Todo comienza en una ciudad. Ángel buscaba provisiones.

—Creo que con esto estará bien —dijo Ángel mientras se llevaba un poco de dinero.

—¡Ayuda! —gritó alguien.

Al escuchar el grito, Ángel agarró un bate y corrió para ayudar. Al llegar, vio a una mujer siendo perseguida por zombies.

—¿Estás bien? —preguntó Ángel mientras la tomaba de la mano para esconderse.

—S-sí, gracias —respondió la mujer.

—Espera, ¿eres Andrea, verdad? —preguntó Ángel.

—Sí, ¿cómo lo sabes? —contestó Andrea.

—¿En serio no reconoces a tu propio amigo? —dijo Ángel.

—¿Espera, Ángel? ¿Sigues vivo? —preguntó Andrea sorprendida.

—Obvio, no soy tan tonto como para dejarme convertir —bromeó Ángel.

—Jeje. Bueno, ¿y ahora qué hacemos? —preguntó Andrea.

—Pues yo voy a Chihuahua —dijo Ángel.

—¿Para qué? —preguntó Andrea.

—Para algo. ¿Me acompañas? —dijo Ángel.

—Sí, no quiero estar sola —respondió Andrea.

De repente, una luz azul apareció cerca de donde estaban.

—¿Q-qué fue eso? —preguntó Andrea.

—No sé, pero vamos a ver —dijo Ángel.

Cuando llegaron, no había nada, pero a lo lejos escucharon un helicóptero.

—Bueno, por lo menos ya tenemos transporte —dijo Ángel.

Cuando el helicóptero aterrizó, varios soldados bajaron.

—Son niños —comentó un soldado.

—¿Nos llevan a Chihuahua? —preguntó Ángel.

—Espera, primero preséntate —le interrumpió Andrea.

—¿Para qué quieren ir allá? —preguntó un soldado.

—Solo hágame caso, por favor. Si voy a morir, prefiero hacerlo allá —respondió Ángel.

—Está bien, muchacho —dijo el comandante.

—¿Señor, está seguro? —preguntó uno de los soldados.

—Sí, estoy seguro. Toma, muchacho —dijo el comandante mientras le entregaba un arma a Ángel—, por si acaso.

—Bueno, suban. Vámonos —ordenó el comandante.

Todos subieron y se dirigieron hacia Chihuahua.

fin