✦ 𝗨𝗇𝗈
La primera vez que Heeseung vio a Jungwon fue cuando estaba yendo a buscar a su pequeño primo a la primaria. Ese día era el cumpleaños número ocho del pequeño y, como su buen primo favorito, fue a buscarlo después de salir de la universidad.
Había muchos padres en busca de sus hijos, así que decidió mantenerse un poco alejado hasta que sea posible llegar a la entrada, cosa que sucedió casi diez minutos después.
Ya al frente de la puerta, se encontró a su primo, a varios metros, hablando con un hombre, que dedujo era su maestro. Cuando el menor lo vio, dejo su charla con el castaño y empezó a correr hacia Heeseung, quien lo abrazó y colocó en su espalda.
— Hoy es el cumple del pequeño Ni-ki. — Pronunciaba el mayor mientras giraba en círculos, provocando que el cumpleañero riera.
— Eh, disculpa, ¿Tú eres? — Una voz produjo que se detuviera. Era el maestro, o eso pensaba él, de Ni-ki.
No sabes quién soy, pero yo sé que eres el padre de mis gatos, pensó Heeseung, viendo detenidamente al castaño.
— Lee Heeseung, primo de esta bola de energía. — El pelirrojo se llevó un pequeño golpe de parte de su primo y le extendió la mano al contrario.
— Yang Jungwon, maestro de Ni-ki. — Dejó escapar una pequeña risa por el extraño apodo que le dio al menor y estrechó la mano de Heeseung, quien se encontraba totalmente embobado por lo melodiosa que se escuchaba. — En clases es muy calmado, se la pasa dibujando la mayor parte del tiempo.
— Sí, este pequeño será un gran artista cuando sea grande. — Sonrió y despeinó los cabellos de Ni-ki de forma juguetona.
— Justo estaba hablando con él sobre unos dibujos que hizo, me preocuparon un poco porque parecían un poco tristes, y quería poder hablar con su madre. — Jungwon comentó con un rostro serio, pero su voz delataba preocupación.
— Oh, puede ser el hecho de que se están mudando por el trabajo del padre y no lo esta viendo con tanta frecuencia, ya sabes cómo son los niños.
— Entiendo, también me mudé de muy pequeño. — Sonrió con un poco de nostalgia en sus ojos.
— Qué raro, pensé que venías del cielo. — Heeseung pronunció coqueto y con una sonrisa, aguantando no reírse. El castaño se tapó la boca, enrojecido, y soltó una pequeña risa. — Este pequeño nació en Japón, pero se mudaron cuando era un bebé.
— Sí lo leí en el registro. — Sonrió Jungwon, aún rojo. Lee se sintió como un tonto, obviamente que iba a saberlo.
— Se hace tarde para su cumpleaños. — Mencionó Heeseung observando su reloj en la muñeca. — Fue un placer Won, si te puedo llamar así. Espero nos veamos otro día. — Le guiñó un ojo al castaño y empezó a caminar hacia la casa de su tía con un molesto Ni-ki que le preguntaba por qué le había guiñado a su maestro.
Si tan solo supieras, Ni-ki.
© ¡ 𝖥𝖠1𝖱𝖸𝗕𝗘♡︎𝗠 ⁺ ට !
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