Capítulo 2
—Happy Birthday to you, happy birthday to you, happy birthday, happy birthday... Happy Birthday to you...
Las letras eran acompañadas de la suave voz de la persona frente a mi escritorio que se encontraba con un pequeño pastel entre sus manos con la vela encendida, que era la única luz del lugar.
—Sorpresa —le dijo la chica en su oficina con una sonrisa mientras Dionisio se acercaba a ella.
El pastel era de crema blanca con chispas de chocolate, uvas en la parte como decoración al igual que en la base y su nombre estaba compaña do de muchos corazones.
—Cursi.
—Lo sabemos —dijo alguien a su espalda y él no tuvo que girarse para saber quién había entrado—, pide un deseo — le pidió Acci cuando se puso a lado de Demeter que sonreía emocionada y alzaba el pastel en su dirección.
—Ac tiene razón, debes pedir un deseo.
—No siquiera recordaba que era mi cumpleaños —admitió riéndose.
Nunca le había tomado mucho interés a ese día desde que falleció su mamá, además siempre eran Acci y Demeter quienes se encargaban de recordárselo, normalmente era más temprano que ese día.
—Bueno debes pedir uno antes de que sea medianoche —le dijo la chica piniedo el pastel a la altura de su mentón—. Un deseo.
—Deseo seguir teniéndolos en mis cumpleaños —susurró antes de soplar las velas y escuchar los quejidos de ambos chicos.
—No... Así no...
Acetes prendió las luces y su rostro enfurruñado le dio risa. Mientras que Demeter hacia pucheros molestos.
—Ahora no se va a cumplir —se quejo la chica y Dionisio negó manchandose el dedo con crema antes de ensuciar la nariz de su amiga.
—Estoy seguro que se va a cumplir —les dijo—, sino son ustedes quienes me hacen recordar esta fecha no será nadie más —y esa era la pura verdad.
A pesar de todo lo que había sucedido en su vida siempre eran ellos quienes le daban sentido a ese día, los que lo hacían especial y que sin importar donde estuviera se encargaban de celebrarselo.
—Si no estoy el próximo año para tu cumpleaños recuerda que es tu culpa por pedir tu deseo en voz alta —le señaló Acci y Dionisio todo los ojos.
Los deseos de cumpleaños para él eran algo que pedías al destino con la esperanza que se cumpliera, algo que normalmente le decían a los niños para que sintiera que ese día era mágico. Mientras que la realidad era otra, los deseos de cumpleaños no existían para cumplirse, uno mismo tenía que trabajar por ellos y Dionisio dudaba que el suyo no se cumpliera.
—Si no estas el próximo año prometo que no volveré a pedir un deseo en voz alta —se burló.
—Demeter graba eso —le ordenó el chico acercándose a su amiga, la única de los olímpicos que nunca lo había abandonado.
Ambos siempre habían estado más unidos entre ellos y Acci que con los demás, en especial desde que se había revelado la verdad, un tema que tanto Demeter como él evitaban, aunque ella por llevar la fiesta en paz estaba con el equipo de Athenea, al menos de nombre.
«Y es lo mejor», pensó mientras la miraba cortar el pastel y jugar con Acci. Sea como sea, para él, Demeter necesitaba protección, la chica era demasiado buena y hogareña como para estar en una guerra, por lo que el estar del lado de Athenea era lo mejor.
Después de compartir un momento juntos regresaron a atender el bar y Demeter estuvo con ellos hasta que cerraron bastante entrada la madrugada y Acci pudo ir a dejarla a su casa.
A diferencia de Dionisio, el chico vivía más cerca de ella por lo que dejarla era solo un paseo y algo que no causaba problemas, mientras que él apenas podía abrir los ojos.
Mientras manejaba a su propio lugar solo deseaba llegar a su cama y poder dormir.
El bar había tenido una noche más movida que las anteriores, aunque aquello era bueno para el negocio su cuerpo protestaba en ese momento.
Él era mejor dando las más divertidas noches en Dangeorus, bailes, tragos, cotilleo, su bar lo tenía todo; sin embargo, Dionisio no podía disfrutar de ello, no mientras estuviera a cargo, ni porque fuera su cumpleaños, que ya no era.
«Jodida vida».
Le encantaría relajarse y ser uno de los tantos que iba a su bar a olvidar y pasar un buen rato, lamentablemente eso no estaba en su lista de cosas más importantes por hacer.
«El dios de la fiesta que apenas se divierte».
¿Como demonios habían acabado así? En su mente los dioses tenían más orgullo de lo que ahora demostraban.
Athenea le había dicho que lo hicieron para sobrevivir, ya que, los humanos estaban olvidándolos y esto era como un renacimiento para todos, para volver a ser dioses.
«Un gran riesgo para una gran recompensa», se había burlado cuando la castaña le dijo eso, era tan estúpido que creyeran que eso podía funcionar; sin embargo, Apolo lo había confirmado y si de alguien no dudaba era de él. El chico tenía una manera tétrica de acertar en las cosas.
—¿No es muy tarde para llegar?
Lo que le faltaba.
—¿No es muy tarde para que estés despierto a tu edad?
—No estoy tan viejo —le respondió el hombre desde el sillón donde estaba sin siquiera molestarse o alterarse por su pregunta—, y tú aún no eres mayor de edad para llegar a la hora que quieras.
—Lo que digas —le dijo desestimando su comentario con una mano y girándose para seguir su camino.
Lo último que quería para esa noche era tener que hablar con Carlos, su tutor, y fingir ser cordial solo para no levantar sospechas de sabía que el imbécil quería robarle todo lo que sus padres habían obtenido con mucho esfuerzo.
—No he terminado, Dionisio.
—Pero yo sí —le señaló—, estoy cansado y lo que menos quiero ahora es escuchar uno de tus sermones.
«De tus mentiras», se moría por decirle, pero no era el momento.
—Eres un niño, un bar no esta hecho para ti.
—La gente piensa lo contrario —le recordó—. Además tengo el nombre del dios más fiestero de toda Grecia ¿Cómo podría no estar en un bar?
Carlo negó acostumbrado a su sarcasmo.
—La vida no es solo el nombre que llevas, es lo que haces, lo que quieres hacer.
—Entonces no te metas y deja que haga lo que quiero —le respondió Dionisio cansado y molesto por si quiera pensar que Carlo se preocupaba por él al decir eso.
A veces, solo a veces olvidaba que el hombre era un total vividor.
Siempre, delante de él y de los demás actuaba de una manera tan educada, tan noble, tan empática que era difícil no estar de acuerdo con él, o al menos eso fue hasta que descubrió que quería enviarlo lejos de su pueblo y quedarse con el bar de su familia.
Primero muerto.
Harto de sus propios pensamientos subió a su propio cuarto y dejó a Carlo solo aún cuando este lo llamaba por su nombre.
—¡Dionisio! —fue lo último que escuchó antes de cerrar su puerta de un golpe y ponerle seguro.
Sabía que Carlo no entraría a su habitación y no continuaría hostigándolo hasta la mañana siguiente que saliera de esas cuatro paredes, de las cuales no saldría si no tuviera responsabilidades.
—Maldita vida —gruñó molesto antes de acercarse a su mesa de noche y sacar de uno de los cajones una botella de vino.
Vino, de todas las bebidas del mundo justo esa tenía que ser su favorita.
«Otra coincidencia más», se burló en su mente mientras se servía una copa.
No es que él fuera un alcohólico, claro que no, pero de vez en cuando y desde hace un año, más o menos, necesitaba sentir aquella bebida en su sistema, en especial si tenía un día que lo agotaba psicológicamente.
«Ni siquiera recordó mi cumpleaños».
No es que esperará algo distinto, pero de todas maneras picaba que no lo recordará, o que si lo hacía siempre sería una semana después, ya que, nunca estaba en casa para esa fecha.
Dejando la botella a un lado empezó a disfrutar su bebida, centrándose en el sabor y comparándola con otros tanto tipos de vinos que había probado y que dentro de él quería mejorar.
Viticultor. De no tener la responsabilidad del bar, aunque no se estaba quejando de tenerla, a Dionisio le hubiera gustado crear un viñedo y fabricar vinos, los mejor vinos de su pueblo, del país y del mundo.
«Un sueño, un simple sueño», pensó soltando un suspiro.
—¿Qué tan estresante fue tu día que necesitas una copa?
Y su noche no acababa.
Dionisio dudaba que Athenea tuviera tantas visitas como él las tenía.
Lo malo de ser la fuente de la fuente donde llegaba la información.
—¿Qué quieres?
—¿No puedo venir solo a visitarte por mi buen corazón?
—No —ni siquiera dudo cuando respondió. Él conocía a su inesperado visitante a la perfección por lo que estaba seguro de que si estaba ahí era por algo más— ¿Entonces? ¿Qué quieres saber ahora?
—¿Qué hablaste con Afrodita?
Un suspiro escapó de sus labios al escuchar el nombre de la pelirroja que era el centro de atención de todos, lo quisiera o no, para bien o para mal, era el punto al que todos miraban por precaución y preocupación.
—Ni siquiera preguntaré como sabes que hablé con ella —murmuró girándose a ver al chico con él—. Afrodita no hizo nada más que dejarme una advertencia para Artemisa y sus cazadoras.
—¿Qué más?
—¿A qué te refieres?
—Sé que hay algo más —le dijo su acompañante— ¿Me lo dirás?
—¿Como estas tan seguro que hay algo más?
—Porque te conozco y sé que no le dirás todo a Athenea. No confías en ella.
No, no lo hacía.
La chica era una recién llegada y por la cual, según tenía entendido, había despertado todo ese desmadre que estaban viviendo, no es que la culpara, pero de todas maneras era chocante. Sobre todo cuando estaba poniéndose al mando de lo que pasaba dejando de lado a Hera, que estaba siguiéndole un juego que aún no lograba entender y del que probablemente solo Ares tenía idea, ya que siempre miraba a su alrededor con recelo.
—Se trae algo entre manos y no sé porque creo que tiene que ver con Hera —confesó—. Hubo una parte donde dijo que ella conocía más a Hera de lo que Hera la conocía a ella.
—Eso probablemente sea verdad.
—Sí, pero sentí como que me estuviera ocultando algo.
—Eso muy probablemente sea verdad.
—Y además sigue enamorada de Hefesto.
—Eso en definitiva es verdad.
—¿Estas tratando de ser gracioso? —preguntó Dionisio al chico que se encogió de hombros con una sonrisa burlona—. No entiendo como estás tan tranquilo con todo esto.
—He tenido años para prepararme psicológicamente para esto —le respondió—, y preparé a una líder para afrontar lo que viene.
Dionisio no dudaba de eso.
Aunque no hubiera sabido la verdad hasta hace unas semanas siempre supo que había algo más en la amistad entre el chico y Hera, si es que podía considerarse así, demasiadas conversaciones secretas como para que no fuera nada.
—¿Lo dices por qué supuestamente eres el más poderoso de todos?
—Lo digo porque fui el primero en recuperar sus recuerdos.
Ahora ese era un dato interesante.
—¿Cómo?
—Esa no es una historia para ahora —le respondió el chico—, pero tengo una propuesta para ti.
—La respuesta es no.
Dionisio ya sabía a que iba eso y no estaba a favor de aceptar lo que su "amigo" ofrecía por muy tentador que fuera.
—Y deja de insistir.
—La oferta sigue en pie por si cambias de opinión —ofreció su acompañante acercándose a la ventana—. No siempre estarás tan tranquilo como ahora, Dionisio —le advirtió—, los tiempos están cambiando y deberás tomar un curso de acción más activo —agregó.
El silencio los envolvió a ambos hasta que su acompañante suspiro— Que tengas dulces sueños y feliz cumpleaños —le dijo antes antes de salir por su ventana.
A Dionisio no le sorprendió el saludo, por lo que, terminando su copa se acercó al lugar por donde había saltado el chico mirando a la oscuridad de la noche que pronto acabaría trayendo consigo nuevos cambios.
—Lo sé, Hades, lo sé —murmuró recordando la advertencia que le había hecho antes de alejarse y dejar la copa en su mesa de noche para recostarse en su cama dejándose arrastrar por el sueño que amenazaba con noquearlo en cualquier momento.
***
A qué no se esperaban eso xd
Hades apareció, por fin, y el fue el primero en recuperar los recuerdos de su era como dioses.
¿Cuáles creen que sea los motivos de su silencio? ¿Por qué ayudó a Hera? ¿Por qué la chica guardo el secreto? ¿Cuál es la oferta que le hizo a Dionisio?
Todo eso y más en los sgtes caps xd
Así que no se lo pierdan xd
Muchas gracias por su apoyo. No olviden dejar sus votos, comentarios y compartir <3 Gracias a ustedes cada día crecemos un poco más.
¡Los quiero!
Au revoir!!!
Pd: Estaré subiendo unos edits de este libro a tiktok, pueden seguirme a través del enlace en mi perfil <3
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