tan facil —se quejó— No... Solo... ¿No hay otra manera? Quizá ambos podamos ir a verlo y...

—Tú no puedes ir a verlo, no visiblemente al menos —le advirtió confundiéndolo.

—¿Por qué no?

—Porque cuando fuimos a dejarlo al hospital nos enteramos que alguien puso una denuncia sobre ti —le dijo molesto— Te acusaron de ser el que le disparó a tu amigo.

—¿Qué mierda? —gruño Dionisio molesto.

¿Quién diablos haría eso? Y ¿Por qué lo haría? ¡Demonios! Él solo era un adolescente y no había jodido la vida de nadie durante toda su vida.

«O al menos esta vida», susurró su inconsciente.

Joder. ¿Es que acaso no iban a poder seguir adelante olvidando el pasado? Él ni siquiera lo recordaba y como Hades amablemente le había señalado no ha hecho nada para recuperar esos recuerdos y con ello, según Hera y los demás, algunos de sus poderes, pero Dionisio no los quería o al menos no hasta ese momento que la ira empezaba a consumirle.

No solo Acci estaba herido, sino que tampoco podía ir a verlo y al no tener sus recuerdos no podía ayudarlo.

—¿Quiénes dispararon?

—Por lo que sé, parece que fueron los escorpiones —le respondió Hades—, pero no es seguro, además esta el hecho de que dudo que Afrodita hubiera dejado que eso pase.

—Afrodita esta de lado del bando contrario —le recordó Dionisio al pelinegro enfurecido de pensar que la chica hubiera sabido de eso, que hubiera dejado que suceda eso—, además, por si no recuerdas, ella ya ha matado.

Y no le tembló la mano.

Dionisio al igual que los demás había acudido al acantilado donde la pelirroja le ordenó a Aura tirarse sin una pizca de remordimiento. Claro, él y ella tenían un buen acuerdo, pero si su bando había lastimado a Acci ese trato se iba por la borda porque no le perdonaría a nadie que lastimara a su mejor amigo.

—Cierto, y me preocupa.

—Pues a mí no.

Dionisio estaba terminando con todo lo que lo relacionara cada una de las personas que solo lo habían buscado por interés. 

No iba a ayudar más a Hera, Athenea, Afrodita o quien sea que se lo pidiera, el que lo hubiera hecho antes solo puso en peligro a la persona más importante para él y no estaba arriesgándose de nuevo. Ahora sus prioridades cambiaban porque mantenerse casi al margen de la mierda que los estaba rodeando obvio no estaba funcionando.

—Ella eligió su camino y bando así como cada uno de nosotros lo hará—le dijo a Hades.

Hasta el momento solo habían dos personas que no habían tomado un bando. Zeus y él.

El ex de Hera no había aceptado la verdad aún cuando sus hermanos lo hacían, negándose a creerlo y culpando a la rubia de inventarse excusas baratas para alejarse de él, destruir su vida y su relación. Mientras que Dionisio simplemente quería disfrutar un tiempo más largo de la ignorancia de esos problemas teniendo suficiente con Carlo en su vida.

«Pero no más», se dijo tomando una decisión que probablemente cambiaría todo en su vida a partir de ese momento.

—Ellos eligieron a quien seguir, así como yo lo haré.

Quizá estaba pecando de impulsivo, pero no tenía tiempo para seguir la moral y reglas de Athenea, tampoco quería ir con el orgullo y despecho de Artemisa, mucho menos con el resentimiento y traición de Afrodita, no, lo que él necesitaba era un equipo que le cuidará las espaldas, que lo ayudará a salvar a Acci y que no lo traicionara.

—Me uno a tu banda, me uno a los perros del infierno.

Las palabras salieron como una promesa hacia Hades que aunque no cambió su expresión sus ojos mostraron una ligera sorpresa mientras el aire a su alrededor empezó descender hasta sentirse como una brisa glacial mientras que miraba a los ojos del peligro que poco a poco cambiaron hasta tornarse totalmente negros. Fueron unos segundos, pero fue suficiente para hacerlo temblar; sin embargo, no se iba a echar para atrás.

No era solo su vida en ese momento la que estaba en juego y si alguien podía ayudarlo con ese punto era Hades, él mejor que nadie podía orientarlo después de todo como se lo dijo el día anterior cuando le preguntó por qué era que estaba tan tranquilo afrontando todo el desmadre que tenían.

—Lo digo porque fui el primero en recuperar sus recuerdos.

El pelinegro era el mejor aliado en ese momento. Alguien que cualquiera quisiera tener en sus filas y que ninguno podía aun convencerlo de formar parte de ellas.

—Bienvenido a la familia —le dijo Hades con sus ojos de vuelta a la normalidad y extendiendo su mano hacia él.

Dionisio asintió, pero no sintió satisfacción o calidez en aquello, porque no era algo que hubiera hecho normalmente de no ser por lo que sucedió.

—Ahora estás bajo mi protección y haremos lo necesario para salvar a tu amigo —prometió y él asintió, eso era lo que más le importaba después de eso solo quedaba una cosa que él no olvidaría y no dejaría que nadie más lo haga.

También era un dios y había que temerle.

***

Y CHAN CHAN CHAN...

Dionisio se unió a los perros del infierno (si lo sé, re original) ¿Quienes creen que confirmen esta banda con Hades? ¿Quién creen que sea Macaria? ¿Cuál será su papel en esta historia? ¿Qué estará pasando con Acci? ¿Sobrevivirá hasta qué Dionisio llegue con la ayuda?

Todo eso y más en los próximos capítulos.

¡No se lo pierdan!

NO olviden dejar sus votos, comentarios y compartir si les esta gustando la historia.

Muchas gracias por su apoyo.

Ay revoir!!!

Los quiero!!!

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