Capítulo 18

Dionisio debió confiar en sus instintos. Supo que cometió un gran error en ignorarlos cuando Shada empezó a acelerar el carro, después de unos minutos, como si su vida dependiera de ello.

-¿Q-qué pasa? -preguntó Ariadna con miedo, y Dionisio tenía una idea de lo que se trataba por lo que se molestó de que la asustaran así, habían prometido no hacerlo, más o menos.

-Si esta es otra de sus jugarretas...

-No es una jugarreta -le cortó mirando por el espejo retrovisor- Ese auto y esas dos motos nos están siguiendo desde que salimos del bar.

-¡¿Y hasta ahora los dices?!

-No me grites -le gruñó Shada- Piensa que por ahora soy la única oportunidad que tienes para que tú y tu amorcito salgan con vida de esta -y era la verdad.

Mirando hacia atrás Dionisio confirmó lo que Shada le había dicho y aunque aun estaban en una zona transitada pronto llegarían a los límites.

«Mierda».

Él a diferencia de Hera, Afrodita, Zeus y sus hermanos no vivía en las afueras del pueblo en una casa mansión, pero si lo suficientemente lejos para poder tener una casa mucho más grande que las que había en el centro.

-Voltea a la derecha -le ordenó Dionisio a Shada que le hizo caso sin dudar- Vamos al instituto -le dijo y la chica lo miró como si le hubiera crecido una segunda cabeza.

-¿Por qué demonios iríamos al instituto?

-Porque ahí esta Afrodita, y donde está ella está Orión y donde está él quiera o no está Artemisa -le recordó- Son una muy buena salida.

-Yo podría acabar con los que nos siguen sin problema -le respondió la chica molesta y Dionisio se dio cuenta de su error.

Maldito orgullo.

-Sé que puedes acabarlos -concordó, no era momento para que la enojara-, pero no puedes matarlos y protegernos a la vez, necesitamos ayuda.

-Y es por cosas como estas que no sirvo de niñera -gruñó la Shada sin despegar la vista de la carretera.

Dionisio soltó un suspiro antes de girarse y mirar a Ariadna que observaba a través de la ventana a una de las motos que los iba cercando, pero que sobre todo los iba mirando a ellos cada cierto tiempo a través de su casco.

-¿Cuánto más?

-Diez minutos -le dijo Shada y Dionisio asintió sacando su teléfono.

«Contesta, contesta», rogaba mientras marcaba el número de Afrodita con desesperación; sin embargo, la chica no atendió a su llamada.

-Mierda... -murmuró escribiéndole por el chat, pero antes de que enviará su mensaje le llegó uno de la pelirroja.

Afrodita: Estoy en clase

Afrodita: ¿Qué pasó?

Dionisio: Penteon y sus secuaces nos están siguiendo

Dionisio: ¿No se suponía que teníamos tres días?

Afrodita: Se suponía

Afrodita: ¿No creíste que él respetaría las reglas, verdad?

No, pero tampoco pensó que llegara tan lejos.

Afrodita: Ven al instituto.

Dionisio: Estoy a tres minutos

Le respondió, quizá era un poco menos de lo que en verdad demorarían en llegar, pero era mejor que la ayuda ya estuviera ahí. Aún no entendía del todo por qué Orión y Afrodita estaban de cierta manera ayudándolos.

Hades tenía la teoría de porque era un peligro para el poder que ellos tenían sobre su grupo, la opinión de Hera no distaba mucho de eso; sin embargo, lo que le causaba más curiosidad era la reacción de Apolo y Athenea ambos se habían mirado con duda cuando hizo la pregunta como si ellos supieran algo que los demás no ¿Y no sería eso lo más acertado? El dios de las profecías y la diosa de la sabiduría juntos y poniéndose sospechosos, era obvio que ocultaban algo, si era lo mismo o no Dionisio no lo sabía.

-Ya llegamos -le avisó Shada.

Su instituto tenía un amplio estacionamiento por lo que la chica no tuvo problemas en detener el carro.

-No bajen -les ordenó la eride antes de ella si hacerlo.

-Tonta -gruñó separándose de Ariadna para hacer lo mismo; sin embargo, la chica la detuvo.

-No...

-Sí -la cortó Dionisio- Tengo que ir.

-No, no tienes -negó Ariadna mirando por la ventana como Shada peleaba a puño limpio con dos chicos- Ella puede defenderde sola.

-Ariadna...

-No vayas, por favor...

-No puedo dejarla pelear sola, esta no es su lucha -le recordó.

-Prometiste que no me dejarías...

-Y no lo haré, regresaré a ti. Lo prometo -le dijo dejando un beso en su frente antes de alejarse y bajar del auto.

Nada más puso un pie fuera ya había alguien corriendo hacia él para iniciar una pelea.

Un día y medio, varias palizas y juegos mentales que las erides le habían hecho pasar rendían sus frutos en ese momento, porque tenía ventaja sobre sus contrincantes, ya que tal y como las chicas de Hades habían supesto no lo estaban atacando de a uno, iban varios por él al igual que con Shada.

Dionisio se metió tanto en la pelea que cuando menos se dio cuenta él y la eride quedaron de pie victoriosos sobre varios cuerpos magullados en el suelo; sin embargo, no habían ganado del todo y eso quedó dolorosamente claro cuando se giró y vio a Peteon aplaudiendo mientras un escorpión sostenía a Ariadna por el cuello.

-Bravo, bravo, bravo -se burló su "primo" caminando hacia él- Hace un par de días no hubiera apostado por ti -le dijo- Creo que tuviste muy buenas maestras.

-Las mejores -le respondió Shada poniéndose medio delante de él- ¿Quieres comprobarlo?

-No peleo con niñas -menospreció Penteon y Dionisio hizo inconscientemente una mueca.

«Se la rifó», pensó viendo a Shada molestarse por el comentario.

-¿Niña? ¿Una niña? ¿Me acabas de llamar una niña?

-Sí.

-¿En serio crees que no puedo vencerte?

-Eres mujer, dudo que puedas pelear bien -respondió Penteon y Dionisio se preguntaba si el chico era o se hacía el imbécil.

¿Acaso no notaba el tono mortal en la voz de Shada?

-Disfrutaré matarte -gruñó ella acercándose a él, pero antes de que llegará una flecha cayó en medio de ambos.

-Detente -ordenó Orión apareciéndose- Tu orgullo herido no es mi problema.

«Muy tarde», pensó Dionisio.

Shada estaba a punto de matar a Penteon.

-Me creyó menos por ser mujer.

-Y tú haz demostrado que no lo eres -le señaló el chico mirando los cuerpos en el suelo- Que alguien los saque del camino -ordenó y tres escorpiones con él obedecieron sin dudar.

-¿Qué haces aquí? -le preguntó Penteon al cazador mirándolo con odio.

-Evitando un desastre -le respondió el chico como si el otro fuera un niño.

-¿Evitando un desastre o manteniendo a salvo a esos imbéciles?

-Tómalo como quieras -le dijo Orión acercándose a ellos- Terminemos con esto de una vez. Tú, ven -le ordenó señalándolo y él lo miró con un ceño fruncido.

¿Qué se creía? Dionisio apenas toleraba las órdenes de Hades y venía ese a querer que le obedeciera de la nada.

-¿Vendrás o no?

-¿Cómo se pide? -le cuestionó sin moverse de su lugar.

Varias risas estallaron cuando Orión desencajó su rostro ante su respuesta, obviamente el chico no captaba la indirecta que le había mandado.

-Esta diciendo que si no dices por favor, él no irá -ofreció Shada la información al otro que rodo los ojos viéndolo como si fuera un idiota.

-Avanza.

-¿Como se pide?

-¿Estás jodiendome, verdad?

-Uhm... No, no lo he hecho y, la verdad, tampoco pensé que batearas para ese lado -se burló Dionisio tomando sus palabras con doble sentido, que obviamente Orión no captó al instante, pero cuando lo hizo fue un poema digno de ver.

-¿Vendrás o no?

-¿Lo dirás o no?

Orión se veía frustrado por su actitud, pero Diniosio no solo lo hacía por molestarlo sino también porque sabía lo que chico haría y él necesitaba un descanso, un minuto para recuperar el aliento porque a como veía la cosas no podía darse el lujo de perder.

La mirada aterrada al otro lado de la chica que se estaba ganando nuevamente su corazón le gritaba que no se dejará vencer, que luchará, pero más que por ella por él, y eso era lo que más le preocupaba no quería que ella se tuviera que sacrificar o poner en peligro para que él ganará.

-Dionisio.

-Orión.

-¿Puedes venir, por favor? -le preguntó con condescendiencia dando su brazo a torcer y Dionisio asintió acercándose al chico- Esto se acaba hoy -les dijo extendiendo la mano de cada uno hacia el frente y haciendo un corte en ambas palmas.

El ardor del corte fue horrible y parecía como si la daga tuviera ácido o cualquier otra cosa que por un momento pensó que lo habían envenenado; sin embargo, cuando Penteon se quejo igual descartó esa idea.

-Repitan después de mí -les ordenó después de juntar sus manos- Rencores del pasado y presente.

-Rencores del pasado y presente.

-Venganza que quedó pendiente...

-Venganza que quedó pendiente...

-Juro por el Estigio y el Olimpo

-Juro por el Estigio y el Olimpo

-Que hoy bajo este pacto...

-Que hoy bajo este pacto...

-Se termina la lucha...

-Se termina la lucha...

-Que se arrastró durante años...

-Que se arrastró durante años...

Cuando terminaron de repetir esas últimas palabras un trueno retumbo por el lugar sellando el pacto.

-La pelea empieza ahora -les dijo el chico dejándolos a ambos solos mientras los demás formaban un circulo alrededor de ellos expectantes de lo que estaba por suceder.

***

AAAAAAAAAAAAAAAAH

Se nos viene, se nos viene la pelea de Dionisio!!!!

Y solo diré que estamos entrando a la recta final de esta historia así que... AAAAAAAAAAAAAAAH.

Espero que les haya gustado el cap.

No olviden dejar sus votos, comentarios y compartir si les esta gustando la historia.

Muchas gracias por su apoyo!

Los quiero... Au revoir!!!

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